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Per Jesús Montesinos
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El hombre renacentista no sabe lo que es internet

    Ahora que se habla mucha de la vuelta del hombre renacentista, a partir del cambio de paradigma que supone la crisis, resulta como mínimo patético comprobar como la gran aristocracia ilustrada española no tiene ni idea de lo que es internet. El gran instrumento para el nuevo renacimiento que es la red, es la gran desconocida de toda la pléyade de personajes que pululan en esta batalla absurda sobre la propiedad intelectual.

    Unos quieren que esa cosa extraña que se llama internet pague por los derechos de autores. Y otros defienden que ni un duro. ¿Y qué pasa con el internet que no son grandes piezas musicales o sesudos libros? ¿A quién la pagan los derechos la tienda digital que vende zapatos fabricados en Filipinas? ¿Y la web porno que enlaza videos de unas chicas con sus clientes? Mientras tanto intelectual como hay suelto no entienda que internet solo es posible con IVA todo lo demás son chorradas. Un IVA sobre el producto real, no sobre las tapas del libro, los estantes de la librería o la furgoneta que los lleva arriba y abajo.

    Las páginas que permiten bajarse un libro o un disco piratas son residuales. Han cubierto la misma función que las emisoras de radio o televisión piratas en los últimos años. Una ocupación empresarial inútil porque todas están en quiebra o ya cerradas por decisión propia. Lo interesante son aquellas que generan ingresos limpios como soportes de libros, música, películas, camisas o videos porno. Una web con IVA para quien la trabaja.

    Pero para eso hay que aclarar quiénes están detrás de toda esta movida. Son los creen que internet es sitio para consultar la Enciclopedia Británica y no Wikipedia. Lo que antes hacían los fabricantes de CD, DVD o imprentas ahora lo hacen otros señores en internet. Ese es el negocio que ha cambiado; no la figura y el porcentaje del autor, que dicho de paso siempre ha sido mínimo, frente a la casa discográfica, el editor, el impresor o el distribuidor.

    Quiero pagar nueve euros en Spotify para que le pasen su parte a un músico. Pero no quiero pagar al que hace las cajas de los CD, porque no me interesa. Me interesa la música. Y esa no es una cuestión propiedad intelectual. Es, como dice Rodríguez Ibarrra, que te den melones cuando vas a comprar naranjas. Mira por donde internet hasta ha hecho posible que con una wecam chico/a se monte una sesión golfa en una casa de El Grao, cobre por ello si tiene clientes y que este no tenga que pagar a una revista o a un productor de cine.

    (Sígueme en www.twitter.com/jmontesinos)

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