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Plantean el ejemplo de la toponimia de la huerta de València para enseñar Ciencias Sociales en Magisterio

Coexistencia de espacios urbanos y agrarios en el “camí vell del Cabanyal”
Coexistencia de espacios urbanos y agrarios en el “camí vell del Cabanyal”
  • Los investigadores de la Universitat de València (UV) Álvaro Morote y Joan Carles Membrado defienden el análisis territorial como apoyo en el aprendizaje de geografía e historia en el grado de Magisterio, dentro de las asignaturas de ciencias sociales

  • La acequia de Mestalla, la partida de Tarongers, los barrios de Benimaclet y el Cabañal o el camí de Vera son ejemplos en la propuesta de esta sinergia entre toponimia y enseñanza, que ya se aplica en Australia o Canadá.

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Joan Carles Membrado (izquierda) y Álvaro Morote.

Esta metodología se añadiría al temario de asignaturas de ciencias sociales del grado de Magisterio como un apoyo para la enseñanza. En el caso de la UV, se emplearía en “Didáctica de las Ciencias Sociales. Aspectos aplicados”, una asignatura impartida en el cuarto curso del grado de Magisterio, que, además, es una de las dos únicas que tratan la geografía.

Álvaro Morote, profesor del Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales y Sociales, y Joan Carles Membrado, del Departamento de Geografía, ponen como ejemplo su aplicación en la huerta norte de València, concretamente las zonas de Tarongers, la Carrasca y Benimaclet. Esta propuesta se complementaría con salidas por dichas localizaciones en las que se hablaría de su toponimia y se aprovecharía para explicar el origen y el presente de la huerta de València.

Esta forma de enseñanza, afirman, ya se ha empleado en países como Estados Unidos, Canadá o Australia, donde disponen de bases de datos completas sobre la toponimia nacional. Este conocimiento se emplea como “recurso complementario para el análisis territorial y es susceptible de uso como herramienta didáctica en los procesos de enseñanza-aprendizaje de las ciencias sociales”, según afirman los investigadores en su artículo publicado en Vegueta. Anuario de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.

La propuesta nace de la convicción de que entender el pasado y presente de la geografía estudiada ayuda a su comprensión y asimilación, y “puede servir […] para enseñar ciencias sociales utilizando un recurso patrimonial y vinculándolo a cualquier territorio”. De este modo, la toponimia serviría como recurso didáctico en la enseñanza a futuros profesores de educación Primaria.

Trabajo de campo

El estudio publicado detalla el nombre de la ciudad, heredado del vocablo latino valens y el sufijo -entis (que tiene valor); de pueblos como Alboraia, cuyo origen es Al-burayyaj (torrecilla) por su origen como puesto de vigilancia; el barrio de Benimaclet, que viene de “Familia Mahlad” (ibn-mahlad) los propietarios de la primera alquería de la zona; o Algirós, que proviene de la palabra árabe para acequia (al-jarux). También permite hacerse una idea de la nomenclatura del sistema de regadío heredado de la época musulmana a través de toda la toponimia de canales y brazos de riego como los de Escamarda, de Rams o de l’Arquet.

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