elperiodic.com
SELECCIONA IDIOMA
Castellano
Per Martin Borislavov - Compromís por Orihuela
La Palestra - RSS

Más allá de los Bienes de Interés Cultural

    Cuando pensamos en el patrimonio histórico-artístico y cultural de Orihuela pensamos en riqueza y abundancia, casi tanta que a veces parece que nos sobra. Pero también se nos viene a la mente deterioro y dejadez.

    Hace unos días una buena noticia para el patrimonio cultural oriolano por fin llegó. Se trata de una de esas noticias que se llevaban esperando mucho tiempo y que hemos podido resolver hoy gracias al camino que nos han trazado distintas personas desde hace ya varios años: La Cruz de los Labradores y la Gloriosa Enseña del Oriol fueron declarados Bien de Interés Cultural (BIC) por la Conselleria de Educación y Cultura, dirigida por Compromís.

    Pero teniendo en cuenta el estado de deterioro del casco antiguo de Orihuela, ocasionado por la dejadez continuada de los agentes responsables, debemos preguntarnos: ¿Qué está haciendo hoy el gobierno municipal por nuestro casco histórico, por sus barrios, sus residentes y por su patrimonio?

    Han pasado dos años de legislatura, podemos repasar los programas electorales de los equipos de gobierno y observar qué se ha llevado a cabo o han intentado al menos realizar. No tendría sentido. No se ha hecho nada. No hay un plan, ni un modelo de ciudad, ni una hoja de ruta para que por fin se cree un motor económico en torno a nuestro patrimonio que permita al centro histórico de Orihuela recuperar su esplendor y su calidad de vida. Lo estamos perdiendo por desgana y falta de interés de nuestros gobernantes. No es cuestión de tiempo, es cuestión de malas prácticas a las que no se pone remedio.

    El histórico cinturón urbano que gira en torno al monte San Miguel está lleno de solares (descampados) ocasionados por todos esos derribos que se realizan desde Ayuntamiento a aquellas casas, que por no haber puesto remedio, se ha dejado que perdieran su antigua belleza hasta suponer un peligro para el viandante.

    En uno de mis años de estudio una profesora de Patrimonio Cultural a la que recuerdo con mucho cariño nos hablaba sobre uno de los grandes males del patrimonio: el fachadismo. Pero en nuestra ciudad los atentados contra el patrimonio no han dejado ni las fachadas, no hay siquiera malas restauraciones, todo se resume en pérdida.

    En el año 1969 se derribó la Casa del Paso y desde entonces se han ido sucediendo los capítulos que narran cómo nuestro patrimonio cultural ha ido disminuyendo. Hoy nos encontramos con calles llenas de historia sin brillo y nada cambiará, por mucho que nos gustaría, hasta que no exista una conciencia colectiva y cambie el modo de hacer de nuestro Ayuntamiento. ¡Basta de fotos! Necesitamos planes, trabajo, iniciativas y voluntad para redirigir el casco histórico hacia lo que debería ser un lugar lleno de vida alrededor de nuestra historia y cultura.

    Me quedan ganas y esperanza por ver una Orihuela a la altura de su historia. Envidio enormemente a todas aquellas personas que me relatan cómo era la ciudad durante su niñez, aspectos que yo solamente puedo ver en fotos. No quiero que las futuras generaciones tengan que acudir a las colecciones fotográficas para ver lo que ha sido y es nuestro casco histórico. Por ello debemos trabajar, y así lo vamos hacer, en la creación de planes estratégicos para recuperar lo que todavía no está perdido, para revivir el patrimonio y concienciar a los vecinos porque todos juntos somos el mejor aliado que puede tener nuestro rico patrimonio cultural.

    Elperiodic.com ofereix aquest espai perquè els columnistes puguen exercir eficaçment el seu dret a la llibertat d'expressió. En ell es publicaran articles, opinions o crítiques dels quals són responsables els mateixos autors en tant dirigeixen la seua pròpia línia editorial. Des d'Elperiodic.com no podem garantir la veracitat de la informació proporcionada pels autors i no ens fem responsables de les possibles conseqüències derivades de la seua publicació, sent exclusivament responsabilitat dels propis columnistes.
    Pujar