Nuestros héroes anónimos
El auténtico nivel de la solidaridad humana y competencia profesional de los cientos de miles de “héroes anónimos” españoles, voy a intentar reflejarlo hoy en esta columna y habida cuenta de un lamentable accidente doméstico sufrido por un excelente amigo mío hace exactamente una semana.
Pedro Ferrer estaba en su casa pasada la medianoche del día 10 al 11 de Abril, cuando al irse a dormir, su esposa María Pilar Rallo tuvo una caída y sufrió una fractura de fémur, afectándole también a su prótesis de cadera, que hubo que cambiársela también en la posterior intervención quirúrgica, llevada a cabo por el servicio de Traumatología del Hospital de La Plana.
Imaginen ustedes a dos octogenarios, un viernes a media noche solos en su casa y confinados, en la Ronda Pedro IV frente al Ambulatorio.
Pedro es muy inteligente y su esposa muy sufrida, por lo que avisaron al SAMU, que acudió rápidamente a llevarse a la accidentada al Hospital, mientras su esposo intento seguirles con su propio vehículo, estacionado muy cerca.
Pero como “bendita la desgracia que llega sola”, después de algunos días sin usar su coche, Pedro al intentar arrancarlo no pudo hacerlo porque la batería se había agotado.
Como Dios siempre está pendiente de la buena gente , en muy poco tiempo, un coche de la Policía Municipal, con dos jóvenes extraordinariamente amables y predispuestos a ayudarle y con bastantes complicaciones por carecer de los medios adecuados, consiguieron recargarle la batería y permitirle desplazarse a seguir el proceso quirúrgico de su esposa, de cuya cabecera apenas se ha separado en estos ocho días, porque siempre les he visto como un matrimonio excepcional.
Sigue hospitalizada y recuperándose de la mejor manera posible, de una intervención de por sí delicada, pero mucho más en personas de su edad.
Los servicios tanto médicos, como sanitarios en general me dice mi amigo que son impecables no solo en profesionalidad sino en humanidad y empatía con ellos, en una situación tan difícil de sobrellevar.
Mi lectura ante estos hechos, es que como he repetido muchas veces, el Gobierno que tenemos, no es para nada un fiel reflejo del talante y carácter solidario y responsable de los españoles.
Tanto los servicios médicos, como los sanitarios y las Fuerzas del Orden, están dando permanentemente lecciones a cuatro botarates, mentirosos compulsivos, cínicos, ineptos y malversadores, que no se han preocupado de defender no sólo a la generación de sus padres que están muriendo olvidados y abandonados en las Residencias de la Tercera Edad , sin las medidas de protección ni seguridad necesarias o en los Hospitales donde hasta hace nada, no habían ni respiradores, ni mascarillas de protección máxima para los enfermos y cuidadores de primera línea y aun hoy no se les han hecho los test imprescindibles a millones de españoles, para poder saber el nivel de infectados o asintomáticos que han superado esta peste, sin ni siquiera saberlo ellos mismos, pero siempre con el riesgo de infectar a quienes les rodean.
Algo tan elemental como las mascarillas elementales que sólo deberían de servir para un uso, no se han impuesto a toda la ciudadanía, por no tenerlas después de más de un mes de Estado de Alarma.
Este es el contraste de una sociedad, donde los que no valen para nada mandan y deciden, contra quienes se desviven por el prójimo, malviven arriesgando sus vidas sin que nadie les proteja adecuadamente y muchos miles de ellos ya han muerto, morirán o pasarán por el trance de superar sintomáticamente esta maldita Pandemia que nos va a servir solo para seguir escuchando mentiras de quienes tendrían la obligación de informarnos realmente de los muertos e infectados reales y solo se preocupan de salir en la tele a decirnos con gesto compungido que no lo saben.
Hasta la semana que viene amigos
