Un año de gobierno

Esta semana se ha cumplido un año desde que los populares tomamos posesión en el Ayuntamiento de l’Alcora. Ha sido un comienzo de legislatura difícil, en el que con austeridad, compromiso y responsabilidad, poco a poco hemos ido dotando de mejoras urbanísticas al municipio. Las obras del casco antiguo, que se iniciaron con el Plan Confianza, son hoy una realidad, igual que la inauguración de la calle Santa Clara o la nueva imagen que presenta el paseo de la Font Nova. Desde el equipo de gobierno hemos conseguido descongestionar la problemática del Ágora evitando su derribo. Cabe recordar que esta infraestructura fue construida sobre terrenos de la CHJ y de la Generalitat, sin contar con las correspondientes autorizaciones. Tras realizar las gestiones pertinentes y presentar las correspondientes alegaciones, desde la concejalía de Urbanismo y Medio Ambiente, se ha conseguido la correspondiente autorización que legaliza la instalación por parte de la CHJ. Por lo que respecta a su otro propietario, seguimos trabajando para acercar posturas con la Conselleria. Otra prioridad sobre la que estamos avanzando es la que suscita la rotonda de Lucena, la cual, por cierto, el anterior equipo de gobierno debió de considerar una obra secundaria, ya que no hizo ningún tipo de gestión al respecto. Al equipo de gobierno popular nos preocupa sobremanera poder dar solución al PAI Gómez y el PAI Ciudad Jardín. El trabajo diario está consiguiendo que avancemos en las negociaciones y confiamos en que muy pronto podamos hablar de resultados. Y como no, nuestra apuesta firme contra la incineradora ha servido para que, a día de hoy, todavía no se haya construido esta polémica infraestructura que atenta contra la voluntad de una gran mayoría de ciudadanos. No vamos a permitir que este proyecto siga adelante. Desde las competencias municipales y aferrándonos a ley haremos todo cuanto esté en nuestra mano para evitar su instalación. Hemos trabajado, trabajamos y trabajaremos por los alcorinos, con rigor, tenacidad y sin despilfarrar un euro, porque así nos lo piden y porque así hemos conseguido mantener, aún ahorrando, las mismas prestaciones sociales.