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La Biblioteca Valenciana expone las cartillas infantiles y libros ilustrados antiguos con los que se enseñaba a leer

La Biblioteca Valenciana expone las cartillas infantiles y libros ilustrados antiguos con los que se enseñaba a leer
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    La Biblioteca Valenciana expone las cartillas infantiles y libros ilustrados antiguos con los que se enseñaba a leer - (foto 2)

    La Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu abre una exposición con documentos que muestran los diferentes métodos que se utilizaban para enseñar a leer desde el siglo XVIII hasta nuestros días.

    En total se exhiben un centenar de documentos que se pueden visitar en la sala permanente de exposiciones del monasterio de San Miguel de los Reyes hasta el mes de junio.

    Desde el método de lectura de 'La perinola' hasta las famosas cartillas de lectoescritura Rubio, la muestra 'Créixer llegint' ofrece una amplia muestra de cartillas infantiles, silabarios, abecedarios, cuentos ilustrados, aucas, cromos y fichas educativas que cumplían la misma función en diferentes épocas de la historia.

    El juego de 'La perinola' de 1791 es el documento más antiguo de la muestra, mediante el cual se gratificaba con dulces cuando el niño aprendía "una letra, los números y las señales de puntuación". También se muestra el 'Silabario pintoresco para niños' de 1880, una auca donde se juega con las imágenes para aprender las letras.

    En el siglo XX se popularizaron las cartillas infantiles como los métodos más habituales. De 1933 es 'El primer llibre per a infants', de Lambert Castelló y Emili Beut, con dibujos de Ramón Temprado, que se imprimió en València para enseñar valenciano a los más pequeños.

    Otros materiales expuestos son la cartilla 'Aprendo' de 1961, la enciclopedia infantil de Félix Martí (1973), la de Federico Torres (1945), artículos de opinión sobre la educación infantil de firmas prestigiosas como Carmen Laforet y libros infantiles y juveniles, entre los que destaca 'El Quijote para niños' de 1904.

    También hay una amplia representación de libros móviles, troquelados y desplegables de los años 50 de cuentos infantiles como 'La Bella Durmiente' o 'Caperucita encarnada', y cromos de 'Pulgarcito', llenos de colores atractivos para los lectores noveles.

    De forma complementaria, la sala ha sido decorada con carteles de campañas de animación a la lectura que llevan la firma de Arturo Ballester y Manolo Boix.

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