El BLOG de una PYME: El turismo no será negocio
Durante años contamos el negocio del turismo por unidades. Ha llegado el turista un millón, diez millones, cincuenta millones….Y nunca se puso encima de la mesa un balance de rentabilidad de esos cincuenta millones de turistas, algo que hacemos en cualquier Pyme para el Impuesto de Sociedades. ¿Cuánto costaba una carretera para llegar a Gandía? ¿Cuánto limpiar la playa? ¿Cuánto el suelo para edificar apartamentos? ¿Cuánto la financiación? Desde Fraga, cada año sale el ministro o el consejero de turno y dice que este año el turismo dejará tropocientos millones. ¿Y cuánto cuesta en balance la habitación que se vende por noche a treinta o cuarenta euros?
Por eso nunca se planteó de verdad la batalla contra la estacionalidad del turismo. En octubre o febrero lo importante era vender apartamentos, hacer nuevas promociones inmobiliarias o el Inserso, que al final pagamos entre todos. Con lo cual vuelve a quedar sin reflejar en balance el coste del turismo. Solo el precio de la cama. ¿Cómo se pagan las fiestas que monta el pueblo turístico? Con los ingresos por transaciones inmobiliarias que recibe el ayuntamiento. Dicen los que más saben en el bar de la urbanización que si alguien hiciera una contabilidad real del turismo se nos quedaría cara de estafados.
Y eso no es un invento del boom inmobiliario o de cuatro comunidades. Afecta a todas las ciudades y desde que alguien se dio cuenta que el turista de Zaragoza lo que quiere es ser propietario de algo, aunque tenga el apartamento cerrado once meses al año. Claro, cuando el ladrillo ha llegado al fin del ciclo que arrancó hace treinta años, provoca el cambio de la propiedad por el uso. Demasiado caro ese apartamento para gastarlo un mes al año. Y demasiado cara esa carretera para que la gasten solo un mes al año. Cae pues la venta de apartamentos y cae el negocio del turismo.
Si miro entonces el balance de mi PYME me pregunto cómo saldremos de esta si vamos a tener que reflejar el capital físico invertido de verdad en la cuenta de pérdidas y ganancias de un establecimiento turístico. Y ya pueden inventarse todos los planes estratégicos como prepara el Gobierno, que siempre tropezarán con la realidad de una contabilidad que debe contemplar esa inversión en capital físico o la considera amortizada con el brutal empobrecimiento del sector que eso supone. O ponemos la cama a cien euros.
