elperiodic.com
SELECCIONA IDIOMA
Castellano
Per Vicent Albaro
Camins de l´Alcora - RSS

Memorias de un olivo milenario

    Hola compañeros. Me presento, soy una olea europea a la que todos llaman la Bruixa. Nací en el Asia menor hace muchos siglos, de muy joven me embarcaron en una galera romana y atravesé el mar de la cultura, de oriente a occidente de la mano de Publio. --Este legionario romano jubilado, a quien el emperador y por méritos de guerra, le había asignado un territorio en la Hispania, concretamente en la provincia de la Tarraconenses me plantó en este lugar. Como dueño y su familia se instalaron en una tierra de labor, junto a otros compañeros veteranos y sus familias en una Villa junto a la Via Agrarie Vel Vecinalis, en un remoto rincón de lo que hoy se conoce como comarca del Alcalatén, en la provincia de Castellón.

    En este lugar me arraigaron junto a otras compañeras, y aquí vivo desde hace más de mil años. Como podrás comprobar he visto de todo. Los siglos se arrastran por la sinuosidad de mis retorcidas nervaduras, que componen mi arrugado tronco. He sufrido podas severas, hielos, terribles sequías, vendavales y todo tipo de calamidades, pero sigo aquí viva, bien instalada y oteando el paisaje que se me antoja entrañablemente mío.

    De mis peripecias históricas os hablaré en otra ocasión, por que hoy quiero contaros que hace más de trescientos años, mis ramas crecieron en altura y los costados se vistieron de hojas hasta el suelo. Mis dueños de entonces (He tenido muchos), forjaron en mi interior una empalizada y unos andamiajes para poder dominarme, y así me prepararon para la caza del tordo. Al principio no me gustaba este encorsetamiento, pero después de ver desaparecer taladas a mis compañeras y echadas al fuego de los hornos, doy gracias a Dios que me convirtieran en lo que soy, pues de seguro que en esos años de calamidades colectivas y de necesidad, yo hubiera tenido el mismo y triste final.

    Soy de la variedad denominada por estas tierras “Farga”, ya se que no estoy en el catalogo de los viveros, de donde salen los jóvenes que de vez en cuando plantan por mis contornos, pero por lo que oigo a mis dueños, mi follaje parece ser el apropiado para este tipo de actividad, o al menos mejor que otras variedades.

    Hoy he querido asomarme a la ventana del Periódic.com, para testimoniar el cariño y el amor que mis dueños me tienen, y así poder defenderles de quienes les atacan con tanta furia, ignorancia y acritud. Soy la reina de la finca, me miman y cuidan como si fuera de la familia, yo así me lo figuro. Fijaros si me estiman, que Manuel, que así se llama el dueño que ahora tengo, se quedó solo conmigo para intentar apagar mis linderos con riesgo físico de su vida, el tenebroso día de verano en que un mal incendio, devoró todos estos contornos. Tuvo que sufrir mucho pues las llamas en algún momento parecían envolverlo. Por fortuna, todo acabó con una pequeña chamuscada que la poda y el abono, solucionaron a la siguiente primavera.

    Como os decía, he querido escribir estas letras porque mi dueño hace temporadas que anda triste y desolado. Le escucho lamentarse de que se siente mal, por una prohibición al parany, -que es la caza que estima-, que él no entiende ni yo tampoco. A veces se encuentra tan abatido que tengo que susurrarle con mis ramas al viento, una ininteligible canción de consuelo.

    Bajo mi sombra escucho acaloradas conversaciones de la familia y de los amigos, yo querría pensar que él no se rendirá jamás, como no lo hicieron los anteriores dueños en mi larga vida. Pero ahora en este momento, sí temo que se desanime y que la enfermedad y el abandono me abatan en estos solitarios parajes. Por eso quiero transmitir estas memorias, por si él las lee o sus amigos, o cualquier otro puedan darle ánimos y bríos para combatir y superar esta incomprensible injusticia que nos acecha y amenaza.

    Os podría contar cosas más alegres que os harían felices y abrir los ojos, a quienes ciegos de fanatismo, quieren atentar contra mi larga vida. También podría hablaros de todos los seres que me rodean, desde que el sol sale por las montañas y se oculta por el rojizo poniente. Pero eso en otra ocasión, el cielo gris y la amenaza de sentirme abandonada y morir, no me lo permiten.

     

    Elperiodic.com ofereix aquest espai perquè els columnistes puguen exercir eficaçment el seu dret a la llibertat d'expressió. En ell es publicaran articles, opinions o crítiques dels quals són responsables els mateixos autors en tant dirigeixen la seua pròpia línia editorial. Des d'Elperiodic.com no podem garantir la veracitat de la informació proporcionada pels autors i no ens fem responsables de les possibles conseqüències derivades de la seua publicació, sent exclusivament responsabilitat dels propis columnistes.
    Pujar