El waterpolo femenino de Valencia busca impulso

Entrenar a las diez de la noche, compaginarlo con trabajo y vida personal, comprometerse con un proyecto, con un equipo que depende de ti y en un deporte minoritario -más aun si hablamos del sexo femenino. Es una realidad a la que se enfrenta el waterpolo femenino hoy en día y que el Club Waterpolo Levante de Valencia se ha propuesto cambiar. 

Y lo han hecho con acciones de dinamización, con jornadas de puertas abiertas, campañas de búsqueda de jugadoras y estudiar posibles fusiones con otros clubs. Porque el objetivo no es otro que seguir formando equipo y disfrutando de un deporte tan especial: “Resulta obvio que para muchas de nosotras el hecho de comprometerte deportivamente con el equipo significa hacer malabares para implicarte en la medida que se necesita”, reconoce Marta Maicas, una de las portavoces del club..

La situación que vive este club, que entrena en la piscina de la Universitat Politècnica de València, no es ni mucho menos única: “Somos unas diez chicas para jugar pero hay días que no logramos ni ser seis para entrenar. Esto desmotiva y desgasta también a las pocas que han ido ese día a la piscina”, explica Marta Maicas a elperiodic.com. De hecho son muchos los clubs que se extinguen -al menos su división femenina- o que se fusionan para poder hacer cantera.

Las deportistas hablan de “decadencia del waterpolo femenino valenciano” ya que hay tres clubes de la Comunitat que cuentan equipo masculino en división nacional, pero no así en el sexo femenino: “Esto es porque no hay chicas interesadas en el deporte, hay falta de organización en la liga, mala gestión y, por supuesto, es un deporte que no es nada mainstream y tiene una cobertura casi inexistente y marginal por parte de los medios de comunicación”, lamenta.

Es por ello que piden apoyo institucional y de patrocinadores. “ Aquí, lo más importante es que a pesar de esta realidad, creo que ninguna de nosotras renunciaría o se arrepentiría de ser parte del equipo y compartir tantos momentos de alegría, tantas risas, tantos kilómetros de viajes y tantas y tan buenas amigas”, explica la portavoz del equipo. Por eso no se dan por vencidas, seguro que encontrarán ese “impulso” para poder seguir haciendo lo que más disfrutan.