elperiodic.com
SELECCIONA IDIOMA
Castellano
Per José Luis Ramos
Recuerdos - RSS

Algunos pecados principales del machismo

    Todos conocemos alguna persona que dice que la violencia que ejerce un hombre sobre una mujer, no es violencia de género, porque ni todos los hombres son violentos, ni puede decirse que ninguna mujer ejerce violencia sobre su pareja. Concluyen que “hay que juzgar y condenar al que ejerza la violencia, no en razón de su sexo o género, sino del delito que han cometido”. Estas personas olvidan:

    1ª) A ningún hombre se le juzga por serlo, solo se les puede juzgar por lo que hayan hecho.

    2º La violencia de un hombre sobre la mujer, tiene mayor gravedad, si mantienen una relación afectiva de pareja, qué sino se mantiene.

    3ª) La violencia que ejercer una mujer, sobre un hombre, sea su pareja o no, también es  delito, y se condena.

    Es cierto, que todos los hombres no son violentos, ni puede decirse qué ninguna mujer haya ejercido jamás violencia sobre su pareja. Pero no es verdad que se juzgue a ninguna persona por razón de sexo. Aunque sí es verdad que la condena puede estar determinada por razón de sexo. Nuestro Código Penal castiga todas las agresiones contra la integridad física de las personas, como delito de lesiones. Es decir, toda conducta violenta es condenada. Pero ni toda violencia tiene la misma denominación, ni el mismo castigo. Ello es así, porque en la aplicación de las condenas penales se tiene en cuenta, la intencionalidad al cometerlos y el resultado de la agresión. El robo de comida, motivado por la necesidad de comer, es menos grave, que si se roba para venderla y divertirse con el dinero obtenido.

    Históricamente la sociedad ha creído que no todas las agresiones merecen la misma condena. Por eso no se castiga igual la agresión a un agente de la autoridad, a un maestro, a un menor, a una persona discapacitada, o a personas discriminadas etc. No tiene la misma gravedad agredir a un chincha, en una discusión de futbol, que a un maestro porque te ha suspendido. Ambas conductas dan lugar a un mismo procesamiento penal, pero la condena será distinta. Es decir, la sociedad acepta que una misma agresión puede tener mayor condena por la necesidad de reforzar la autoridad de un maestro, médico o, de dar mayor la protección a personas vulnerables, como pueden ser los menores, discapacitados o discriminados. Así las cosas, la sociedad estima que la agresión de un hombre a una mujer, por haber tenido una discusión, no tiene la misma gravedad que agredir a la mujer con la que se tiene una relación afectiva de pareja, con la intención de obligar a la mujer a hacer o aceptar algo que no quiere.  Esas agresiones que se dan dentro de la pareja, que convive, para someter a la mujer a la voluntad del hombre, se denomina violencia de género.

    La lista de castigos y discriminaciones, a las cuales ha sido sometida  históricamente la mujer por el hombre, aún hoy, en la actualidad, que justifica una mayor protección, frente al hombre, en las relaciones de pareja, puede ser interminable, por lo que solo citaré algunos, y quien quiera, puede añadir más.

    a) Agresiones históricas de los hombres a mujeres.

    1. Las violaciones de mujeres por hombres, es habitual. Se estima que 1 de cada 4 violaciones las hacen grupos de hombres. Al revés es excepcional.
    2. Las mujeres acusadas de adulterio, han sufrido, y, todavía hoy, sufren apedreamientos en medio de la calle, los hombres adúlteros no.
    3. Las mujeres acusadas de adulterio, han sufrido y sufren lapidación, los hombres adúlteros no.
    4. Muchas mujeres son asesinadas, tras ser violadas, para que no puedan denunciar al asesino.
    5. Hay países que se practica la ablación de las niñas, por ser mujeres. Los hombres no sufren una mutilación equivalente.
    6. Todavía hay lugares que durante el tiempo que la mujer tiene la menstruación, se le encierra en una cueva y no se le deja tener contacto con otras personas.
    7. La compraventa de mujeres para obligarlas a practicar la prostitución, se practica en casi todo el mundo.
    8. Se compran y se venden mujeres, en algunos casos niñas, para contraer matrimonio.
    9. Los matrimonios forzosos de niñas, cada año ascienden a 12 millones de menores de 18 años.
    10. Unos 15 millones de adolescentes de 15 a 19 años, calcula la UNICEF que son obligadas a mantener relaciones sexuales forzadas cada año.

    b) Discriminaciones históricas de las mujeres.

    1. Históricamente, a las mujeres se les ha prohibido, y se les prohíbe conducir, por ser mujeres. Esa prohibición no se ha dado jamás a los hombres.
    2. Históricamente, las mujeres cobran menos que los hombres por el mismo trabajo.
    3. Las mujeres son mayoría en la judicatura española, pero son minoría en el poder judicial y en los órganos judiciales más importantes.
    4. Todavía hay muchos lugares donde se impone el criterio de “cuando hablan los hombres las mujeres se callan”.
    5. Hay culturas que cuando entra un hombre en la casa familiar, y no es de la familia, la mujer se encierra en una habitación, para no ser vista, o se sale de casa.
    6. Hay países que si el violador quiere casarse con la mujer violada se libra de castigo, sin contar con el consentimiento de la mujer, la casan con la violada.
    7. Algunas culturas obligan a las mujeres a vestirse sin que se le vea ninguna parte del cuerpo, salvo los ojos.
    8. Las mujeres no tienen ninguna organización, que tenga la extensión y el poder como tiene la Iglesia Católica, en la cual ejerzan el poder, en exclusiva, como los hombres en la Iglesia Católica, donde los hombres participen como criados al servicio de las mujeres. Como tienen los hombres en tantas religiones.
    9. Se calcula que hay unos 130 millones de niñas sin escolarizar en el mundo.
    Elperiodic.com ofereix aquest espai perquè els columnistes puguen exercir eficaçment el seu dret a la llibertat d'expressió. En ell es publicaran articles, opinions o crítiques dels quals són responsables els mateixos autors en tant dirigeixen la seua pròpia línia editorial. Des d'Elperiodic.com no podem garantir la veracitat de la informació proporcionada pels autors i no ens fem responsables de les possibles conseqüències derivades de la seua publicació, sent exclusivament responsabilitat dels propis columnistes.
    Pujar