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Per Ángel Padilla
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Consideraciones sobre «La Bella Revolución» XII

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    Consideraciones sobre «La Bella Revolución» XII- (foto 1)

    VACA

    Como hemos visto en el caso de gallinas y cerdos, la explotación animal comienza con la inseminación artificial de hembras para la producción de descendencia. En el caso de las vacas, está producción de descendencia no es solo necesaria para la obtención de carne como sucede en el caso de los cerdos, sino también para la obtención de leche. Las hembras no podrán establecer vínculos normales con sus hijos ni alimentarlos, puesto que serán separados a las pocas horas de nacer. Los machos ni siquiera llegarán a conocerlos.

    Para el macho de la vaca, el toro, existen varias formas de sustraer el semen; los más usados son las vaginas artificiales (similar a la sustracción en cerdos) y la electroeyaculación. Un electroeyaculador consta de una batería y un electrodo, el cual es introducido por el recto del toro. Éste aplicará descargas intermitentes y de intensidad creciente, con el fin de estimular las glándulas que producen el semen, hasta la eyaculación. Durante la aplicación de las descargas el toro se encuentra en una jaula denominada "manga de manejo" que le impide moverse o escapar. El uso de vaginas artificiales es similar a la extracción en cerdos; los toros también deben ser entrenados para montar un potro y pueden ser estimulados con una vaca o por masaje prostático (introduciendo el brazo en el recto del toro). Ni que decir tiene que toda esta información leída de primeras y sin tener noticia de ello, puede sorprender a cualquiera, y yo siempre me pregunto: cuando decimos todo esto, ¿por qué quien lee la verdad de la tortura de la esclavitud animal, de inmediato no se hace vegano?

    La palabra especismo nos da las respuestas.

    Así como la palabra racismo nos arroja respuestas a por qué unos individuos odian y rechazan y les importa 0 lo que les ocurra a las otras razas que no sean la suya. El especismo, sin embargo, es el mayor mal de todos los nacidos y florecidos siniestra y vastamente del alma humana, y sostenido más largo en el tiempo, tal ente malévolo y destructor.

    Mengele puede que quede corto, en sus hechos, ante este relato de horrores. Porque para inseminar a la vaca con el semen del toro, nada menos que imaginemos a un operario introduciendo todo su brazo con la pipeta hasta llegar al cuerno uterino. Es tan próximo el recto a la vagina, que el inseminador por donde introduce el brazo por completo es por el recto, en busca en movimientos de palpaciones por el interior secreto y sagrado de la vaca, de la zona a intervenir. Imaginar esto y a un trabajador abriendo una máquina expendedora de tabaco para sacar el dinero obtenido del día, viene a ser lo mismo. Y lo es para los operarios, porque para el humano la vaca es poco menos que una cosa, y eso convierte al humano en un monstruo.

    Cuando la vaca dé a luz, será de nuevo sometida a esa atrocidad a los tres meses, y así hasta que deje de ser útil para generar hijos y sea enviada al matadero.

    Para economizar el espacio que las vacas ocupan en este proceso cuyos resultados son destinados a los consumidores 'civilizados', a las vacas se les cortan los cuernos. En terneros de días de vida se utiliza sosa cáustica, aplicada en el nacimiento del cuerno, quemando la piel. Si la edad es superior al mes se emplean descornadores eléctricos o hilos de acero.

    También son castrados los terneros, como los cerdos, para que en sus cuerpos se produzca un aumento de grasa, y para que sean más manejables, tornándose, tras la castración, más dóciles.

    Los crotales y marcado contienen una distinción en relación a los usados para cerdos; para las vacas, toros y terneros, existe otra forma de identificación, que consiste en dejar una marca permanente en su piel quemándola con un hierro al rojo.

    Las vacas son alojadas en naves industriales cuyo suelo es de hormigón. Son ordeñadas 2 veces por día con máquinas succionadoras de la leche, que les producen infecciones, por las que son medicadas constantemente con antibióticos y otros medicamentos innumerables. Cuando la producción de leche desciende vuelven a ser inseminadas. Las vacas han sido seleccionadas para producir tres veces más cantidad de leche que la que producirían de manera natural, por lo que el cuerpo de las vacas está sometido a un gran estrés. Muchas sufren enfermedades asociadas a la explotación, como problemas en las patas por el suelo enrejillado o duro, o mastitis (inflamación de las glándulas mamarias causada por infección o lesiones físicas durante el ordeño).

