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Silvia Verdegal: “Burriana ha sido pionera en el tango”

Silvia Verdegal: “Burriana ha sido pionera en el tango”

    El tango está de moda en la Comunitat Valenciana y ha vuelto a la actualidad tras el anuncio de la Generalitat, que ha previsto la creación de una nueva Academia Valenciana del Tango.

    Aprovechando el Día Mundial de la Danza que se celebra esta semana conversamos con la burrianense Silvia Verdegal, una de las voces más autorizadas en la materia en todo Castellón, precursora de este baile argentino en sus primeros inicios en la provincia.

    Y es que Verdegal llegó a conseguir la Medalla de Bronce en el Campeonato de España de Baile en 1994, un evento que este mayo cumplirá dos décadas, y ha sido premiada por su divulgación y promoción del Tango Argentino en la Comunitat Valenciana.

    ¿Qué le parece la creación de la nueva Academia Valenciana del Tango?

    Todavía se ha dado poca información, pero será muy positivo si se va a regularizar institucionalmente la docencia, su música, su historia y su cultura. El tango ganará el estatus cultural y social que se merece.

    Además, a nivel turístico es muy importante, porque aporta un turismo de calidad en las ciudades donde se organizan eventos y se hacen muchísimos durante todo el año. Solo en Valencia hay seis festivales y en Alicante otros tantos al año.

    Hoy en día hay que decir que el tango en Valencia está muy instaurado y hay cuatro o cinco milongas para bailar cada día, para diferentes edades y con diferentes ambientes.

    Alicante se sumó después al auge del tango y solo falta Castellón, donde no hay un lugar de encuentro para bailarlo desde que echamos el cierre de Studio Tango, un proyecto que tuvimos que cerrar al poco de abrirlo cuando nos vino la pandemia.

    ¿Qué es el tango para ti?

    Para mi es una pasión vital, pero el tango es cultura e historia, desde que nació sobre 1860 en los puertos y barrios populares de Río de la Plata hasta hoy, que es una industria cultural y Patrimonio Mundial de la Humanidad.

    Al principio era un baile muy constreñido a los suburbios de las ciudades porque al considerarse un baile sensual no lo aceptaban las élites criollas con su moral victoriana. Sin embargo, poco a poco los ricos burgueses se fueron interesando en busca de aventuras nocturnas y con el tiempo el tango llegó al centro de las ciudades con los conventillos.

    En el siglo XX aterrizó en Europa por País y se convirtió en el baile de moda de la época, aunque la Iglesia no lo veía con buenos ojos y tuvo que ser el embajador argentino el que en 1924 convenciese al Papa Pío XI para que viese con sus propios ojos el baile de una pareja en El Vaticano, y el pontífice dio su visto bueno, aunque es cierto que era una versión light, sin roces ni contacto físico y con ropa menos sugestiva.

    Después llegó su decadencia, a partir de los años 50, con el boom del rock y de Elvis Presley, pero a partir de los 80, cuando tres parejas de bailarines actuaron en Broadway, el interés por el tango volvió a crecer y llegó el auge del tango social para ir a bailar los sábados por la noche.

    Así hasta llegar al momento actual, cuando se organizan milongas por todas las ciudades de Europa y es una industria inmensa de festivales, turismo, textil o calzado para bailar.

    ¿Qué tiene de especial este baile?

    Al principio puede ser un baile difícil, pero el tango engancha a quien consigue aguantar el primer año, que es el más duro.

    Hay gente que tiene demasiada prisa y con el tango hay que ir poco a poco, porque es diferente al resto de bailes, es caminar mediante abrazos. Lo que ocurre es que la gente está acostumbrada a memorizar pasos, pero en el tango hay que entender el como y el porqué de cada paso, cada dirección y cada movimiento.

    Es un cuerpo con cuatro piernas que se han de mover al compás del bandoleón. Es el sentir a la otra persona mediante un abrazo al ritmo de la música. Eso es tango.

    La improvisación es importante y se puede bailar de varias maneras, pero la más popular es siguiendo el compás y, para bailarines más experimentados, con el ritmo e los diferentes instrumentos o la voz del cantor.

    ¿Cómo te adentraste en el mundo del tango?

    Cuando tenía 20 años, a principios de los años 90. Entonces trabajaba de monitora en el gimnasio ‘Gesa’ de Burriana y vino a impartir un taller una pareja que venía de ganar el campeonato de rock acrobático.

    Ese fue mi primer contacto con el tango, pero poco después fui como espectadora a ver ‘Tango Review’ en el Teatro Principal de Castellón y fue entonces cuando caí totalmente enamorada.

    Me enganchó, conocí a los bailarines tras la función y llegó la curiosidad. Así empecé a ir a Madrid cada tres meses para recibir clases y a adentrarme en el mundo del tango.

    Paso a paso, Verdegal fue adentrándose en este mundo hasta que seis años más tarde llegó incluso a conseguir la medalla de bronce en el Campeonato de España de Bailes, que tuvo lugar en el polideportivo de Castellón en 1994.

    Fuimos los pioneros del tango en Castellón y Burriana. Nos llamaban para hacer exhibiciones y una de ellas fue en la sala Casablanca en Valencia. En aquella época cuando íbamos a Valencia nos reuníamos en El Polit, un restaurante casi en ruinas en la playa de la Malvarrosa, donde nos juntábamos varias parejas.

    Más tarde montamos nuestro propio salón en Burriana, con La Milonga volvimos a ser pioneros y en el 1997 ya abrimos la sala de baile Quenn´s. Después ya seguí en solitario con La Milonga de Vila-real.

    Un periodo en el que he podido disfrutar de seis bailarines internacionales, desde Sergio Vázquez, que fue el que me enseñó a ver y a vivir el tango de una manera muy profunda. Todavía recuerdo cuando me dijo ‘tú no bailas, solo repites pasos’ y a partir de aquel momento mi percepción del tango cambio radicalmente.

    Posteriormente bailé con Ricardo Randazzo, con el que estuve cinco años; Claudio Strang, un gran milonguero que me enseñó el valor del tango pausado y respirado y uno de los mejores abrazos de tango que he podido disfrutar; Alexander Sosa, finalista del mundial del 2014 y 2015 y Federico Kahl, un gran amigo que me apoyo cuando volví a Castellón.

    En el 2017 puse en marcha la Casa del Tango en Castellón y tras un parón quise seguir con Studio Tango, con el proyecto de traer con un contrato a Cristian Manuel Cornejo desde Córdoba (Argentina), pero la epidemia del covid lo frustró.

    ¿Qué tienes pensado para el futuro?

    Ahora mismo estoy trabajando en un local llamado FIT Pilates, pero no descarto reabrir la Milonga si logro sumar a un grupo de personas suficientemente grande con personas de toda la provincia.

    Si ese grupo crece Burriana volverá a ser un lugar donde se bailan tangos, porque Burriana ha sido pionera en el tango.

    Llegamos a llevar hasta seis bailarines internacionales de Colombia, Venezuela y Argentina, cada uno con su particular manera de ver el tango y si reabrirmos La Milonga volverá a venir la élite del tango a Burriana.

    Además quiero organizar un festival, que creo que sería muy interesante porque llegaría gente de toda España, con la cantidad de gente que mueve el tango, si lo organizamos con orquestas potentes y partituras actuales y modernizadas

     

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