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El diputado Toni Canto asistió a la reunión

UPyD reúne en su sede de Valencia a los colectivos vecinales para conocer sus problemas

  • Desde Nazaret se emplazó a que salieran a la calle para saber lo que sucede

  • Los problemas de alcohol en la calle son común en la mayoría de barrios

El diputado nacional de UPyD, Toni Cantó, y el coordinador del Consejo Local de Valencia de UPyD, Eduardo Gómez, mantuvieron el pasado miércoles en la sede del partido una reunión con representantes de asociaciones de vecinos de Valencia para conocer de primera mano las demandas de los ciudadanos allí representados.

El objetivo de la formación magenta era mejorar conocer un poco más el conocimiento de los barrios y lo quisieron hacer de viva voz de las distintas asociaciones y elaborar propuestas que mejoren la situación y den solución a los problemas de los vecinos.

Desde UPyD se les informó a los dirigentes de que “si bien algunas competencias son de carácter municipal y actualmente no se cuenta con representación política en el Ayuntamiento de Valencia, seguimos trabajando en la elaboración de propuestas y ya se han conseguido algunos avances.

En opinión de UPyD muchas de las demandas expresadas desde las diferentes asociaciones son comunes, especialmente las que hacen referencia a la limpieza de las calles del barrio, falta de equipamientos o mantenimiento y cuidado de las infraestructuras.

Desde el colectivo del barrio de Nazaret reclamaron una mayor implicación de los políticos, encomendandoles a visitar el barrio y ver sobre el terreno, o sea en la calle, los problemas que afectan su día a día, como limpieza, educación, jardines, etc., abogando así por un mayor conocimiento de la realidad ciudadana por los responsables políticos.

Además, les instaron a cumplir las ordenanzas municipales y quisieron saber si UPyD las apoya.

Desde la formación magenta se informó de que hace poco presentaron alegaciones al último plan de ordenanza municipal del Ayuntamiento de Valencia.

La Asociación de Vecinos del barrio de San José presentó como principales quejas fueron dirigidas hacia la proliferación de nuevos bares en la zona que carecen licencia de actividad así como a los problemas que lleva asociado el fenómeno del botellón (suciedad, ruido, etc.), muy extendido por el barrio debido a las características sociodemográficas de sus habitantes. También demandaron equipamientos deportivos, dada la carencia actual de estos.

Representantes de la Cruz Cubierta denunciaron el olvido histórico que sufre su barrio así como la negativa que siempre han obtenido del ayuntamiento respecto a sus propuestas de mejora del barrio.

Asimismo, expresaron su malestar en relación al funcionamiento de las Juntas de Distrito en las que la tónica dominante acostumbra a ser el enfrentamiento entre los diferentes partidos políticos en detrimento de la participación vecinal. Finalmente, reclamaron conocer cuándo comenzarán las obras del Parque Central
La asociación de vecinos de la pedanía de Borbotó manifestó su malestar por la supresión de paradas de la línea 26 de la EMT que unía el centro de Valencia con la citada pedanía, dejando en la práctica incomunicados a sus habitantes por medio de transporte público.

Desde la asociación del Barrio de San Isidro se reclamó construir un túnel en el talud de 8 metros de altura correspondiente a una infraestructura ferroviaria y se demandó la permeabilización del barrio y denunciaron la inexistencia de una concepción global sobre infraestructuras ferroviarias que afectan a tejido urbano. Al ser ésta una competencia de ámbito nacional, el diputado Toni Cantó propuso formular en sede parlamentaria la pregunta correspondiente.

Los problemas que ocasiona la ingesta de alcohol en la vía pública fue una queja común en todas las asociaciones.
Se tantearon posibles soluciones al fenómeno del botellón: habilitación de recintos específicos, creación de un servicio de mediadores entre vecinos y jóvenes y dueños de locales, o alternativas de ocio nocturno como eventos deportivos.

Desde UPyD se propuso elaborar iniciativas que contemplen el botellón como un asunto de Salud Pública, lo que redundaría en la implicación de distintos agentes cuya intervención parece imprescindible.

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