¿Votar por Correo? Un timo

Después de treinta años convocando al pueblo a las urnas, ofreciendo mil facilidades que, algunos ingenuos después de tres décadas aún se lo creen, nos hemos dado cuenta que ciertas cosas no cuadran.

Las primeras líneas de las normas difundidas en Internet, sobre el voto por correo, dicen literalmente: “una vez convocadas las elecciones y hasta el 12 de mayo de 2011- personalmente y con su D.N.I., a cualquier Oficina de Correos y solicitar el impreso para votar por correo”; o sea, que una persona que no puede ir a votar tiene que ir a coger la solicitud, con su carnet de identidad, bien peinadito… Como si pudiera ir a comprar pan todos los días; ¿Cómo se come esto? ¿Con patatas tal vez?

Está más que claro que quien dirige este “circo”, con perdón de los monos, desvaría, o ha perdido el norte de la realidad.

Se dice que hay voluntarios, O.N.Gs… Sí, los hay, pero la cuestión no es esa; el Estado debe disponer de notarios a domicilio para certificar que la persona que solicita el voto por correo, tiene un impedimento físico que le impide realmente ir a su Colegio Electoral; indudablemente esto supondría un gasto que debería costearse restándolo de las Campaña Publicitarias.

Este método sería más accesible, y más acorde con un Estado Democrático y de Derecho en el que se supone que disfrutamos.

Por lo expuesto, la Junta Electoral Central no ha previsto correctamente estos casos; en consecuencia: se han olvidado descaradamente de nuestra Constitución que define bien claro que se “impide o dificulta” el voto de algunas personas el artículo 23 de nuestra Carta Magna; nadie ha reparado en ello, lo cual, a uno le parece vergonzoso a estas alturas de nuestra Democracia.

¿En qué piensan? Está claro que no piensan en el Pueblo Soberano, y nadie se ha percatado de este error; seremos muchos los que no podamos emitir nuestro voto, los que no podamos decir ¡Basta Ya”, a una situación que es más que lamentable; pero el Pueblo Soberano, el único Soberano en este país hablará, aunque muchos tengamos que callar nuestra opinión por impedimentos varios.