elperiodic.com
SELECCIONA IDIOMA
Castellano
Per Antonio Marín - Cercle Obert de Benicalap i de Rep. Valenciana
La Palestra - RSS

Políticos y especuladores en Valencia

    Convertir el Cabañal es un barrio periférico sin personalidad es un disparate además de una demostración de ignorancia imperdonable... Y la fuerza de los votos y la manipulación ejercida y desarrollada, brutal y sistemáticamente, por el PP en los últimos 20 años, no significa que tenga sentido destruir un barrio de pescadores singular y único en Valencia.

    Afirmar como hacen algunos indeseables que la fuerza de los votos permite la comisión de todo tipo de ilegalidades, únicamente demuestra la falta de respeto por la historia, por la cultura, por la legalidad y por el patrimonio que tiene el PP y su corte de aduladores a sueldo.

    Si existe algún enemigo de Valencia y de nuestra cultura ese es el PP y la inefable Sra. Rita Barberá, experta en expolios, saqueos y en la difusión de mentiras, de grandes mentiras...

    Todavía recuerdo las campañas orquestadas por Rita Barberá (antes de que fuera alcaldesa de Valencia) para destruir el cauce del río Turia y convertirlo en una autopista, así como su apoyo a ciertos especuladores que deseaban destruir el Parque Natural del Saler y convertirlo en un nuevo Benidorm... Y por favor. señores del PP (y del PSOE): dejen de justificar sus abusos urbanísticos y pelotazos con los votos. Sabemos bien que el único partido que gana es el partido de la abstención...

    Estoy deseando que el Ministerio de Cultura se pronuncie favorablemente a favor de los sufridos y combativos miembros de Salvem el Cabanyal, aunque tarda demasiado el anhelado informe. Yo me espero lo peor, dada la falta de reflejos que demuestra el gobierno del Sr. Zapatero a la hora de defender la legalidad y a los ciudadanos de a pie...

    Insisto: conservar nuestras señas de identidad es lo que puede salvar a Valencia de ser un vulgar pueblo y no convertir a nuestra mediterránea villa la en una ciudad sin alma y sin señas de identidad únicas.

    Ya sabemos que al PP y a la Señorita Rita Barberá no le interesa salvaguardar y respetar nuestro legado patrimonial, nuestra cultura.

    Día a día el PP demuestra su desdén y su desprecio por Valencia y por los valencianos. Aquí, en la capital del Turia, debemos ser masoquistas, aunque tampoco tenemos alternativas al PP, pues el PSOE ejerce una oposición débil y muy blanda, por no calificarla de cobarde. No entiendo a qué tiene miedo, pues Rita Barberá ni es inmortal ni es Dios ni es la reina de los mares... Es tan mortal como yo y sus argumentos carecen de peso y son fáciles de desmontar con un poquito de inteligencia y tenacidad.

    Motivos tenemos para protestar y defender nuestro derecho a vivir en ciudades con alma, con corazón, lejos de la barbarie y de la especulación. Y somos conscientes de que ni el PP ni el PSOE saben canalizar las demandas y necesidades de los ciudadanos, por eso crece la abstención y el desprecio hacia la clase política, hacia los dos grandes partidos dinásticos y neofranquistas.

    Es hora de la República Valenciana, de promover una nueva forma de hacer política desde las necesidades diarias y con el objetivo de lograr la total independencia de los valencianos, tanto territorial como emocional.

    Nosotros tenemos que elegir nuestro destino y fijar nuestras normas de convivencia, lejos de cualquier yugo o imposición externa.

    Ayer fue el barrio del Cabañal y el regalo de unos terrenos en Benicalap a una empresa privada llamada Valencia SAD. Hoy es el Jardín de Monforte y mañana será otro disparate que se le ocurra a algún especulador sin escrupúlos, vinculado a la clase política dinástica.

    Elperiodic.com ofereix aquest espai perquè els columnistes puguen exercir eficaçment el seu dret a la llibertat d'expressió. En ell es publicaran articles, opinions o crítiques dels quals són responsables els mateixos autors en tant dirigeixen la seua pròpia línia editorial. Des d'Elperiodic.com no podem garantir la veracitat de la informació proporcionada pels autors i no ens fem responsables de les possibles conseqüències derivades de la seua publicació, sent exclusivament responsabilitat dels propis columnistes.
    Pujar