Los vecinos suspenden al primer gran proyecto de la ‘Valencia, ciudad de plazas’

Cambiar espacios tan transitados como es la Plaza del Ayuntamiento de Valencia no es tarea sencilla, pese a ello el gobierno municipal no desiste en la idea y tras cinco años en el consistorio este mes de mayo ha arrancado la peatonalización del corazón de la ciudad.

Se trata de la primera gran obra del proyecto ‘Valencia, ciudad de plazas’ en el que desde la coalición Compromís-PSPV llevan trabajando desde que comenzaran su andadura al frente del Ayuntamiento. Desde entonces, y hasta ahora, el proceso ha sido largo con algunos baches e incluso con una pandemia mundial por el camino.

El objetivo es recuperar espacio para el peatón y dejar en un segundo plano todo lo que tenga que ver con el tráfico rodado, a excepción del transporte público el cual también se ha visto modificado cambiando los recorridos de varias de sus líneas de la EMT. Una meta a la que todavía le quedan muchos pasos y a la que se llegará cuando se peatonalicen otras grandes plazas, como son la de Brujas o la de la Reina.

“Las obras comenzarán el 20 de marzo de 2020” anunciaba hace unos meses el alcalde de Valencia, Joan Ribó. Una fecha que se vio frustrada en un primer intento tras la declaración del estado de alarma en nuestro país. Pese a ello, solo tuvieron que pasar unas semanas para tener un nuevo calendario de actuación sobre la mesa: el 4 de mayo de 2020 comenzó la transformación.

Una transformación que además de descubrimientos bajo el asfalto, como fueron las antiguas vías del tranvía, también provocó la indignación de la oposición. Desde el Partido Popular, Ciudadanos y VOX no consideran oportuno que en un momento donde la crisis sanitaria hace necesaria más inversión en esta materia, se destine presupuesto a desarrollar esta obra.

Postura parecida la que comparten los vecinos de Valencia, quienes ya disfrutan durante sus paseos autorizados de la que es la primera parte de la peatonalización de la plaza. De manera general la opinión coincide: no era necesaria en estos momentos. Además, la estética escogida – la actual y la que viene -  no termina de convencer.

La plaza acordada

Un suspenso por parte de la ciudadanía que llama poderosamente la atención pues, cabe recordar, que el diseño de la plaza y los elementos que en ella se van a colocar fueron decididos a través de un proceso participativo en el que dieron su opinión 1.800 vecinos y 33 entidades de la ciudad.

Entre las ideas extraídas destacaban los deseos de los vecinos de aumentar los espacios verdes, disminuir los elementos que empobrecen el paisaje, crear zonas de sombra y restringir la movilidad de las  bicis y los patinetes. Este último aspecto contradice la actual ordenanza municipal por lo que el consistorio deberá trabajar sobre ello. 

Además, prácticamente de manera unánime los vecinos pidieron que no se aumente el número de terrazas, que no se eliminen los puestos de flores y que no se favorezca la llegada de un turismo de masas. 

La plaza actual

Sobre el papel las peticiones estaban claras, pero una vez materializadas como decimos no terminan de convencer. La primera fase de la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento y de su entorno – la calle Colón también ha sufrido modificaciones importantes – ha recuperado un total de 12.000 metros cuadrados de calzada para el uso peatonal.

El proyecto ha sido llevado a cabo por la empresa La Paisatgeria la cual, según ha denunciado Ciudadanos, habría sido elegida “a dedo”: “La importancia de la plaza del Ayuntamiento exige una licitación en vez de un encargo a dedo. Censuramos que se recurra a un contrato a dedo para el diseño y enfatizamos en su importe: sólo 50 euros por debajo de la obligación de sacar el proyecto a concurso” explica el portavoz del grupo, Fernando Giner. Unas acusaciones sin respuesta por parte del gobierno del Rialto, pese a que se ha pedido un pleno extraordinario para paralizar las obras.

Estas primeras actuaciones se han basado en la reordenación de los usos del espacio público y de los flujos de circulación que han quedado limitados a residentes, transporte público y proveedores comerciales.  Además, se ha delimitado el acceso con mobiliario urbano que podrá ser reubicado para realizar en otros emplazamientos una vez se realice dentro de unos años una reurbanización definitiva del entorno, pero que en estos momentos ha supuesto una versión de 180.000 euros.

Justo esos elementos provisionales representados con maceteros de grandes dimensiones han sido uno de los puntos que menos han convencido a los vecinos. En su mayoría consideran que no pegan con la estética de la ciudad y que desluce “el poder” de la plaza.

La plaza que llega

Con la primera fase del plan finalizada, en los próximos meses comenzará una segunda remodelación todavía sin fecha de inicio anunciada por el Ayuntamiento. Esta segunda parte de la peatonalización plantea el asfaltado rojizo de toda la plaza, y nuevo mobiliario.

Además en la nueva intervención urbanística se incluirán en los alrededores de la plaza zonas de sombra y juegos infantiles, así como más bancos para sentarse. Por el momento, la mítica fuente permanecerá intacta en su lugar tras una primera tentativa de eliminarla.

Poco más se conoce del futuro de la plaza, y si se modificará algo del plan inicial tras las quejas de la ciudadanía, más allá de colocar con letras gigantes el nombre de Valencia en el centro de toda esta nueva reestructuración al igual que se hizo  en la Ciudad de las Artes y las Ciencias.