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Los vecinos advierten que paralizarán las obras de la avenida Lidón de Castelló si el Ayuntamiento no les atiende

Los vecinos advierten que paralizarán las obras de la avenida Lidón de Castelló si el Ayuntamiento no les atiende
  • Amenazan con organizar sentadas cuando entren las máquinas a trabajar

Uno de los proyectos urbanísticos que más dolores que cabeza está generando al Ayuntamiento de Castelló es la obra de remodelación de la avenida de Lidón, que se ha encontrado con la oposición de una parte de los vecinos que residen en la zona.

Tanto es así que la Asociación de Vecinos del barrio de Rafalafena ha amenazado con organizar sentadas cuando entren las máquinas a trabajar en la avenida como protesta ante lo que consideran “la actitud antidemocrática” del Ayuntamiento por no sentarse con ellos para tratar el proyecto.

Por esta razón, vienen convocando manifestaciones y concentraciones cada jueves a las 19 horas en la plaza Maria Agustina para protestar por la “falta de respuesta” del consistorio a las peticiones vecinales. La próxima, el próximo jueves por la tarde.

Empezamos a recoger firmas en 2019 y en estos momentos tenemos ya unas 4.000”, asegura Vicky Amores, presidenta de la asociación, que explica que han presentado sus quejas ante el Comité de Peticiones del Parlamento Europeo, que el pasado mes de febrero les informó que ya ha abierto una investigación sobre el tema.

Pero, a parte de la denuncia por no acceder a reunirse con ellos, las principales quejas de los vecinos tienen que ver con el propio proyecto, ya que consideran que es “una infraestructura innecesaria” que quita aparcamientos sin ofrecer alternativas y que aumentará el tráfico en algunos viales al apartarlo de la avenida Lidón.

“El argumento de que se hace para bajar los niveles de CO2 no se sostiene, porque según el medidor de calidad del aire que hay junto al Patronato de Deportes tenemos la mejor calidad del aire de la ciudad”, subraya Amores.

Y es que uno de los argumentos del consistorio es que con esta obra se trabaja hacia la descarbonización de las ciudades que exige la Comisión Europea. De hecho, este proyecto de 3’3 millones de euros está cofinanciado con los fondos europeos.

La idea, según el Ayuntamiento, es convertir esta avenida en un itinerario accesible, seguro y sostenible en el que convivan armónicamente peatones, bicicletas y vehículos a motor. Para ello, se semipeatonalizará la calle para evitar que se convierta en una vía de paso hacia el centro de la ciudad como lo es ahora.

Las peticiones de los vecinos

“Tenemos cinco colegios, dos institutos, una guardería, un polideportivo y la biblioteca de la Generalitat, a las que vienen personas de todo Castellón”. Todo este tráfico entrará ahora por la calle Rafalafena, explica Amores, que critica que “se ha planteado este proyecto sin preparar las infraestructuras primero, ni para los cambios en el flujo del tráfico ni para los problemas de aparcamiento que se generarán”.

Otra cuestión que critican es que se quiera quitar la valla del parque de Rafalafena, ya que consideran que aumentará los botellones en su interior y la sensación de inseguridad. El Ayuntamiento, por su parte, cree que si se elimina la valla dejará se integrará mejor en el entorno y que se mejorará la seguridad para los paseantes al dejar de ser un sitio cerrado con unas pocas salidas.

“Es innecesario romper y destrozar una avenida que es una maravilla y que está nueva”, recuerda Amores en referencia a la reforma que se hizo hace unos años. Además, denuncian que ya se están talando árboles para poder ejecutar la nueva plataforma.

En cualquier caso, desde la asociación se abren a aceptar estas obras si se tiene en cuenta su petición de que solo se ejecuten la primera y la segunda fase, las más cercanas a la basílica. Y es que la entidad considera que el mayor problema estaría en la tercera fase de las obras, la que va desde el Tombatossals hasta la plaza Maria Agustina, donde más gente reside y más afectados habría por la falta de aparcamiento.

“Si la parasen ahora mismo no habría problema”, explica Amores, que reconoce que la parte más cercana a la basílica no es conflictiva ya que ha espacio suficiente como para mantener parte de los aparcamientos y construir un nuevo carril bici por uno de los laterales. Por otro lado, tampoco se oponen frontalmente a la plataforma única que se quiere crear, igual que sucede en otras calles del centro de la ciudad donde ya no hay bordillos ni aceras.

 

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