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Los hosteleros de Valencia muestran su descontento con la nueva ordenanza que restringe la apertura de establecimientos

Los hosteleros de Valencia muestran su descontento con la nueva ordenanza que restringe la apertura de establecimientos
  • Las organizaciones de hosteleros de la ciudad señalan que “limitar la recuperación de la hostelería tras la pandemia es un ensañamiento incomprensible y cruel”

SOS Hostelería, asociación en la que participan autónomos y empresarios del mundo de la hostelería de la Comunidad Valenciana, ha valorado muy negativamente la nueva ordenanza municipal que restringe la apertura de bares en Valencia imponiendo una distancia de 30 metros entre los mismos.

Por otro lado, la Coordinadora de Hostelería de los Barrios de Valencia avanza que analizará con profundidad su contenido para preparar las alegaciones por parte del sector.

Según Fidel Molina, presidente de SOS Hostelería, “quien ha impulsado esta norma desconoce nuestro negocio, no sabe que un establecimiento vecino retroalimenta al otro y ha pensado la norma de forma deliberada para causar un perjuicio. Limitar la recuperación de un sector como la hostelería tras el cierre durante la pandemia es un ensañamiento por parte del Ayuntamiento de Valencia incomprensible y cruel”.

Para SOS Hostelería, la norma no resuelve nada y sí genera problemas a sectores vinculados al mundo de la hostelería como el inmobiliario, ya que provocará la caída de precios de ciertos locales y que haya más locales vacíos. Molina duda de la legalidad de la norma: “imponer restricciones de forma arbitraria atenta contra las normas de libre competencia. Es por este motivo que estamos estudiando recurrir la norma frente a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia”.

La Coordinadora de Hostelería de los Barrios de Valencia señala que sobre el tema de las distancias entre establecimientos de hostelería, “el sector no tiene especial inconveniente, si sirve para garantizar la seguridad jurídica de los locales que ya están en funcionamiento y neutralizar el proceso de concentración que pueda producirse en determinadas zonas”.

Sin embargo, sin conocer el detalle del borrador lo que más preocupa al sector es la situación de las terrazas y los nuevos criterios que parece implantar a la hora de denunciar las supuestas molestias que puedan provocar.

En este contexto, para la Coordinadora de Hostelería de los Barrios de Valencia esta ordenanza no puede establecer atajos para incrementar la presión sobre las terrazas y debe garantizar la definición de criterios objetivos y medidas técnicas rigurosas para evaluar el impacto ambiental de cualquier actividad económica o social.

Por ello, la Coordinadora espera que la ordenanza haya hecho un análisis ponderado de los diferentes focos acústicos del ruido, teniendo en cuenta que el tráfico, la convivencia vecinal en los edificios y problemáticas tan graves como la del botellón y los lateros son los principales focos emisores del ruido. Asimismo, desde el sector insisten en que no se puede culpabilizar ni estigmatizar a la actividad económica de un problema del que es tan victima como cualquier otro agente económico y social de la ciudad.

En este sentido, para la Coordinadora urge hacer un análisis riguroso sobre los diferentes focos de contaminación acústica que existen en la ciudad, tanto en horario diurno y nocturno que permita superar la permanente estigmatización de la actividad de la hostelería.

Al respecto, inciden en que las pymes hosteleras y del ocio no pueden estar en el centro de un debate que no le corresponde, porque la actividad económica no puede ser nunca la principal causa del ruido en la ciudad, ya que, más bien, es una de las principales víctimas de un problema mal resuelto por las administraciones y, particularmente, en la ciudad de Valencia.

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