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Las religiosas del Convento de la Encarnación despiden en un funeral a la monja centenaria, que vivió "siempre con una sonrisa"

Las religiosas del Convento de la Encarnación despiden en un funeral a la monja centenaria, que vivió "siempre con una sonrisa"
  • A pesar de vivir “vicisitudes históricas muy difíciles”, según se resalta en su funeral

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Las religiosas del Convento de la Encarnación despiden en un funeral a la monja centenaria, que vivió "siempre con una sonrisa" - (foto 2)

El convento de la Encarnación del Verbo Divino regido en Valencia por la orden de las Carmelitas de la Antigua Observancia ha acogido esta mañana un funeral “corpore insepulto” por el eterno descanso de la religiosa Magdalena Pascual, que falleció ayer a la edad de 104 años en el mismo convento, en el que ingresó en 1934.

Durante la ceremonia, el féretro de la religiosa ha permanecido en la parte de la clausura que da a la capilla del convento, junto a sus hermanas de comunidad. El ataúd ha sido engalanado con flores, al igual que la cabeza de la religiosa, adornada con una diadema.

La religiosa vivió “siempre con una sonrisa a pesar de los años y de las vicisitudes históricas de las guerras en Europa y en España”, según ha señalado en su homilía el superior provincial de los Carmelitas de la Antigua Observancia, Luis Gallardo, que ha presidido la eucaristía. Tras la persecución religiosa de 1936, tuvo que reconstruir el monasterio junto a su comunidad.

Asimismo, ha destacado su “entrega completa a Dios y a los hombres” a través de la vida contemplativa. La comunidad de religiosas y su capellán, Jorge Miró, han subrayado también la “afabilidad” y la “sencillez” de Magdalena Pascual.

La religiosa nació en 1906 en la localidad segoviana de Cuéllar en una familia de labradores, que le transmitió la fe católica. Ingresó en 1934, con 28 años, en el monasterio de la Encarnación, sito en la calle Balmes de Valencia.

A lo largo de esos años, ha ejercido diversas labores, entre ellas la de consejera, maestra de novicias y sacristana. También ha trabajado en la huerta y en la cocina.

Junto con Gallardo y Miró, han concelebrado Ramón Crespo, párroco de Santo Tomás Apóstol y San Felipe Neri, y nombrado vicario episcopal, y José Canet, titular de la Santísima Cruz.

En el funeral también han participado, además de las religiosas del convento, otras de diferentes órdenes, así como familiares y fieles de la zona.

 

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