    Los terneros nacidos son separados de su madre a las pocas horas del parto. Los machos son descartados en el momento del nacimiento o criados para vender su carne como ternera lechal, en cuyo caso, son encerrados en pequeños habitáculos de plástico o madera. Las hembras destinadas al reemplazo de vacas lecheras también son aisladas de sus madres. Se les alimenta con una mezcla líquida de leche en polvo, almidón, grasas, azúcar, antibióticos y aditivos. Esta dieta presenta unos niveles bajos de hierro para que los terneros padezcan anemia y su carne sea clara y tierna (motivo por el cual las jaulas no tienen ninguna parte metálica para que no puedan obtener hierro lamiéndolas).

    Los terneros destinados a engorde son alimentados de piensos a base de cereales, como el maíz, y una parte mínima, cuando no ausente, de forraje. Los cereales les hacen engordar en menos tiempo, pero su sistema digestivo no está adaptado a ese tipo de alimentación. Éstas dietas bajas en fibra provocan la formación de ácido láctico en el rumen, que les produce gases, acidosis rumial (enfermedad que les pueden hacer morir por asfixia) y abscesos en el hígado. Para poder engordarlos a este ritmo sin que mueran se les administran, como indicamos antes, antibióticos cada día. Cabe decir que el consumidor de cadáveres no sólo come dolor, sino que se medica con todos los químicos alojados en la carne del animal que devore.

    Una vaca en estado de libertad, comiendo en pastos verdes y bajo el sol, puede llegar a vivir 25 años. Las sometidas en la producción de leche no viven más de 4 o 5 años, ni creemos lo deseen.

    En el matadero, más de lo mismo e igual de miserable todo que los demás pobres esclavos explotados. El aturdimiento previo nunca o casi nunca deja inconsciente del todo al animal, que, colgado de una pata, es degollado, se le corta la cabeza y patas, se les retira la piel y se les abre en canal.

    Reiteramos en que existen miles de vídeos en la red en que se muestra cómo, en cualquiera de las etapas de tortura intensa nombrados, el animal sigue consciente, mueve su cuerpo, mueve la lengua en un intento de tragar la sangre que por la boca le cae como un grifo e incluso vídeos se han grabado en que se recogen las miradas de los condenados, lagrimeando, llorando a mares, miradas llenas de horror con una pregunta sin voz pero que resuena en nuestras conciencias y lo hará para siempre: “¿Por qué?”

    LA BELLA REVOLUCIÓN

    Ya están ocurriendo sus primeros conatos en el mundo, mediante pequeños grupos de personas que saben qué hay que hacer. Boicots, acciones que pueden llevarnos a la cárcel pero no nos importa. La última y más gran acción que ha ocurrido en el mundo en protesta por el estado de los animales, sucedió hace relativamente poco en Australia. En abril de 2019, una enorme manifestación constituida de miles de activistas ha llenado calles y carreteras de relevancia en Australia, preocupando a la industria de explotación animal. Los manifestantes, organizados perfectamente, salieron a las principales ciudades del país para reivindicar el veganismo y clamar contra la explotación animal. Buscaban, lo dijeron claramente, “la manifestación por los derechos de los animales más grande del mundo”.

    Una de las principales protestas tuvo lugar en Melbourne, donde fueron arrestadas 38 personas tras cortar a la circulación de coches la intersección entre las calles Flinders y Swanston. Entre ellos se encontraban tres jóvenes de 15 años, encadenados a furgonetas de entre los muchos vehículos que bloqueaban el paso, paso por el que cada día pasan decenas de miles de vehículos. En las puertas del acuario de Melbourne, hicieron lo mismo varios activistas; en Gales del Sur fueron detenidos 9 activistas después de lograr “las fuerzas de seguridad” desencadenarlos de las puertas de un matadero. “El concepto de veganismo desafía el estilo de vida de las personas en casi todos los aspectos. De ahí la indignación de mucha gente”, explicó Chelsea Hannah, una de las organizadoras de las protestas, conocida activista australiana: “nos manifestamos en forma no-violenta con el objetivo de colocar en la agenda pública la urgencia de solución para la situación de los animales”...

