La UPV debuta en la Copa de España de Motociclismo con un equipo de Moto 3
Una pequeña fábrica de los sueños, así es como debería llamarse este proyecto que un grupo de alumnos de Ingeniería Industrial de la Universidad Politécnica de Valencia pusieron en marcha en 2010 y que a día de hoy sigue dando los frutos de lo que un día sembraron.
Debut en Cheste
Este fin de semana debutan en la Copa de España de Velocidad en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste con su segundo prototipo, un concepto diametralmente opuesto a la primera propuesta motera por la que estos jóvenes apostaron en su día en el ámbito de las competiciones universitarias. En palabras del director del departamento técnico, Javier Martín, “es un concepto con el que irrumpir en el sector bajo el paraguas de una experiencia sostenida sobre el pilar del conocimiento en ingeniería aplicada a la alta competición”.
Y como si de un equipo de fábrica se tratase, diseñan y rediseñan todos los componentes que luego aplican en pista. I+D en contacto con el asfalto. Según el director del equipo, José Juan Campillo, “nuestra meta es ambiciosa pero no por ello irreal. Seguimos la hoja de ruta marcada en su día y cumplimos todas y cada una de las metas propuestas. ¿Nuestro futuro? Entrar en el mundial de MotoGP con escudería propia”. Y ganas y empeño no les falta, prueba de ello es la constancia que muestran a diario.
Los patrocinadores, necesarios
Y como todo en la vida, sin un apoyo extra este proyecto no hubiese visto la luz. Aparte de la propia Universidad Politécnica de Valencia, cuentan con el patrocinio del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana, colegio profesional de todos los ingenieros del equipo, el cual les apoya desde el primer momento con un importante sustento económico, así como el Centro Superior de Hostelería del Mediterráneo, Mecanismos Técnicos y de Laboratorios S.L y MotodesguaceRyR. “En el contexto actual, encontrar un mecenazgo es algo extremadamente complicado, por ello emprender es sinónimo de aprender, aprender a llevar a cabo una idea, maquetarla, adornarla, aprender a venderla. Aprendamos del fracaso y aprobemos en el regreso”, sentencia Campillo.
“No nos gustaría terminar sin agradecer con nombres y apellidos a Julián Miralles y a todo su equipo, el apoyo incondicional recibido, a José Luis Sánchez, porque sin él, sencillamente, esto hubiese sido imposible, así como a nuestros familiares, novias, novios, amigos, compañeros y patrocinadores”, concluye el director del equipo.
