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VIRGEN DEL BUEN PARTO

Las nueve vueltas a la Catedral de Valencia que toda embarazada debe dar

Las nueve vueltas a la Catedral de Valencia que toda embarazada debe dar
  • Una tradición popular para que la Virgen del Buen Parto proteja a madre e hijo en el nacimiento

Hoy les lanzamos a ustedes lectores una propuesta: vayan a la Catedral de Valencia y cuenten cuántas mujeres embarazadas -muchas de ellas en sus últimas semanas- entran y salen por la puerta de la misma. Seguramente a la hora se habrá descontado y, si no conoce el motivo de este desfile de la maternidad, le habrá asaltado la curiosidad.

Hay una tradición singular en la capital del Turia que vincula el parto con una bonita imagen de una Virgen dentro de la Catedral y con un ritual que consiste en dar nueve vueltas al interior del templo para tener un buen inicio de la maternidad. Una costumbre que comenzó a principios del pasado siglo, cuando un piadoso médico valenciano propició la costumbre de dar nueve vueltas a la catedral, una por cada mes de gestación, rezando -en cada vuelta y ante la imagen de una Virgen en concreto- un Padrenuestro, un Avemaría y Gloria, y una Oración final propia de la intercesión de la Virgen. 

De hecho, a la Virgen se le conoce en la actualidad como Nuestra Señora del Buen Parto (anteriormente como la Virgen del Coro o de la Cadira). Si quiere usted conocer a esta bonita Virgen debe ir al final del templo, justo detrás del Altar Mayor -en la Girola, frente a la capilla de la Resurrección y el brazo de San Vicente Mártir-  y ahí se encontrará con esta magnífica imagen sedente de alabastro policromado realizada hacia 1465 por el platero y escultor Joan de Castellnou.

Aunque desde al menos la postguerra se encuentra en la girola de la Seo, durante siglos coronó el Trascoro, que actualmente se encuentra en la capilla del Santo Cáliz. Las diferentes advocaciones marianas son distintas maneras de designar a la Virgen. Algunas referidas a una imagen concreta por razón del lugar en que se le da veneración (Virgen del Coro, en San Sebastián o Valencia), otras por algún detalle que la identifica (Virgen de la Cadira), o por una intercesión a atributo concreto (Nuestra Señora del Buen Parto). 


La Virgen sedente y entronizada muestra a María como Reina del cielo, como trono de la majestad de Cristo, por eso la Virgen está en posición rigurosamente central con el Niño sobre su regazo en igual postura. Jesús ostenta atributos regios: túnica, corona, bola del mundo en la mano izquierda, mientras la derecha se alza en gesto de autoridad y bendición.  

María sentada en un escabel decorado, viste túnica y manto, llevando corona sobre la cabeza y en la mano derecha un ramo de azucenas, atributo que, junto al cabello descubierto y dorado, es símbolo de pureza y nos remiten a su virginidad. 

La Maternidad de María, no sólo se refiere a su condición de Madre de Dios y de la Iglesia, o a ser modelo de Madre, muy pronto aparecieron advocaciones, como la Virgen de la Leche, la Expectación de la Virgen o Nuestra Señora de la Esperanza, que nos recuerdan diferentes momentos de su Maternidad. 

Una Virgen en permanente Ofrenda

También es tradición que después de dar a luz, la madre regrese ya con su hijo para darle las gracias a la Virgen que les cuidó. De hecho, a los pies de la imagen hay un manto de ramos y flores de agradecidos padres como Eli y Patri, a quienes nos encontramos mientras hacíamos este reportaje.


La mamá es de Barcelona y el papá de Valencia y hoy regresan con su bebé de dos meses y con cuatro orgullosos abuelos, dos de ellos venidos desde Barcelona para visitar al pequeño Hugo: “Fuimos a hacerle una ofrenda a la Virgen en la semana 40+2 y cuatro días más tarde Hugo vino al mundo”.

Eli y Patri querían un parto totalmente natural y respetado sin instrumentación ni inducción: “Gracias a la Virgen fue un parto de cuento lleno de magia. De hecho, su madre lo sacó y directamente se lo puso al pecho y yo corté el cordón”, nos relata su padre. 

“Desde que ingresamos hasta el nacimiento solo pasaron 8 horas ya que la madre dilató 9 cm en hora y media. El niño no lloró al nacer. Por lo que hoy que los padres de Eli habían venido unos días desde Barcelona para ver al niño nos hemos acercado los siete para dar las gracias”, concluye.

Al principio del reportaje les invitábamos a contar cuántas mujeres embarazadas entran y salen de la Catedral en una hora. Pues bien, para terminar, les proponemos que cuenten también el número de carros de recién nacidos que entran empujados por sus papás. Innumerables, como cada una de las historias que rodean a la Virgen del Buen Parto.

 

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