    Cuando este tratado se escribe se percibe en el aire las primeras cristalizaciones, débiles pero ya puras en esencia de libertad, de la Idea que cambiará el mundo. Aún falta tiempo para que se avance hacia el acto final justiciero -sin tener en cuenta conceptos humanos- que, creemos, dignificará nuestra forma de hacer y estar. Hablo de que lo que hay que hacer ha de hacerse, en la forma que sea, porque tan perentorio es liberar, que se ha de hacer con la interpretación de terceros como en forma “pacífica” o “agresiva. No importa ya nada de eso y es lo que se ha de comprender. Importa liberar. El Sol arde la noche cada alba con violencia, para arrancarle los colores de las cosas a las grandes manos negras de la noche, con violencia huye la noche en la madrugada. Al fin, no existe en lo natural el concepto de violencia, lo anterior era mero simbolismo, existen los hechos. El hecho de la liberación no es violento, y si lo es, lo es en mismo grado como lo fue el de los encierros, que fueron injustos y mortales.

    Sin embargo, todavía, y quedarán más generaciones con este desencanto y esta negrura de visión, la mayor parte de los animalistas creen que luchan sólo para mitigar el dolor, pero no confían ni que la Tierra dure ni que, con ningún acto, pueda llegar el momento en que los animales sean enteramente libres en un mundo en el que estén los humanos, sus enemigos -se entiende siempre por cómo han ido las épocas- eternos; aunque, pocos, creen que sí es posible, pero muy pocos saben cómo podría ser aquello, estando en tal bunkerización todos de constreñimiento de acción y efectos.

    Considero este libro una coral, aquí hablan millones. Pondré algunos comentarios reales de coetáneos míos en la lucha, ante la pregunta de qué esperan de la lucha animal y sus efectos a largo plazo:

    Estefanía y Geman Love nos dicen que: “Mi opinión es que el planeta nos va a sacar de en medio antes o después, y es lo que merecemos como especie. Lo triste es que por el camino, nos vamos a llevar por delante a demasiados inocentes.”

    La bailarina y profesora de baile Anna Llusent Nuri dice: “Mientras el ser humano esté sobre la tierra, la vida en el planeta está sentenciada...”. Y apuntala Julieta Márquez que: “eso mismo pienso, somos lo peor para ellos! Ojalá quede esperanza de que cambien las personas....”.

    El defensor de los pitbulls y experto internacional, Mike Morabito, en ellos dice: “Creo que se consigue y se conseguirá mucho, habrá bajas, decepciones, pero la victoria es inevitable.”

    Otra gran activista española, Maite Argüelles, dice: “Llegará pero yo no lo veré, hay demasiados intereses económicos, demasiado egoísmo, demasiada ignorancia, demasiada gula.”

    Una activista vegana que lucha muchos por las palomas, de alias en las redes “Moringa No Soy Playa”, nos dice: “No soy muy optimista de un tiempo a esta parte, pero creo en las grandes hazañas "pequeñas" del día a día. He visto, además, que las personas humanas somos el escollo empezando demasiadas frases con "yo" o "nosotros" sujetando pancartas. Por suerte ya no estoy detrás de ellas. Deseo lo mejor a los animales, que son puros y bellos en cada una de sus formas, y les pido perdón sin gritos.”

    María Celeste Ardid nos dice: “Hasta que la ultima jaula este vacía"; no solo eso: maltratos que se ven a diario. Quizás otras generaciones sí [si lo verán] pero hay muchísima maldad, ignorancia, cero empatía y desprecio por la vida, que a veces parece un imposible.”

    Cecilia Alejandra desde Argentina nos dice: “Yo creo que como especie fallamos... Por supuesto que si miramos para atrás, hay cambio, se lograron muchas cosas..., es una minoría y así será.. pero para grandes logros se necesita cambiar el corazón, y el ego es alto, el poder invencible... casi imposible... No creo en la magia... siempre habrán pequeños logros... nada más.”

    La poeta Inma Pelegrín dice: “Yo quiero pensar que habrá una revolución espiritual antes de que el planeta nos extinga. Falta mucho para eso pero creo posible un nuevo hombre que respete la vida. Prefiero ponerme de parte de la esperanza.”

    Rafael Ángel Moral: “Las generaciones venideras tienen la clave, y se están dando Pasos.... Soy optimista al respecto... Pero [siento que esto va] algo lento.”

