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ENTREVISTA

Quino Puig: “Las Fallas me han dado mucho en esta vida, sobre todo amigos”

Quino Puig: “Las Fallas me han dado mucho en esta vida, sobre todo amigos”
  • Entrevista con el crítico y guionista de Burriana que será reconocido por el colectivo fallero local próximamente

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Quino Puig ha dedicado toda su vida a las fallas: 350 en Valencia, decenas de críticas y guiones en ciudades de todo el territorio valenciano y amigos falleros, artistas y críticos que le ha regalado grandes momentos en su profesión. Es la conclusión a la que llega Quino Puig, que va a ser reconocido próximamente por el colectivo fallero de Burriana: “Las fallas me han dado mucho pero, sobre todo, amigos”.

Así lo reconoce el guionista burrianense en una entrevista con elperiodic.com en el que ha repasado toda su vida profesional y su trabajo en el taller fallero: “Lo mío ha sido una vocación de colaboración con los artistas falleros porque son personas a las que aprecio y admiro muchísimo”. Y así ha quedado demostrado con una admiración que le ha sido devuelta. Aquí puede leer la entrevista al completo.

¿Cómo empezó su pasión por las fallas?

Con 16 años tuve el primer encuentro con las fallas. Aunque la gente me relacione con la Falla Chicharro, que es en la que he estado toda la vida, lo cierto es que empecé en la Falla Centro España donde me apunté con unos amigos. Estuve allí unos tres años y colaboré ya con la creación de la falleta infantil del año 79. Me entró entonces el gusanito de lo que realmente me gusta, que es el taller de la falla.

Lo suyo era estar detrás, ¿Verdad?

Yo he sido un fallero muy atípico, he estado siempre en torno al taller del artista fallero. En los ochenta me apunté a la Falla Chicharro y allí había un grupo de gente entre los que estaban Pepe Esteban, Juanvi Moros, Pablo Julián y yo. Decidimos entre todos empezar a hacer las críticas de nuestra falla.

¿Fue ahí cuando se lanzó al ruedo?

Entonces no había mucha gente que hiciera críticas de fallas, que supiera valenciano y que estuviera en el mundillo. A principios de los noventa los artistas comenzaron a pedirme que les hiciera yo la crítica. En el año 91 hice mi primera crítica en Valencia y ya comencé a colaborar con los artistas falleros. Lo mío ha sido una vocación de colaboración con los artistas falleros porque son personas a las que aprecio y admiro muchísimo.

¿Y cómo era esa colaboración al principio?

Hay que tener en cuenta que la parte literaria es la que más hace sufrir a los artistas falleros normalmente. Así que yo hacía desde la creación de escenas, las memorias y al final la crítica y el llibret de la falla. A mi lo que siempre me ha movido ha sido eso y, sobre todo, una relación entrañable con una persona que me ha inspirado siempre, Jose Luis Ferrer “Regino”. Detrás de Pepet , para mí ha sido el mejor artista que ha tenido Burriana. La amistad con él, con Reginet, me hizo ver la relación con los artistas falleros de una forma totalmente distinta.

¿Cómo se consigue esa simbiosis entre el artista fallero y el crítico para poder plasmar la idea?

Lo primero es saber ensuciarte los pies, conocer el mundo del taller y conocer cómo se hace una falla. El artista fallero muchas veces ni dibuja, tiene una idea inicial, pero necesita un dibujante. La falla se divide en dos partes, el remate y las figuras, donde está la crítica. La primera idea siempre la tiene el artista y el crítico desarrolla la falla a partir de ella. Después pasan muchas cosas, por ejemplo, el presupuesto de la falla.

¿Es muy determinante a la hora de dar vida a una idea?

Hacer una falla con un presupuesto ajustado es muy complicado. Si haces una falla sin mucho presupuesto tienes que recurrir a figuras ya hechas, a las que tiene el artista y elegir la que quieras para poner en la falla. ¿Cómo? Pues dándoles vida y que desarrolle la idea del artista con esas figuras, pero eso es parte de la falla, parte del juego. En cualquier caso, hay que tener clara la misión: colaborar con el artista fallero, que es realmente la figura importante.

¿Y cómo se encuentra la inspiración?

Lo de las musas no es una broma. He tenido la suerte de colaborar con muchos artistas, la mayoría de Burriana, pero también de fuera. La inspiración te viene viendo la evolución de la falla. Cuando yo trabajaba iba al taller de la falla desde primera hora, estar en contacto continuo es lo que te hace inspirarte. Lo que haces es desarrollar una idea, hacer una falla es una obra de teatro, con sus escenas. Además, lo mas importante es que la falla sea graciosa, crítica, pero sobre todo que sea comprensible.

¿Sigue en activo?

Voy reduciendo poco a poco las marchas. He hecho el “cafre” hasta el punto de que entre los años 2000 y 2020 he sido el que más guiones ha hecho en la ciudad de Valencia. ¿Por qué? Pues porque yo no hacía los guiones que quería, sino los que me pedían. Y nunca he sabido decir que no. Por ejemplo, si lo lógico era hacer ocho guiones, yo llegaba a meterme en 30 o incluso 40. Tratas con amigos y al amigo no vas a decepcionarlo. Me ha tocado trabajar muchísimo y ya coges la técnica.

Este es el primer año en el que no voy a hacer fallas en Valencia voluntariamente, aunque este año estaré en unas quince fallas en Alzira, Carcaixent, Ribarroja, Benaguasil o Burriana, entre otras.

¿Con qué anécdota te quedas después de tantos años?

La falla es muy anecdótica así que si empezara a contarte anécdotas no acabaría…Ha habido momentos muy bonitos, también alguno complicado… Recuerdo que, cuando empecé en Valencia, me advirtieron de que no estaba haciéndolo bien porque estaba teniendo un enfoque “muy de pueblo”. Hay que tener en cuenta que yo venía de Burriana, allí te cruzabas todos los días con el político, algo que no pasaba con la alcaldesa de Valencia. Y yo dije que yo iba a continuar igual y así fue. He hecho 350 fallas en Valencia y habré tenido tres problemas como mucho, he sido muy respetado en Valencia.

¿El balance que hace es bueno?

Totalmente. Han sido muchos años y muy productivos. Hay mucha cultura en torno a las fallas y en ella siempre he ido representando a mi Burriana. Pero, sobre todo, lo que me han dado las fallas son amigos, de diferentes pueblos y a quienes quiero mucho.

 

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