El Cristo Salvador, el más antiguo de València, celebra su 772 aniversario
El misterio y el milagro envuelven la historia de este Cristo, que actualmente se encuentra el la iglesia del Salvador, ubicada en la Calle Trinitarios de la capital
La aparición de Cristos suele hacerse en momentos vulnerables para la sociedad y su aparición así como la historia que esconden tras ellos no suelen dejar indiferente a nadie. Sin embargo, el paso del tiempo provoca que la historia se distorsione o la leyenda que les acompaña caiga en el olvido.
Algo así, es lo que ha sucedido con el Cristo del Salvador de València que este año ha cumplido 772 años. Este aterrizó en la ciudad un 9 de noviembre de hace 772 años tras unas fuertes lluvias en la ciudad que provocaron el ascenso de las aguas en el río Túria. Empujado por la marea apareció enfrente de la antigua casa del Cid Campeador, lugar en el que pasó su primera noche.
A la mañana siguiente se trasladó a la Catedral de València, y mágicamente días más tarde volvió a verse en el lugar en el que se encontró por primera vez. Por lo que se repitió el mismo procedimiento, pero siempre desaparecía y teletransportaba hasta la casa del Cid, por lo que la tercera vez que sucedió se decidió que permanecería en este lugar.
El milagro del Cristo del Salvador
Cuenta la leyenda que existen hechos inexplicables que envuelven al Cristo como es su milagrosa incapacidad de combustión, pues durante la Guerra Civil Española se tiró a la hoguera y únicamente se quemó el madero de detrás de la imagen, un verdadero milagro, ya que la madera de cedro reseca debería haber ardido al acercarse al fuego.
Por otro lado, la Semana Santa marinera se trasladó junto a los poblados marítimos a la actual ubicación de la misma, y aunque ello no es exactamente cierto, véase el Cristo de San Nicolas o el San Bult , que fueron imágenes procesionales de la Semana Santa Valenciana, con lo cual, queda sin efecto, o al menos parcialmente, la total autoría de la Semana Santa Marinera.
No obstante, la calle del mar, la calle de las barcas, la porta del mar, el palacio de aduanas, todo ello nos habla de ese pasado marinero valenciano, que, aunque lejos de la costa, existía, comunicando por el río Turia, que a través de su actual cauce, discurría, hasta la bocana del Mediterráneo.
En definitiva, estamos ante toda una imagen religiosa que evoca al milagro y la fe de todos sus creyentes, pues en él se hayan verdaderos hechos inexplicables.
