Lavado de cara preelectoral

Podría llamársele lavado de cara en previsión a unas elecciones que tenemos a la vuelta de un par de meses, o quizás fuera más correcto hablar de hipocresía en grado sumo, teniendo en cuenta que han tenido mucho tiempo (excesivo a mi entender) para demostrar esto y no lo han hecho.

Estoy hablando del Partido Popular y una carta que han hecho llegar a todas las organizaciones de Valencia cuidad (desconozco si también lo han hecho extensivo a otros municipios), en la que se comunica la creación de una Oficina de Atención al Ciudadano “con el objetivo principal de tener un contacto permanente con los vecinos de Valencia” (por supuesto de las vecinas se olvidan en todo el escrito, que está todo él en masculino) “y trabajar en la búsqueda de soluciones que contribuyan a mejorar la calidad de vida de todos los barrios de la ciudad”.

Yo me pregunto en base a qué criterios van a atender a la ciudadanía si los que firman dicha misiva son las mismas personas que han tenido serios problemas en atender correctamente y con un mínimo de empatía a esos ciudadanos a los que ahora piden confianza. No puedo dejar de recordar una de las primeras reuniones que tuve como presidenta de mi Asociación Vecinal, en la que el concejal de pedanías, al que habíamos ido a conocer y tener un primer contacto para explicarle la situación de nuestro barrio, nos dijo a los presentes, con aire de chulería y superioridad “Xiqueta, que no insistas, que mientras yo sea el concejal tu no vas a tener local”. He de decir, que ese local que él nos negó durante todo este tiempo, y que ha estado pudriéndose literalmente por estar cerrado y en desuso, ahora la nueva corporación nos lo va a ceder para que podamos realizar las actividades propias de la asociación que, desde luego, serán mucho más provechosas y beneficiosas al barrio que mantenerlo cerrado.

Y también me pregunto cómo, ahora en la oposición, van a ser capaces de buscar soluciones que contribuyan a mejorar los barrios. Es como si estos barrios, a los que han tenido olvidados y en unas condiciones lamentables todos estos años, de repente hubieran salido de esa “penumbra valenciana” de la que solo se libraba el cogollito de los faustos y los saraos, y resulta que ahora ELLOS y solo ellos van a poder salvar de sus miserias. ¡¡¡Venga, va!!! Que también puedo rememorar reuniones en las que se planteaban cuestiones para esa mejora, que ahora presumen de querer hacer, en las que eran capaces de acusarnos de poco solidarios por pedir que nos arreglara un jardín o pusieran unos bancos, ya que nos decían que eso se salía de su presupuesto y si lo hacían así iban a tener que despedir a la mitad de la plantilla del servicio de jardinería, o de radicales por convocar una cena en la calle…

No sé si van a poder engañar a alguien con este lavado de cara preelectoral, pero cualquier persona que haya tenido que tratar con el anterior grupo de gobierno municipal será tan escéptica como yo a este cambio y a este presunto acercamiento al ciudadano.

No creo en las promesas electorales, ya que el tiempo me ha demostrado que lamentablemente suelen ser solo palabras huecas. Pero mucho menos creo en los milagros. Y en este caso hace falta mucho más que un milagro para que unas personas que han demostrado una disposición negativa hacia la ciudadanía, ahora nos vengan diciendo que han cambiado y se han subido al carro de la cercanía, la atención, la comprensión y la participación.