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Las consecuencias de un voto de censura

    Aunque los que perdieron muchas cosas, - el PP y Ciudadanos - como consecuencia que la moción de censura presentada por el grupo socialista fuese aprobada por la mayoría parlamentaria, y aún sigan por eso condenado desde la bancada del PP, con insultos, descalificaciones y falsedades la iniciativa constitucional por la que Pedro Sánchez resultó como Presidente del Gobierno. El voto de censura era un recurso Constitucional, y de una imperiosa necesidad.

    Pero a decir verdad, el voto de censura, ha producido unas indiscutibles consecuencias, - para mí muy positivas - que conviene que retengamos los españoles.

    En primer lugar, es que no fue solo una audaz e inteligente utilización  por Pedro Sánchez del articulado de la Constitución, que prevé la censura al Gobierno desde el parlamento. Sino que su aprobación parlamentaria, representó el inicio del cambio político que se necesitaba en este país. Y no solo el cambio de Gobierno con todo lo necesario e importante que ha sido. En mi opinión, ha sido un cambio que a su vez, ha sido el inicio, el preámbulo de otros cambios para el presente y el futuro a lo largo de lo que queda de legislatura. Un cambio de las formas de entender el Gobierno y unas formas de gobernar mediante el dialogo, la negociación y el acuerdo.

    Las consecuencias de la moción de censura exprés, ha producido que el  nuevo Gobierno y sus primeras iniciativas han dado un vuelco a la foto electoral, según las encuestas efectuadas entre el 11 y 13 de junio. Las encuestas, que son las encuestas – pero que marcan tendencia -, evidencian que el PSOE ha recuperado en tan corto espacio de tiempo desde que tenemos nuevo Gobierno, 1,400.000  electores provenientes de Podemos y Ciudadano.

    Y esas mismas encuestas han situado al PP, a la cola del PSOE, Ciudadanos y Podemos. Es decir que ha sumido al PP en una ruina como organización política, como lo demuestra el que después del abandono de lapolítica de Mariano Rajoy, hayan convocado un “Congreso instantáneo”, como el café.

    En él, se disponen a encontrar al sucesor o sucesora de Rajoy. Y lo van a hacer sin ningún debate programático, y al que le extrañe lo que digo, le invito a que responda. Si los candidatos/as son Sáez de Santamaría, Cospedal, Casado y Margallo, que son los mismos que han estado mal-gobernado con Mariano Rajoy y están convencidos de que lo han hecho bien, pues claro: “¿de qué van a debatir?”. Se van a tirar de los pelos, unos días y luego todo seguirá igual, un PP en “orsay permanente en la política de este país”. 

    Porque, el que era el primer partido, el más votado y el que presumía de tener 869,535 afiliados, tal es la debacle organizativa que solo el 7,4% de los afilados al PP elegirán al sucesor/sucesora de Rajoy. Únicamente participaran 64,523 personas que dicen estar al corriente del pago de sus cuotas y han indicado que desean participar.

    Y con esas cifras – que son la genuina expresión de la desafección de una inmensa mayoría de afiliados al PP -, no es aventurado afirmar que del Mini-Congreso del PP, solo saldrá el sucesor de Rajoy, y nada más.  Porque el PP, que era antes un partido de derechas, saldrá del Congreso siendo un partido de derechas. No se puede esperar otra cosa, ya que la única  incógnita hoy, es de qué sexo será el sustituto de Mariano Rajoy. Y con esos cambios, los resultados en las Municipales, Autonómicas y Europeas, del próximo año, no creo que el PP vaya a cosechar con este descompuesto partido, resultados satisfactorios.  Y ni falta que nos hace a los españoles.

    Igualmente el buen resultado de la moción de censura, ha evidenciado  sin necesidad de ningún Máster, que Albert Rivera ha sido el único que ha estado defendiendo – cuando tocaba lo contrario – a Mariano Rajoy pese a la sentencia de los Magistrado por el caso Gürtel, y todo el rosario  de juicios pendientes  por las presumibles actuaciones delictivas y corruptas de miembros del PP.

