La complicada situación de las escuelas infantiles: "Si tenemos más gastos y menos alumnos, el resultado es precario"

FSIE, el sindicato mayoritario en la Educación Infantil en la Comunitat Valenciana, ha trasladado al Ayuntamiento de Valencia su preocupación ante la incertidumbre económica de las escuelas infantiles y ha planteado el incremento de las ayudas para asegurar tanto el mantenimiento de los centros como el de los puestos de trabajo.

Así, durante una reunión mantenida con la concejala del Ayuntamiento de Valencia, Maite Ibáñez, han abordado la “inquietud” ante la situación de algunas escuelas infantiles de gestión indirecta y las condiciones de los trabajadores que “están lanzando un SOS al Ayuntamiento ante un futuro poco claro”.

En este contexto, han propuesto que se revise, actualice y mejore tanto las ayudas económicas a las familias como el cheque escolar. De esta manera, el sindicato considera “imprescindible poner orden a tanta incertidumbre” ya que “los centros necesitan conocer la cuantía que va a recibir cada familia, para poder organizar el funcionamiento del mismo, y de su personal, que no puede incrementar ni mantener ante la inseguridad de los pagos, disminución de inscripciones, o retraso en solicitudes”.

Difícil situación del sector

FSIE ha expuesto las difíciles condiciones laborales del sector de Infantil en la ciudad de Valencia, debido a la disminución de alumnado en enseñanzas no obligatorias y al aumento del gasto de los centros como consecuencia de las exigencias higiénico-sanitarias derivadas de la COVID19. “Si tenemos más gastos y menos alumnos, el resultado es precario y además, genera mucha inquietud ya que se traduce en una condiciones laborales poco gratificantes, contratos más precarios, jornadas más complicadas y empleo temporal, en su mayoría, femenino”.

Además, ha añadido el sindicado, la labor de los profesionales “va más allá de la mera custodia de los menores, trabajando con ellos aspectos fundamentales de su desarrollo”.

En este contexto, el sindicato ha planteado la necesidad de controlar en qué centros se está admitiendo niños y no permitir la existencia de centros no autorizados. De la misma manera, han defendido la necesidad de valorar el esfuerzo de los centros y sus trabajadores para mantener las condiciones higiénico-sanitarias y la competencia del personal en los centros de educación infantil.