    “Lamentablemente, todo parece indicar que eso no ocurrirá. La humanidad sigue inventando excusas para justificar la esclavitud, la tortura y la muerte, nos dice Mariana Amado.

    Lú Zamora apunta: “Creo que el mal ser humano va a lograr extinguir muchas especies, somos depredadores insaciables, pero al final de la historia la naturaleza y los mismos animales terminarán con nosotros por ser plaga. Nos convertimos en plaga para todo ser viviente, incluyéndonos. De alguna u otra forma terminaremos mal y la naturaleza nuevamente resurgirá con nuevas especies.”

    “El futuro es el presente”, María Pilar.

    Argia Mora corrobora la desunión y diversidad de visiones sobre la lucha: “¡Más unión entre nosotros!

    Más trabajo, más lucha, pero más unión. No entiendo por qué hay grupos que no quieren que otros se unan, y luchen, como si fuesen a quitarles protagonismo. El apoyo entre los que nos duele el alma es vital, para seguir y fortalecernos!”

    La clarividente e inteligentísima activista Mila Gutgea dice: “No somos la generación que cambiará esto. Ni lo será la siguiente, ni la siguiente... Nos guste o no, lo aceptemos o no, estamos "contaminados" por el especismo y no somos capaces de luchar por ellos como lo haríamos de no estarlo. Los sentimos nuestros semejantes, nuestros hermanos de viaje, pero en su camino al matadero sólo le damos agua y alguna caricia. ¿Lo haríamos también así con animales humanos? Cuesta aceptar que lo aceptamos, pero es así. Somos la generación que se despereza y estira los brazos intentando ponerse en marcha. Estamos entre los que en el pasado despertaron y abrieron los ojos a la verdad y los que en el futuro libres ya de toda inercia especista pisarán el suelo con firmeza y lucharán por ellos... con más agresividad, por supuesto.”

    Nati Abadías: “Hoy volviendo del trabajo he adelantado a un camión y justo cuando estaba en paralelo he mirado y mis ojos se han encontrado con la mirada de uno de los terneros que lo ocupaban... no he podido dejar de llorar en todo el camino y tampoco he podido evitar sentir desesperanza y dolor porque creo que no lo vamos a conseguir del todo.”

    El diseñador animalista Xavi Portalés (quien ha diseñado la portada del poemario "La Bella Revolución"), con su particular humor, expresa: “Somos 7.500 millones de monas y no amaina sino que sigue subiendo. O llega el meteorito (que no parece) o fundimos el planeta con todo dentro (que es más probable); el futuro es de las cucas.”

    Vega Cerezo, extraordinaria poeta española nos dice: “Lo que no es selva es muerte.”

    Claudia Sanfelices Martrista concluye: “Creo que nos cargaremos el planeta antes de poder liberar a los animales. Para veganizar al mundo, primero tiene que caer el sistema capitalista y eso creo que es incluso mas difícil que concienciar a la gente en pro de los animales. El dinero lo mueve todo y los poderosos dueños de él, poco les interesa la libertad de los animales."

    Alejandro de Tera: “Nosotros no liberaremos a los animales. Ellos son hijos de la Tierra, forman parte de ella, son inseparables de la vida que la Tierra da a todos los seres vivos, humanos incluidos. Será la propia Tierra quien liberará a los animales, en el mismo proceso de liberarse a sí misma del yugo que la especie humana le impone, un yugo que se está volviendo insoportable para ella. La rebelión de la Tierra está en marcha, sobre todo la constatamos en el clima, cada vez más descontrolado, desde la perspectiva humana. Todos aquellos que conectan con el sentir de la propia Tierra hacia sus hijos animales, son/somos los que la "acompañamos" en su liberación, porque la empatía hacia los animales y su inconcebible sufrimiento, igual que la empatía con la naturaleza vegetal arrasada por el humano insaciable, nos hace alzar la voz y las manos para defenderles y reivindicar sus derechos, tan legítimos como los nuestros. No sé cuándo ni cómo sucederá el cambio cualitativo en la relación Humanidad/Tierra, solo sé que ninguna energía se pierde y que cada paso personal y colectivo suma y es parte de la Bella Revolución, usando tu expresión. Y que la lucha es valiosa. La esperanza, imprescindible. Y el corazón, nuestras raíces.”

