Gran participación institucional y social en la misa por las víctimas del coronavirus
El alcalde Luis Barcala, la consellera Ana Barceló, el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, y el teniente de alcalde Manuel Villar han ocupado el primer banco
Alicante ha respondido con una gran presencia institucional y social a la iniciativa conjunta del Obispado y del Ayuntamiento para celebrar la misa solemne por las más de 510 víctimas del coronavirus en la provincia de Alicante.
La ceremonia cantada se ha oficiado esta tarde en la concatedral de San Nicolás de la ciudad, presidida por el obispo de la diócesis Ohihuela-Alicante, Jesús Murgui.
El alcalde Luis Barcala, la consellera de Sanidad Ana Barceló, el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, el teniente de alcalde Manuel Villar y el edil Antonio Manresa han ocupado sitios preferentes ante el altar, engalanado con una bandera de España con crespón negro y un gran ramo de flores con una cinta blanca en la que se leía “In memoriam. Excmo Ayuntamiento de Alicante”.
Han asistido los concejales del PP Julia Llopis, Antonio Peral, Mari Carmen de España y Lidia López. Por parte de Ciudadanos, además del concejal de Cultura, ha estado María Conejero, así como los ediles de Vox Mario Ortolá y José Juan Bonet. En lugar también destacado, Enriqueta Cuchillo, presidenta de la Plataforma de Afectador por la Covid-19.
Mandos de la Comandancia Naval, del MOE, Guardia Civil, Subdelegación de Defensa, Policía Local, Bomberos, representantes del mundo de las Hogueras, con las belleas adulta e infantil, cónsules de Francia, Grecia, Marruecos e Italia también han estado presentes en el acto.
Al homenaje religioso a los fallecidos han asistido, además, representantes de colegios profesionales y organismos como la Cámara de Comercio, CEV, Cruz Roja, Juntas de Distrito, Círculo de Economía, grandes superficies como Carrefour y Mercalicante, entre otros muchos.
Los familiares de las víctimas han contado con espacios reservados y a ellos ha dedicado el obispo palabras de consuelo “con el corazón encogido, pero lleno de esperanza”.
Tanto el saludo de Jesús Murgui que ha abierto la ceremonia como en la homilía, los oficiantes han agradecido la dedicación de las autoridades que han sentido sobre sus hombros el peso de la crisis. También han recordado a los integrantes de los servicios esenciales y secundarios que se han esforzado durante la emergencia sanitaria.
En la misa se ha hecho mención una y otra vez a las personas fallecidas por la pandemia “que se han ido sin besos ni abrazos de consuelo”. La celebración religiosa ha servido también como “acto de acción de gracias a los servidores públicos y voluntarios que han hecho verdad la frase: nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los demás”.