    Pero sin brújula, y sin ideología, si Albert Rivera está decidido a seguir con esa hoja de ruta del IBEX 35, y otros especímenes financieros,  convencido que sus manifestaciones contra Pedro Sánchez y el Gobierno, son las que le van a llevar de inquilino a La Moncloa, está apañado. Como la pregunta mal-intencionada que le ha hecho a Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados, exigiendo un si o no a “Si iba romper la caja única  de la Seguridad Social”, y cuya respuesta de Pedro Sánchez fue un rotundo: ¡NO!, que hasta los leones de la calle se enteraron. Pero Rivera seguirá igual de José-antoniano, sin enterarse, erre que erre, como le digan “los únicos españoles que ve desde hace tiempo: Los del IBEX 35 y de los sectores financieros”. También el espacio al que ha quedado Ciudadanos, son las consecuencias del voto de censura.

    Esas mismas consecuencias, en el sentido positivo, son las que van a hacer posible el encuentro entre Pedro Sánchez y el Presidente Torra, y de cuyos resultados tengo mis fundadas razones para dudar que de ese inicio de relaciones pueda “surgir la solución política a la crisis política en Cataluña”.

    Porque si bien el “Proces Independentista ha fracasado”, y ello ha producido lasdivisiones en el interior del PDeCAT bien evidentes, y a su vez es muy clara la oposición en el seno de ERC a seguir las orientaciones del fugado de la Justicia, Puigdemont, que apuesta por la confrontación. La ocasión para demostrar los valores del Estado democrático y de Derecho, y la capacidad de Pedro Sánchez  con la que se va a iniciar el dialogo con la voluntad de acordar soluciones políticas. No se debería frustrar.

    Sin embargo los preámbulos a la anunciada reunión en La Moncloa, no estimulan las ilusiones de la esperanza de un entendimiento sobre la base del respeto a la legalidad que haga posible una pronta normalización institucional, exenta de los objetivos que ya ha anunciado Qim Torra: Referéndum aceptado, el derecho de autodeterminación, y si no se aceptan tales pretensiones – que no se aceptaran con la Constitución en la mano – desde la Generalitat seguirán con la “Repetición del Proces II”.

    Afirmar, como ha hecho Qim Torra en Washington, que en España había “Presos políticos, represión y exiliados” en contraste con la política de distensión propiciada por el Gobierno socialista, no han sido las mejores maneras de demostrar sus intenciones de cara a la primera reunión que se celebrara próximamente. Pero esos son los “decorados políticos independentistas de Torra” que van a acompañarle como ya ha anunciado, en el primer encuentro en La Moncloa entre Pedro Sánchez y Qim Torra.

    Yo estoy convencido que salvo los “palmeros” que lo aplaudieron en Washington, las falsedades de Torra no han tenido ningún eco, porque por decir lo que ha dicho, nadie ni nada le ha impedido volver a España. Todo el mundo sabe, y entre ellos Amnistía Internacional, que en España no hay presos políticos. Lo que hay son políticos, que por no respetar la ley, están sujetos a un proceso judicial. Lo que sucede en cualquier país de este planeta.   

    Pese a ello, yo estoy convencido de que la iniciativa y el empeño comprometido de Pedro Sánchez, de dialogar y acordar soluciones políticas, con el Govern de la Generalitat, son dignas de apoyarlas. Y si Torra se enroca en seguir – pese al fracaso del Proces – reintentando por la vía unilateral el “Proces II”. La crisis política de Cataluñacontinuará agravándose hasta extremos insospechables, donde el Independentismo irá perdiendo adeptos, porque ha sido evidente que la Independencia y la República, no han hecho de Cataluña, la Arcadia feliz.

    Y en otra reflexión, trataré de abordar la situación que se está generando con el traslado a las cárceles de Cataluña, de los que hoy están en cárceles más lejanas. Porque es un tema, que – en mi opinión – no va a resolver la crisis política actual. Veremos.

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