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La Universitat de València acoge una exposición que recrea el devenir del jazz y su representación gráfica en España

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    Con motivo del I Congreso Internacional de Jazz en España, organizado por la subdirección general de Música de CulturArts - Generalitat Valenciana, la Fundación SGAE en colaboración con la Universitat de València y la Universitat Politécnica de València, el Centre Cultural La Nau inaugura este miércoles, 27 de noviembre, la exposición ‘Con acento. Memoria gráfica del jazz en España’.

    La inauguración que se celebrará mañana, a las 19 horas, en la Sala Oberta del edificio histórico de la Universitat estará amenizada con una actuación de jazz de alumnos de Berklee College of Music de València, dirigidos por Víctor Mendoza. La exposición podrá visitarse hasta el próximo día 12 de enero.

    Comisariada por Jorge García y Toni Picazo la exposición ‘Con acento. Memoria gráfica del jazz en España’ pretende reconstruir el devenir del jazz y su representación gráfica en nuestro país —con incidencia en la trayectoria de algunos de sus protagonistas más destacados— a través de una selección de carteles y discos, revistas, libros, partituras y folletos publicitarios entre otros documentos, procedentes de diversas colecciones públicas y particulares. Como fondo en la Sala Oberta de La Nau, suena música de jazz.

    “Creo que sobre todo llamará la atención el material de los años veinte y treinta, muy poco conocido”, comenta Jorge García, que también es uno de los codirectores del congreso. En aquella época, el jazz era “un fenómeno sociológico muy importante en España a la gente le cautivó tanto por sus ritmos novedosos como por el exotismo de los intérpretes de raza negra y los instrumentos visualmente tan atractivos como la batería”.

    Por su parte, Toni Picazo subraya que el material expuesto en La Nau permite acercarse “a la manera en que el jazz ha sido percibido, es decir a su envoltorio visual. El público podrá ver a través de carteles y diverso material gráfico los estereotipos más recurrentes asociados a esta música, las tendencias estéticas del momento y las figuras del diseño que han colaborado con el jazz”. El diseño permitió promocionar el jazz al público y todo este material que se presenta con la ayuda dibujantes, cartelistas, ilustradores, fotógrafos y diseñadores gráficos se puede ver ahora en La Nau. Desde los ecos de las vanguardias que acompañaron sus primeros pasos hasta el auge contemporáneo de artistas gráficos vinculados al jazz, pasando por la ensimismada austeridad visual de la dictadura.

    Según explican los comisarios de la muestra, desde comienzos del siglo xx, el jazz y los estilos musicales que lo prefiguraron entraron en España a través de los balnearios y casinos más lujosos de San Sebastián y Santander, donde veraneaban la familia real y las clases pudientes, siempre curiosos por conocer las últimas modas internacionales, o también como parte de la oferta más exótica de los grandes circos que recorrían el país. Los nuevos ritmos fueron recibidos por nuestros antepasados con asombro, extrañeza, desprecio o entusiasmo, pero nunca con indiferencia. La música afronorteamericana fue para unos sinónimo de modernidad y cosmopolitismo, y para otros señal de decadencia y pérdida de raíces seculares; lo cierto es que pasó enseguida a formar parte de nuestra escena musical, popularizado en salas de baile o incorporado a zarzuelas y revistas, sin que ni siquiera la tragedia de la guerra civil y la hostilidad del franquismo lograran borrarlo del mapa.

    Puede decirse que el jazz ha conocido entre nosotros tres grandes momentos de apogeo: el final de la dictadura de Primo de Rivera y los primeros años de la República, cuando la atracción por todo lo negro alcanzó su momento álgido y los músicos y bailarines extranjeros —estadounidenses en su mayoría, pero también caribeños de diferentes nacionalidades— poblaban las carteleras; en segundo lugar la inmediata postguerra, con un paradójico, fugaz e intenso episodio de moda de la música hot y las grandes orquestas, a contracorriente de las proclamas nacionalistas; y en tercer lugar la década de 1980, que contempló la aparición de un sinfín de festivales de jazz repartidos por todo el incipiente Estado de las autonomías y los primeros pasos de una impresionante generación de jóvenes músicos, convertidos hoy en referentes internacionales. En torno a esos tres grandes momentos se ha ido escribiendo una historia que se convierte en exposición en el Centre Cultural La Nau.

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