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Per Ángel Padilla
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El Desert de les Palmes llora sangre de jabalí

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    El Desert de les Palmes llora sangre de jabalí- (foto 1)

    Porque los cazadores están matando a los jabalíes sobre su hierba y matojos, bajo el sol. Bajo el sol en que siguen vivos los vivos, y muertos los muertos.

    El Desert de les Palmes es noticia desde hace meses por esas batidas (cuestionadas por muchos) de cazadores que se adentran en esa zona protegida, con permiso de Consellería, permiso para matar, porque dicen que "hay muchos". Superpoblación. Y humanos, ¿no hay muchos?

    HERODES DE LOS NIÑOS ANIMALES

    Superpoblación, qué palabra, ¿verdad? Y ¿en qué se basa la Consellería para afirmar que hay la dicha superpoblación... de jabalíes en el Desert de les Palmes, Castellón? En un informe realizado por el Servicio de caza y pesca; muy objetivo no será, le dije a un amigo biólogo. Me dijo que no, y examinó el informe sobre el que se asentaba, según Toni García -creo que hoy destituido pero desde el inicio fue él quien firmó, Herodías, las batidas-, las múltiples órdenes de asesinatos masivos de jabalíes en el secreto mar de hierba de les Palmes. Dicho informe consta de 29 páginas firmadas por la Generalitat Valenciana, Consellería de Medio Ambiente y Cambio Climático. En él se habla de generalidades pero no se aborda científicamente si se ha hecho un cuenteo fiable, empírico; con lo cual, como digo, no hay nada. Así me confirmó mi compañero biólogo en nuestro análisis, me dijo que el informe que han hecho se basa en las observaciones realizadas por los cazadores por la zona, y con respecto a los animales que han matado por metro cuadrado, como suena. También se toma nota, en el informe, de los accidentes viales entre vehículos y jabalíes que, despistados por el efecto desordenador de la caza, salen a campo abierto, a carretera abierta. Con esta información calculan kilómetros cuadrados y presencia de jabalíes, ya imaginamos que con los dedos, visto lo visto. A Pitágoras le ardería el pelo ante algo así, Aristóteles ardería en ira, ¡no se levanta así una ciencia! A Miguel Ángel le cambiaría el sentir pictórico: comenzaría a pintar jabalíes rogando clemencia en las cúpulas de las iglesias, entre ellas la de Lledó.

    Los mismos que disparan a los jabalíes como si fueran latas, objetos en el camino, probablemente luego acudirán a dicha iglesia en Magdalena y en Semana Santa, y se santiguarán, ¡qué hijos... de dios! Ojalá pudieran estar las paredes de la Basílica de Nuestra Señora de Lledó llenas de óleos de jabalíes, de las madres, de los padres y de los jabatos, como hijos de un mismo Dios, si existiera un dios, abatidos por sus rifles en el suelo, y su sangre, sangre real, resbalando por las paredes de todo el lugar sacro, esa sangre, sí, santa, olor intenso a sangre de jabalí, a muerte de jabalí, hedor a vida deseada y pisoteada para siempre, esa pena de esta tierra que arde. En el oficio de cada misa, la coral de chillidos y gruñidos asustados de jabalíes en el aire, solapando los rezos.

    El humano es idiota.

    JUDAS, PEDRO Y LOS ROMANOS

    "Pro Desert se desvincula de la intromisión en la batida de jabalíes", titular de una noticia de El Mundo de Castellón. Se habla de la acción de un grupo de defensores de la naturaleza intentando impedir con silbatos y otros ruidos que los cazadores perpetren su sangría, y ese día, 14 de febrero de 2020, lo consiguieron.

    Pero fueron negados, como Pedro negó, por Pro Desert para contentar a Pilatos. Yo creía que Pro Desert luchaba por la vida de los jabalíes, pero no, son sus Judas, niegan a los que los defienden, los demonizan, los mandan directos al cadalso y a los maderos. En la misma nota dicen: "tres de las cuatro personas que se adentraron entre la vegetación y se expusieron al fuego de los cazadores -forzando la suspensión- y disparando petardos para espantar a los animales, no son miembros de la asociación ni tienen ninguna relación con ProDesert. Sí pertenecían a esta organización aproximadamente una quincena de personas que se aglutinaron en los accesos de la zona de cacería con cartelería y silbatos y que se manifestaron «en todo momento de forma pacífica».

