Un conflicto familiar acaba en denuncia a una residencia de Daimús tras fallecer el padre

El enfrentamiento que mantienen dos hermanos desde hace años ha provocado que uno de ellos interponga una denuncia contra la residencia de mayores Solimar de Daimús en la que murió el padre de ambos el pasado día 17 de marzo por causas que nada tienen que ver con el COVID-19.

Tal y como relata una fuente directa a elperiodic.com, el hombre de edad avanzada arrastraba problemas de salud que se agravaron en marzo, cuando se le llegaron a encharcar los pulmones. Ante la situación irreversible en la que se encontraba y lo graves que eran sus problemas, los responsables de la residencia llamaron a uno de sus hijos para informarle del estado de su padre y consensuar entre las dos partes cuáles iban a ser los siguientes movimientos.

Este hijo al que llamaron desde la residencia como responsable de su padre tomó la decisión de que mantuvieran al hombre allí mismo y no le trasladaran al hospital dado el estado en el que se encontraba. El hijo, sabiendo cómo estaba su padre y que la gravedad del pronóstico no tenía solución, optó por no crearle las molestias del traslado al centro hospitalario y que permaneciera en la residencia para que siguiera con la tranquilidad y cuidados del centro hasta que su salud aguantase. Los responsables sanitarios de la residencia Solimar de Daimús hicieron lo que el hijo del interno les indicó y le mantuvieron los cuidados. Hasta aquí, por parte de la residencia no existía problema alguno porque llevaron a cabo su protocolo de avisar al familiar responsable del anciano y seguir los pasos que este indicara.

El problema llegó cuando el otro hijo en cuestión - hermano de la persona a la que llamaron desde la residencia y que optó por no llevar a su padre al hospital - no se enteró de cuál era la gravedad de su progenitor al mismo tiempo. Esto se debe a que, como los hermanos no se dirigen la palabra ni tienen comunicación alguna desde hace años, el que recibió la llamada no le comentó nada al otro. Hay que tener en cuenta que el centro de ancianos informó a uno de ellos, al que figuraba como responsable, entendiendo que la obligación es hacérselo saber a un familiar directo y que este lo comunicará posteriormente al resto de la familia. Pero al estar enfrentados por el conflicto familiar, el otro hijo no supo nada sobre el grave estado de su padre y se enteró directamente de su fallecimiento el día 17 de marzo.

Fue aquí cuando el conflicto se endureció, pues al no tener conciencia del estado de salud de su padre y no entender que no se le notificara nada, decidió tomar medidas por su cuenta. A su juicio, la responsabilidad recae sobre la residencia Solimar y no en su hermano. Tanto es así que interpuso una denuncia al centro de ancianos de Daimús, que está inmerso en una investigación penal dirigida por la Sección Territorial de Gandia.

La denuncia del hijo de la víctima se argumenta en su exigencia de que la residencia debería haber trasladado al anciano al hospital por su gravedad, tenía incluso los pulmones encharcados, y haberle llamado también a él para comunicarle lo que le ocurría a su padre.

La otra parte, la del centro de mayores, se sustenta en que se trata de un conflicto entre hermanos del que ellos nada sabían. Su responsabilidad y protocolo establecido era el de avisar a un familiar responsable del anciano, cosa que llevaron a cabo e incluso consensuaron con el hijo al que llamaron los siguientes pasos de su padre en cuanto a que permaneciera interno o que se le trasladase al hospital. Por lo tanto, consideran que en ningún momento actuaron erróneamente porque debió ser el hijo del fallecido quien avisara a su otro hermano y a quien él considerara oportuno o decidiera no hacerlo, tal y como ocurrió.

A tal calado llega el asunto, que el hijo que fue informado por la residencia testificará a favor del complejo de ancianos cuando se les cite a declarar. Este no entiende negligencia alguna por parte de la residencia y emitirá su testificación en contra de lo que argumenta su hermano, ya que recalca que le avisaron a él y tomó la decisión de que su padre permaneciera interno y no causarle las molestias de trasladarle al hospital por lo irreversible que se antojaba su estado de salud.

En conclusión, el conflicto que mantienen desde hace años dos hermanos ha provocado que uno de ellos denuncie a la residencia de mayores en la que falleció el padre de ambos acusando al complejo de que no le llevaran al hospital cuando se encontraba grave y él no era consciente; pero sin saber en aquel momento que su propio hermano estaba informado de todo como responsable de cara a la residencia y decidió que permaneciera ingresado para no causarle mayores incomodidades, por lo que incluso va a testificar en contra de su hermano y defenderá el buen hacer del complejo de ancianos porque insiste en que no existe ningún tipo de negligencia.

La investigación penal sigue su curso y nada tiene que ver este caso con el COVID-19, ya que el fallecido no murió por la infección de este virus ni la residencia ha tenido ni un solo caso positivo.