La parroquia Nuestra Señora de los Dolores de Valencia estrena nuevas salas para Catequesis y Cáritas tras su reforma
En el barrio de Algirós, incluye la decoración del muro exterior con grafitis
La parroquia Nuestra Señora de los Dolores de Valencia ha inaugurado sus nuevas instalaciones, en la planta baja del complejo que ocupa en el barrio de Algirós, donde ahora cuenta con una capilla de diario, nuevos despachos, varios de ellos para las Cáritas, y una sala para reuniones, y ha decorado el muro exterior con un grafiti inspirado en el Padrenuestro y el mar.
Tras finalizar la renovación de esta planta, a pie de calle, “las nuevas instalaciones fueron visitadas por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, hace un mes, y ya se encuentran en pleno funcionamiento”, ha indicado José Luis López Belmonte, párroco de Nuestra Señora de los Dolores y de la Sagrada Familia, de Valencia.
Nuevos espacios para Catequesis, grupo juvenil y Cáritas
El proyecto de acondicionamiento de este complejo parroquial “es muy amplio e iremos avanzando en función de las necesidades y recursos, pero ahora ya contamos con nuevos espacios que la comunidad parroquial necesitaba, como la sala para 40 niños de Catequesis, para el grupo juvenil y los despachos para las Cáritas, uno de gestión, otros dos de acogida y una sala de reuniones”, ha destacado el párroco.
Concretamente, las obras acometidas en el complejo, ubicado en la calle Campoamor, 94, han consistido en la instalación de unas verjas en la entrada; la habilitación de una capilla de diario; de un despacho de secretaría y otro para el párroco; una sala amplia para Catequesis; instalaciones para las Cáritas; y varios cuartos de baño adaptados.
Asimismo, las obras, que han sido sufragadas “gracias a una indemnización que tuvo que pagar la constructora”, han permitido también “construir una entrada nueva, por el callejón, y abrir 18 ventanas en las paredes del primer piso, que ocupa 1.800 metros cuadrados, para poder ventilar toda esa estructura de hormigón”, ha señalado.
Un grafiti con el Padrenuestro, aplaudido por los vecinos
Dentro del proyecto de renovación de la parroquia, iniciado hace un año por el actual párroco, se incluye la decoración con grafitis del muro exterior que rodea el complejo, “para animar con colores y mensajes cristianos la vista de todos los que pasen, para que sepan que dentro del complejo de hormigón gris hay un templo parroquial”, ha subrayado.
Por el momento el muro exterior ya cuenta con un mural, de 3 por 2,5 metros cuadrados de superficie, “que ha sido aplaudido por muchos vecinos del barrio, que lo fotografían, que ha sorprendido mucho y que representa a Jesús, con el Padrenuestro escrito dentro de su silueta, junto a una barca y con el Mediterráneo, al fondo”.
El mural “es obra de unos grafiteros que dentro de unas semanas realizarán una segunda escena, que mostrará a Jesús con un grupo de discípulos”, ha adelantado.
La idea es que “todo el que pase por aquí sepa que dentro del complejo hay una iglesia, porque muchos no lo saben, por eso en la torre que se conoce como ´la peineta` queremos colocar una cruz grande”.
En la visita del arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares estuvo acompañado por el Vicario general de la diócesis, Vicente Fontestad, y por el ecónomo del Arzobispado, Antonio Sales. Igualmente, una semana después, el obispo auxiliar de Valencia monseñor Arturo Ros ofició una misa “para celebrar la puesta a punto de las instalaciones y animar a toda la comunidad parroquial a estar juntos en este proyecto de mejora de la parroquia”, ha precisado el párroco.
El nuevo templo de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores abrió al culto en el año 2009, después de finalizar la parte principal de su construcción, en un solar cedido por el Ayuntamiento de Valencia, fruto de la permuta entre el Consistorio y el Arzobispado a cambio de los terrenos de La Almoina.
El complejo parroquial de Nuestra Señora de los Dolores cuenta con una entrada, con un patio grande y un pequeño jardín con una imagen de la Virgen, y consta de tres espacios: un primer volumen donde se encuentra el templo parroquial, con muros de hormigón en el perímetro, una cubierta metálica y un sótano; un segundo espacio, cuya planta baja ha sido renovada y que tiene, además, una primera planta; y una zona con tres viviendas para sacerdotes y locales parroquiales, también diáfanos y de hormigón, sin utilidad actualmente.