    O sea, para defender de crimen en masa a un conjunto de animales inocentes Pro Desert presume que permaneciendo quietos en la zona de acceso al monte donde se alejan los cazadores con impunidad a asesinar, van a lograr algo. Sus carteles allí quietos. "Pacíficos". ¿Para qué quieren "esa paz" los jabalíes? Hacer eso y no hacer nada es lo mismo. Y lo peor, podían haber callado -hubiera sido un paso más honroso-, cuando el éxito de los defensores de la vida tuvo tanta prensa y la Federación de caza anunció denunciarlos. Pero se asustaron. Mucho. Así es esta tierra. Nuestro enemigo no sólo es el malo, sino también el cobarde, ambos son uno. Pro Desert para decir "nosotros no fuimos" lanzaron ese comunicado que causa vergüenza ajena diciendo "los malos son otros, nosotros lo hicimos 'bien'".

    Ahora ese grupo de héroes, de verdaderos santos, si es que puede haber santos en esta tierra, según la Federación de caza "[vamos] a emprender acciones legales contra quienes han impedido la realización de una batida autorizada." ¿Es que nadie al leer esto siente nauseas?

    En mi poema "Los cazadores somos todos", integrado en el libro "Es tan culpable el que canta para no oír a los fusiladores que los fusiladores", que a inicios de marzo saldrá en Amargord, se dice que "Los cazadores somos todos/si no salimos al campo a detener los rifles."

    Dejando claro que los que entendemos que el resto de los animales (los humanos lo somos) tienen igual derecho a la vida y a la libertad que nosotros, y que aunque se observe una "superpoblación" de alguna especie en algún lugar, incluso de las llamadas especies "invasoras", existen métodos de control poblacional no cruentos, y dejando claro que todo ese desastre biológico-ecológico es producido siempre por el humano, que con su presencia siempre desordena. Son los cazadores los que rompen toda la cadena trófica y son los mismos son que se arrogan luego la capacidad de recomponer, de sanar el campo. Tremendos lerdos, y se creerán sus mentiras, los criminales de la biota.

    Visto, además, que el informe sobre el que se firman las batidas no es correcto, es banal y, desde mi punto de vista, denunciable. Y denunciable la Administración por presunta prevaricación, tomen nota los protagonistas cruentos de esta historia de iniquidad contra lo inocente, de sobre qué base de estudios, sobre qué informe serio y fidedigno, podrían decir que hay superpoblación (si es que la hay, mantengo que no):

    PARA REALIZAR UN INFORME SERIO SOBRE LA POBLACIÓN DE JABALÍES

    Se debería realizar un recuento correcto; hay que caracterizar los grupos familiares y su localización aproximada. Tales grupos suelen estar conformados por una hembra, la matriarca, individuos juveniles y pequeños jabatos. Los machos suelen ser solitarios. Un informe sobre poblaciones de jabalíes debe exponer el número de animales, de grupos y su composición.

    El parque del Desert ejerce un efecto sumidero, pues durante la época de caza los animales buscan ahí refugio procedentes de los cotos  circundantes. Cuando acaba la temporada de muerte, se organizan las batidas en un lugar donde los jabalíes se consideran seguros, donde se guarecieron huyendo de las primeras balas.

    Tal ejercicio de verificación jamás se ha hecho, y si se ha hecho nadie de los interesados en el asunto hemos visto documentos que acrediten de la existencia de tal investigación empírica y real.

    Y SI HUBIERA UN INFORME SERIO ALGÚN DÍA...

    Si algún día se llega a realizar tal informe, serio al fin, entonces hablaríamos de los métodos no cruentos que existen para regular la "superpoblación" de una especie concreta en un lugar concreto.

    Porque enviar a matarifes (muchos seguro beodos, ya se sabe la propensión que tienen los cazadores a la ingestión de agua con misterio) a liarse a disparos a troche y moche por un lugar como el Desert de les Pal[mes, que por su biodiversidad es considerado zona protegida y por donde circulan muchas familias humanas en paseos campestres, es una vulgaridad, es estúpido hasta decir basta, es profundamente peligroso y denunciable.

    Todos debemos denunciar esta maldad.

    Mientras tanto da lo mismo que existan autorizaciones, de dudosa seriedad, insisto, para matar jabalíes a destajo en el Desert de les Palmes, para mandar a los milmachos, los cowboys del country, los insoportables psicópatas que matan por placer. El Cielo prohíbe esto. Cazadores, tenéis prohibida la entrada a ese campo. El campo os repudia, allí sólo pueden pasear animales y santos. Activistas, entrad cuando queráis, vosotras y vosotros sí sois bien recibidos por la naturaleza, porque la amáis de verdad, porque la entendéis de verdad y porque, sin vuestra existencia, no habrá un mañana, que se lo está cargando toda esta caterva de inútiles y paletos morales.

    "[...]

    Los cazadores somos todos

    si nos tumban las noches y la muerte y sólo hemos guardado silencio."

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