Trabajo, talento o pócima mágica para las empresas cerámicas

El Instituto de Tecnología Cerámica celebra este año su cuarenta aniversario y ha organizado una buena serie de conferencias en Castellón, base de esta industria en España, que tienen por un lado un aspecto conmemorativo y por el otro netamente renovador. La cerámica ha sido una industria muy próspera en los últimos cincuenta años, pero ahora se encuentra ante una crisis estructural de las solo saldrán las empresas que mejor se adapten a los nuevos tiempos. Por eso las conferencias tienen mucho que ver con los cambios a introducir para salir de la crisis.

El martes habló Alex Rovira, que es el autor de “La buena suerte”. El día 9, con la inauguración oficial del aniversario por el presente de la Generalitat hablará Juan Fernández Aceytuno, que en su libro “La gestión en tiempos de crisis” define como hay que darle la vuelta a la tortilla. Y luego hay conferencias desde Alberto Artero (Sherman McCoy en Cotizalia) a Pilar Aguar o Gemma Cernuda para hablar de aspectos técnicos y comerciales. Todo un lujo.

De la conferencia de Alex Rovira en el Paraninfo de la Universidad Jaume I, como siempre con muchos estudiantes y pocos empresarios y menos líderes sociales y políticos, me quedo con las citas a Sócrates cuando dice que “las cosas son difíciles cuando no nos atrevemos a hacerlas”. Por eso la industria cerámica tiene un difícil futuro porque tiene difícil superar la crisis y además hay una artritis instaurada en el sector que les impide hacer cosas nuevas.

Rovira traía ideas: La Buena Suerte es preparación y oportunidad. Y los empresarios del sector que comieron con él le pedían la pócima mágica. El entorno de la industria solo se valora en las condiciones del crédito; no en las variaciones que comporta el cambio de criterios de los clientes. Las oportunidades que trae una crisis son como un parto: dolorosas por mucha epidural que les metas. Si hace años este sector fue innovador, ahora la paralización del mercado ha segado la capacidad industrial de generar diferencia como elemento de valor frente a los competidores. La fuerza creativa se ha ido junto con la crisis y ha aparecido la artritis.

Pero no es una enfermedad que afecte solo a la industria cerámica. Está generalizada en la industria española. Y ya no digamos en los servicios, sometidos a un oligopolio que incrementa los costes de las empresas y nos pone a la cola en competitividad. ¿Cómo puede haber zonas sin cobertura telefónica en la AP-7 que cruza el arco mediterráneo español? Pues porque preferimos el Prozac a Platón. Una pastilla que es como un crédito del ICO o el Plan E.

Las propuestas que hace Rovira o las que harán Fernández Aceytuno o McCoy son una oportunidad para encontrarle sentido y hasta el detalle a cómo hacer el cambio que trae la crisis. Pero ni son recetas ni avales para conseguir créditos. Eso se lo tiene que buscar cada uno. No hay pócima mágica. Todos aquejados de artritis ante un escenario cambiante que nos va a dejar para destapar las Fantas que consuman los ingenieros chinos.