    Aurora Marcos nos dice: "Sin duda, a pesar de que ya resultan ineficaces y agotadas las alternativas pedagógicas, debemos seguir y por esa razón es el momento de cambiar el discurso amable a otras formas más impactantes y radicales (sí, bella radicalidad). Tu obra, La Bella Revolución, es lo que propone, lo sé. Ejércitos de 'soldados' camino a la salvación... Abriendo todas las puertas. Y así de claro, romántico, crudo y real. No hay más alternativas. Si trabajásemos como perora la mayoría de los animalistas, con paz, con charlas, marchitas y sin molestar, que es como se trabaja contra otros males humanos [manifestaciones y onerosa política], si eso funcionase, ya se habría acabado la pobreza entre humanos porque mayor aguante y no violencia no han podido tener los pueblos."

    Está escrito en cada hoja verde que abre y en la primera que hubo aquí: “Millones de manos forjarán y cerrarán millones de jaulas pero millones de manos abrirán, también y después, millones [las mismas] de jaulas.”

    Escuchados, escuchadas, quienes están en la punta de lanza de la lucha, que todavía es crisálida de ella cuando abra sus celestes (en cuanto a grandes) alas. Coral hermosa, gente con corazón abierto pero en un sistema que les induce a la desesperanza, desde un altavoz único, oscura voz. He aquí la luminosa, verdadera (no sé quién la expresa pero me se me presenta como “La Boca”:

    En el giro alto de la ola, en el perfume del almendro en flor, en cada tapiz inspirado por la más profunda magia de las alas de las mariposas, que habrá una larga senda y oscuridad, una noche de siglos, pero que a esa noche con falsos albas, oníricos, estafado incluso el Sol en un mundo pensado a la imagen del artista humano pensando el mundo como un cuadro al óleo de batalla y derrota, inmóvil, en el comedor de una gran casa vieja vacía, afuera de ella, afuera de todo y por dentro de todo, el viejo y nuevo Sol, el auténtico Sol, el que nunca se dejó aherrojar ni en los cielos ni en los corazones, brillará de pronto, gracias a la caída de todos los muros, mentales y de ladrillo. Brillará, iluminará una inmensa senda, por la que por primera vez ojos que sólo han mirado con rictus de horror la calamidad y la desesperanza atrancando sus manos como cemento, caminarán unos al lado de los otros, todas las especies, como por un puente. Que todo lo que ha sido confinado halle la llave del candado de su celda y salga a la luz. Así, como se construye el puente de un río, para pasar de un lado a otro de la orilla, será cosa de despedirse de Caronte cuando, desde la otra orilla, nos traiga a la verdadera tierra, esa misma que hemos podido tocar con los dedos pero no hemos escuchado, ni entendido, ni amado de verdad.

    SANGRE

    Habrá mucha sangre (en el poemario La Bella Revolución esto se nombra). Se conformará en ríos, porque mucho será el desastre. Tal será el desastre que será irreparable, por los destrozos, el mundo moderno. Sangre de los inocentes y sangre de los traidores una marea de cebras, ñus, elefantes, cocodrilos, pavos reales, leonas, lobos, alces, guepardos, atraviesa la ciudad, pueblo, continente, un gran tapiz de personas de todos los colores y pieles y pelajes maravillosos, con los ojos llorosos de felicidad. Cojos muchos, por desconocer el terreno, pero bajo el cielo azul que soñaron que existía, proseguirán andando (leer poema "Un barco", de La Bella. Sangre en pezuñas, en picos, en labios de mujeres, en alas de ángeles que de nuevo tocan la hierba y caen a pacer en sueños por fin en ella, los derrotados y derrotadas de siglos, como en la derrota de una batalla pintada al óleo, levantándose de pronto, tirando sus armas lejos y caminando fuera del cuadro, que será todo rojo de una sangre que poco a poco veremos que sigue fluyendo pero en una otra vida, la vida de la libertad, que es la que pensó este fin y este inicio, la libertad que camina con todo este debacle dentro; su imagen, la imagen de la libertad, tuviste ocasión de verla, y muchas veces, pero preferimos el mal menor, el pijama de reo, la lejanía del mar y de las cordilleras. Al planeta Tierra le latirá el corazón muy deprisa; esa noche las estrellas titilarán como con fiebre, los ruidos cósmicos por lo que pase en esta tierra proseguirán por años, el Gran Cuerpo encadenado, lejos de su zulo, pronto se calmará, se lamerá las heridas, se lavará en el río, y tornará a, mientras comienza de nuevo a sanarse y reconstituirse a lo que era, a lo que es, sol a sol, la música de los insectos y de los animales que eran extintos tornará a rodear su paso, su paso quieto, mírala, a la Bella, todos la tenemos cerca de casa, algunos a un tiro de piedra. Acércate a la orilla del mar, que te hable...

