Monumentos históricos inaccesibles

Una de las actividades en tiempos de vacaciones es hacer turismo, no importa cómo ni en qué estado físico se encuentra uno; lo importante es salir y olvidarse de la rutina; pero el ”destino” o el espíritu de algún jeque despechado que vaga por la Alhambra nos puso palos en las ruedas, y nunca mejor dicho.

Se supone que todas las personas tenemos los mismos derechos, uno de ellos es hacer turismo; las personas con movilidad reducida no tenemos porqué privarnos de visitar lugares espectaculares; y sentir la presencia del pasado en cada arco y en cada talla.

Está claro que los musulmanes no pensaban en las personas “especiales”, que incluso los mataban sin más; pero en la actualidad se debe habilitar zonas caminos, sendas para todo tipo de personas.

Pero está claro que la culpa de tanta inaccesibilidad no la tiene el espíritu de ningún jeque, sino la Administración actual ”competente”, que solo piensa en el turismo inglés, alemán, chino… pero no piensa en personas con dificultad, y sus colaboradores.

Dicha Junta debe tener una Conserjería de Servicios Sociales, que al parecer hace bien poco por un colectivo que sólo reclamamos nuestro legítimo derecho a visitar este legado árabe que nadie debería dejar de visitar.

No es preciso remodelar todo el complejo, solo adaptar unos caminos accesibles sin dañar la parte histórica de tal modo que se pudiera transitar con comodidad una silla de ruedas; se comprende que dada la situación actual, ninguna administración puede acometer unas obras de tal calibre; pero hay que pensar que todo turismo genera dinero, también el “turismo adaptado”.

Somos conscientes de la situación actual, pero sería un primer paso concienciar a la clase dirigente que adecue los lugares históricos de interés turístico a cualquier persona, sí, este cometido es costoso, pero todos tenemos derecho a visitar una parte importante de nuestra historia.