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Per Ángel Padilla
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¡Aplaudid, aplaudid, malditos!

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    ¡Aplaudid, aplaudid, malditos!- (foto 1)
    ¡Aplaudid, aplaudid, malditos!- (foto 2)

    Ahí salen, cuatro tipos con semblante serio, en la caja tonta, que comienzan a hablar con cadencia como en saudade, hablan a la población española, desde el estado de alarma anunciado por el gobierno, debido a la pandemia del covid19. Parecen preocupados por nosotros, levantan la cabeza dignos, son... nuestros gobernantes. El mando mayor del ejército, el de la poli, el representante de Sanidad y el jefe de gobierno. Todos atentos en sus casas a las órdenes dictadas para vencer, unidos, a este virus que nos ha cambiado la vida a todos.

    Bien. Hasta ahí lo que se ve. Ahora cuento lo que yo veo (y muchas/os otras/os):

    Una panda de ladrones consentidos por el pueblo, la representación del ejército criminal, siempre listo para acudir a alguna misión "de paz" a matar a quien se les ponga al paso, el masther de las "fuerzas del orden", que dice que no les temblará el pulso a la hora de que se tenga que obligar a la gente a llevar al cien por cien el calendario de medidas obligatorias para que el covid no se propague más de lo que es esperable como virus que es pim pam pum.

    Han puesto en la tele (el lenguaje que uso es de calle, coloquial, deliberadamente, para nombrar lo tosco como todo lo tosco que es, hay que ser más tosco) innumerables veces el vídeo de ese poli gritándole a un gilipollas (porque lo era) que le vacilaba respecto a dónde iba, el poli le gritaba "!que está muriendo gente, esto no es una broma. No se puede pasear!" Como a un niño en el cole en la etapa nacionalsocialista, una bronca que le pegó el lechero al tonto a las tres, con creo cuatro polis más al lado, su voz elevándose al cielo y a las fincas, adrede, se hizo adrede. Para multiplicar el miedo. No para que la gente tome conciencia, sino para que sepamos, por si no lo sabíamos ya, que "el Estado ha centralizado todo más que antes y el Estado decide todo".

    El corona ha traído el escenario ideal para el Estado. Todo el mundo en sus casas y acojonados.

    No soy el único que se apercibe de que de una situación en extremo lamentable como es un virus tan contagioso con el que muere mucha gente, se está tomando partido personal y entitario, el Estado maneja el covid como si fuera su mascota. El ejército, que andaban los perdidos esos tocándose los huevos y cobrando en un cuartel, haciendo maniobras en descampaditos, como niños jugando, ahora andan por las calles como Sylvester Stallone, y la gente va y les aplaude y les dan las gracias, al ejército. Ejem.

    Me cuentan que en Cataluña a los mossos también les aplaudieron, después de la potranca que montaron con palos a la peña, que dejaron tuerto a más de uno y más de diez. Le torcieron los dátiles a una chica y luego los comentaristas de los "pogramas", siempre tan acertados, negaban que fuera verdad porque la chica hiperactuaba. Algunos mossos ofrecieron objeción a todo ese apaleamiento a destajo como si no hubiera un mañana, pero ese es otro tema.

    Lo mejor de todo es lo agradecida que es la gente. Este estado antinatural e insoportable de una pandemia, esperada, porque se sabía que emergería -se sabía que la provocaría y nada se hizo por detenerla-, no obtiene el rechazo de la gente ni el interrogarse respecto a "qué hemos hecho mal o quién ha hecho algo o qué, o cuál", no. Todos atentos a la tele y a lo que digan los chefs, de cocina, cocina de cadáveres, claro, eso es el carnismo. Cocina de humanos son los gobiernos.

    Y aplauden, desde los balcones y ventanas, a una hora de la tarde-noche. En toda España. En Italia también, si, hijo, que esto es internacional, al personal médico, dan las gracias. En lugar de estampar en los cielos de todos los estados una cacerolada histórica en protesta por el empobrecimiento de la sanidad, el expolio a la que la ha sometido el gobierno español, en este caso, una Sanidad de las mejores del mundo, ahora sin camillas ni materiales ni personal, porque no sólo no se le ha otorgado el dinero que por derecho requerían para estar a la altura de los mejores tiempos, sino que se les ha ido requisando herramientas y mecanismos, básicos, para tener ahora hospitales que se inundan cuando llueve, salas de espera llenas de peña porque no hay suficiente personal sanitario que atender las urgencias, gente palmándola por lo mismo. En las innumerables veces en que los médicos han protestado por esta situación no obtuvieron apoyo del pueblo, o no el necesario. Ahora les dan las palmas. A lo Camarón, la leyenda del tiempo.

