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La "maerà" de Antella, nuevo Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

La "maerà" de Antella, nuevo Patrimonio Inmaterial de la Humanidad
  • Se suma así a los 10 patrimonios mundiales reconocidos en la Comunitat Valenciana

La UNESCO acaba de confirmar que la maderada acaba de ser inscrita en la lista de los patrimonios culturales inmateriales de la humanidad. El municipio valenciano de Antella recuperó en 2012 la tradicion de transportar troncos por las aguas del Río Júcar como durante 8 siglos se ha practicado en este municipio turístico de la comarca de La Ribera.

El Ayuntamiento de Antella recuperó esta tradición milenaria que hasta la década de los 70 se practicaba en Antella para hacer llegar la madera procedente de la serranía de Cuenca hasta los centros de consumo y para la que contó con la ayuda y colaboración de los Gancheros de la Comarca de Priego (Cuenca), Associació Cultural de Raiers de la Noguera Pallaresa (Lleida), Almadieros de Navarra y la Asociación Internacional de Navateros y Almadieros, presentaron su candidatura para que el transporte fluvial de madera sea declarado de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.

Se suma así a los 11 patrimonios mundiales reconocidos en la Comunitat Valenciana. Ayer mismo, la UNESCO añadía uno más a la lista tras la declaración del toque manual de campanas como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

 

¿En qué consiste la "maerà" de Antella?

Tras un recorrido de unos 800m, los troncos de distinto calibre los participantes tienen que superar el dique inclinado de l'Assut d'Antella, desde donde serás arrastrados fuera del agua con la ayuda de caballos y mulas.

El transporte fluvial de madera es una práctica habitual en todos los grandes ríos del planeta hasta la llegada de las sociedades industriales con la que durante siglos se abastecía de madera a las grandes ciudades para la construcción de flotas navales, edificios, vías ferroviarias y cajas de naranja, entre otros usos.

La conducción fluvial de troncos de madera es una actividad que se ha venido practicando en aguas del río Júcar desde, al menos, el siglo XII hasta finales de los años 60, si bien el estallido de la Guerra Civil marcó su práctica desaparición en la totalidad de las cuencas fluviales españolas. junto a la construcción de presas.

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