    OJOS

    Para comprender, tantas veces, hace falta mirarse a los ojos. En los ojos de un gato podemos examinar, si nos detenemos y relajamos lo suficiente, todo lo acontecido aquí desde el primer instante, que no fue así, porque todo ha girado, pero todo, en fin, lo podemos ver. Todos los jardines y todos los besos. Viendo los ojos de los reos, los humanos en las ciudades, tan cerca, entrando en sus casas, en sus lugares de trabajo, ojos contra ojos, ojos junto a ojos, el horror será un fuego que aniquilará las distancias. Y entenderemos.

    Todas las jaulas abiertas. Todas las puertas abiertas. Todo lo vivo bajo el sol y decidiendo su expansión. Entonces no hará falta escribir poemas.

    QUE PASARÁ DESPUÉS

    No tenemos respuestas. El vicio de interrogarse es lo que ha llevado al humano al pozo sin fondo en que grita sin escuchar ni su eco. Desde el inicio de esta conversación entre todos y todas que hemos abierto con este libro -incluso conversando con los que nos oían desde sus claustros- advertimos que sólo enunciamos una verdad, pero no desde la óptica de la razón, de lo verificable, sino del sentido común, ateniéndonos a un concepto comprensible, aunque ni siquiera se ajusta a la forma en que queremos dejar constancia que hemos pensado, desde la primera palabra estábamos no-pensando.

    Sólo escuchábamos. El autor espera que esa acción de escuchar, de estar a la escucha en lugar de pensando, interrogándonos como obsesos que enferman su luz neurológica, hayamos comprendido no qué es la verdad, sino cuáles son las mentiras.

    Escapar de la mentira, del error, es el fin de toda cosa viva. De entre trampas y zonas oscuras va avanzando siempre, en la misma forma de un pensar conjunto con un todo, la rama de la rosa, en cualquier lugar de esta tierra, en la misma forma, hasta que abre, esquivando todo lo que no sea rosa, abre rosa, es rosa, habita un rosal, y su aroma nos dice, nos lo ha dicho siempre desde parques en primavera, orillas de océanos o en una maceta de un balcón de cualquier casa, ese aroma que al tocarnos el corazón, ufanamente, sin violencia alguna, como amiga o amigo, nos dice: “¿Nos escuchas?”

    "Somos nosotros/as. Somos lo mismo que tú. Tu antigua familia."

    NOTA FINAL DEL AUTOR DE "CONSIDERACIONES SOBRE LA BELLA REVOLUCIÓN":

    Como he indicado en algunos pasajes de este escrito, aquí no se pretende elevar una filosofía, ni ninguna forma de doctrina ni verdad suficiente, entre humanos. Es, claramente y sobre todo, un desordenado y torpe escrito, pues así como nació se ha dejado arreglándolo muy poco, para que se entienda como natural y palpitante y vivo, meramente una conversación con mis coetáneos sobre la base del examen desde el más directo y simple sentido común, de un mirar la explotación y esclavitud animal, como lo que es: aquello que todo lo envenena. Envenenando a las otras especies y al mundo natural, morimos nosotros, porque somos lo mismo. Y como digo a menudo, así como Freud indicó en su teoría inicial del psicoanálisis y sobre la histeria, sólo cuando la mente enferma libera sus fantasmas y los ve frente a frente, emerge la sanación; sólo cuando los animales cautivos recorran calles, pueblos, autopistas y ciudades (para no retornar jamás a la condición de reo), cuando ojos con ojos se junten tantas veces, los de los verdugos (todos nosotros) y los reos, millones, sólo en ese momento surgirá el mundo soterrado, a la luz de un nuevo sol, el que siempre estuvo, sólo que ahora está triste, y entonces sonreirá, acompañando todas las sonrisas que ahora, mientras este texto termino, no se asoman a rostros tristes por imposibilidad pero se sueñan riendo, ante el mar, sobre la hierba, en la montaña y oliendo las flores inocentes.

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