    A las ocho, se aplaude. Lo dijeron en watsapp.
    Y he visto que incluso cantan. Hay un lugar donde un niño dice "Hola, don Pepito" y los vecinos contestan "Hola don José" y así toda la canción y luego ríen jubilosos.
    Precioso.

    Se vio a una chica cantando el Chiquitita de Abba y luego la gente en las fachadas coreando el estribillo. Lágrimas, Ana Rosa Quintana emocionada. Sí, sí. Unidos.

    El voz de abuelaca con pelo de nanas blanco y aspecto de cadáver, de Sanidad, ahora está contestando en rueda de prensa a los periodistas, con banderacas de Ejpaña y Europa detrás de él, todo muy fastuoso. Lo estropea el hecho de que el tipo parece afectado no de coronavirus sino de estar hecho una mierda del riñón o algo, no da mucha calma ver su aspecto. Da igual, allí está, tirando las palabras sin sentimiento alguno o emoción, con la sensación clarísima para el receptor de que está allí sin saber qué coño decir, y va largando sobre la marcha. Como todos los demás. Bueno, mucho mejor no lo hace el cabeza de cojón, vendedor del corte inglés que preside, el trajecitos azules marinos, larga cosas sin alma alguna, ese tipo es de madera. Y anda como si fuera un mal modelo ensayando. Si tuviera que echar a correr porque alguien grita "fuego" creo que la forma en que correría nos haría desconojar, es todo un cuadro ese tipo listo como él solo, sueldazo.

    Se puede ir sólo uno en el coche, cuando se coja, dicen. Jajaja. Y en el tren 300.

    Sólo se podrá pasear para ir a la compra, farmacia y tabaco. Jaja.

    Nadie ha examinado el fenómeno de los aplausos, montones de peña asomando medio cuerpo a ventana o balconacos familias enteras, del octavo al primer piso, las babas al cantar el Macarena deberán caer, digo yo! O la separación entre personas sólo vale en horizontal, cierto, en vertical no, aunque la ley de la gravedad indique otras cosas. Guitarristas, hasta grupos enteros tocando en un balcón, los de abajo mirando parriba, los de al lao asomaos, de la calle el que pasa le cae todo ese maná salivar, quién sabe? Da igual, es un detalle que se ha tomado como hermoso en la tele y lo ponen mucho en una especie de vídeo bonito de la solidaridad y unidad de la gente y luego sale una meche llorando diciendo "me habéis emocionao".

    Yo en serio, me tomo a chota todo (en serio la base de seriedad que tenga, por supuesto, y respeto la cuarentena porque se restaure cuanto antes la "normalidad"), pero si dura mucho más esto, me va a dar un chungo (no el coronavirus, algo peor), porque no soporto en situaciones así donde se gana a la gente por la emoción, cómo mis vecinos pueden comportarse tan tontamente, tan infantiles, incluso les han colado doblada la de los endogámicos, que uno no quiere la pasta del otro, que está sucia, ahora que todos hablan del virus es cuando decidió el listo lanzar lo suyo, porque sabe que es un merderal que de lanzarlo en un momento de menor noticia (o sea cuando sólo se hablaba del chaval que fue a una isla con su novia y cuando ella le puso los cuernos él gritó por la orilla de la isla donde estaba confinado "Estefanía!", desgarrado, jo, y los comentaristas protestaban entre ellos y combatían discursos de si se querían más o menos, de si ella se dejó llevar por sentimientos, muy acalorados, los comentaristas, especialistas de la información. Por la otra isla otros salidos les ponían los cuernos a sus novias, unos a otros, todo muy colorido en los platós de televisión (platos, en esdrújulo), comentando eso, la Isla de las tentaciones creo se llamaba, se llamaba, porque ahora sólo se habla de la peste esta (sabes, Camus?), que más peste es la que están montando los amos, los dueños, porque les habéis votado, y ahora tienen tomado todo, y decidirán lo que les salga de la polla y del coño. Porque ellos lo valen. Medidas sobre nuestra libertad de movimiento y económicas. Y vosotros aplaudiréis. Ana Rosa la lagrimita, mocioná. ¿su marido sigue en la cárcel o no entró? ¿Bigote al final es definitivo que no vuelve? Está toda ispania en un ay; a ver qué dice Terelu.

    Yo esta tarde me cuelgo del limonero. Si al próximo artículo de la semana que viene no veis nada en mi sección buscadme como cítrico.

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