Fernando Valdés: «La discriminación laboral por razón de género constituye una lacra social»

El magistrado del Tribunal Constitucional Fernando Valdés ha asegurado que «la discriminación laboral por razón de género constituye una lacra social» durante la conferencia inaugural de la jornada «Negociación colectiva: Clasificación general y sesgos de género» que ha organizado la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas en el marco de un proyecto de investigación dirigido por la profesora de Derecho de Trabajo y de la Seguridad Social Amparo Garrigues.

Valdés, quien ha hecho un recorrido histórico sobre este punto dentro de la negociación colectiva, ha indicado que hasta la llegada de los acuerdos de interés profesionales, no había un tratamiento unificado sobre este aspecto laboral, «el punto de inflexión fueron los acuerdos de interés profesionales-ha comentado- que abrieron una nueva comprensión y tratamiento de la desigualdad, empezando a concebirse como un objetivo estratégico».

Los motivos, en su opinión, que han propiciado este retraso en la inclusión de este tema en las políticas de negociación son tres: una inercia negociadora que no incluye este aspecto porque no se había hecho antes; una falta de formación de la representación de los trabajadores para reivindicar este punto; y una falta de sensibilidad en las personas que negocian. Como anécdota, Valdés ha recordado que en alguna mesa de negociación en que ha participado como asesor a principios del siglo XXI «todavía no había ninguna mujer».

El profesor ha asegurado que «todavía perviven en el sistema cláusulas llenas de discriminación», formas indirectas como los sistemas de clasificación o de selección y hay que adoptar medidas preventivas o promocionales y mejorar las acciones referidas a la conciliación laboral y familiar, que adolecen, en su opinión «de escasa originalidad y sólo se limitan a reproducir lo que dice la ley».

Durante la presentación de la jornada, la profesora Amparo Garrigues ha indicado que, según datos del Instituto Nacional de Estadística, existe una brecha salarial entre el 14 y el 33% entre hombres y mujeres. «Hasta la Ley de Igualdad en 2007 y más concretamente, en 2010 con la reforma laboral, no se incluyeron criterios de negociación no sexista». En su opinión, la clasificación profesional «es un elemento clave transversal del cual derivan todos los vicios en que se basa la desigualdad».