elperiodic.com
SELECCIONA IDIOMA
Valencià

El Teatro Principal llena el aforo con La consagración de la primavera y Sheherezade

  • Este fin de semana se ha colgado el cartel de “agotadas las localidades” con Les Ballets de Montecarlo

  • Jean Christopeh Maillot coreógrafo y director de Les Ballets, Premio Dansa València 2010

El Teatro Principal cuelga el cartel de no hay entradas en el homenaje a los ballets rusos con la ya mítica La consagración de la primavera, y Sheherezade de Les Ballets de Montecarlo.

Dentro de la Temporada Internacional Dansa València, del 23 al 25 de abril, Les ballets de Montecarlo, actúan con un programa doble: mediante La consagración de la primavera, y Sheherezade, que ofrece el director y coreógrafo de la compañía Jean Christopeh Maillot (Premio Dansa València 2010).

En 1993, Jean-Christophe Maillot (1960, Tours, Francia) es nombrado coreógrafo y director de Les Ballets, cambiando el curso de esta compañía de casi cincuenta bailarines. Un nuevo destino apuntalado en la creación de un repertorio propio, en el uso de las nuevas tecnologías y en su empeño por contar con la colaboración de artistas de la talla de Lucinda Childs, Karole Armitage, William Forsythe, Jacopo Godani, Nacho Duato y Sidi Larbi Cherkaoui, entre otros.

El Ballet Montecarlo tiene su remoto y muy prestigioso precedente en el establecimiento, en 1911, de la residencia de los Ballets de Diaghilev en el Principado de Mónaco. Aunque el origen de los actuales Ballets se remonta a 1985, cuando, gracias a una iniciativa de la Princesa de Hanover, renació la compañía. En 1985, tras una intensa y cambiante trayectoria, Les Ballets de Monte-Carlo es nombrada compañía oficial de Mónaco por la Princesa de Hanóver, de acuerdo con los deseos de su madre, Grace Kelly, Princesa de Mónaco.

La consagración de la primavera. El argumento está basado en la historia del sacrificio ritual de una joven virgen, elegida para celebrar la llegada de la primavera bailando hasta la muerte ante su tribu. Es esta historia la que condiciona a Stravinsky para diseñar una obra llena de nuevos recursos rítmicos.

A diferencia de en los ballets anteriores, obras más rusas y menos rupturistas, Stravinsky se atrevió, en esta obra, a innovar más de cuanto la corriente modernista francesa (la vanguardia en aquel momento) se había atrevido a hacer.

Su estreno, como podía esperarse, supuso un estrepitoso fracaso: el público comenzó a abuchear la obra cuando ésta aún no había finalizado. La crítica por su parte estaba dividida entre los maravillados modernistas franceses, y los reaccionarios autores románticos y post-románticos, que la consideraron como una sucesión estruendosa e incomprensible de sonidos y ruidos.

En la primera parte, Adoración de la Tierra, se santifica la tierra, los bailarines se funden con ella. En la segunda parte, El Sacrificio, se elige a la doncella que será sacrificada para propiciar la primavera. El ballet se cierra con la terrible danza de la elegida para el sacrificio.

Subir