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El Sínodo Diocesano incluirá en su Asamblea final propuestas y orientaciones pastorales para la nueva situación tras la pandemia

  • Se pospone para después del verano como consecuencia del coronavirus

La Asamblea Sinodal y la conclusión del Sínodo Diocesano que estaban previstas para el próximo fin de semana, coincidiendo con la solemnidad de Pentecostés, se celebrarán después del verano como consecuencia de la pandemia del coronavirus y para incorporar nuevas propuestas y orientaciones relativas a la nueva situación generada por la crisis sanitaria en la Iglesia y en la sociedad.

Después de ocho meses de trabajos, desde que fue inaugurado el pasado 15 de octubre por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, en estos momentos, la organización del Sínodo estudia como posibles fechas para la Asamblea Sinodal y la celebración conclusiva, que iban a ser los actos más multitudinarios, el último fin de semana de septiembre o el primero de octubre.

Los trabajos de las diferentes fases del Sínodo se han ido realizando de la forma debida, aunque en los últimos dos meses se han tenido que llevar a cabo las reuniones de forma telemática debido al Estado de Alarma.

Precisamente, entre las propuestas que se han incluido para su aprobación final por la Asamblea General y por el Arzobispo hay “varias relativas a la situación generada por la pandemia”, según ha asegurado el obispo auxiliar de Valencia, Arturo Ros, que ha presidido varias comisiones técnicas encargadas de la preparación.

El Sínodo Diocesano fue convocado por el cardenal Cañizares para, partiendo del conocimiento y evaluación de la situación real de la Iglesia en Valencia y de todo lo trabajado en los últimos años, impulsar la “renovación pastoral de la diócesis para hacerla más evangelizada y evangelizadora, a la luz del Concilio Vaticano II y de las enseñanzas actuales del magisterio eclesial, especialmente de San Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, estableciendo orientaciones pastorales adecuadas a nuestra situación”.

A través del Sínodo se pretende también “fomentar la experiencia de comunión y la corresponsabilidad de todos los fieles de la diócesis”, fortaleciendo su fe y su vida cristiana.

Fases preparatorias y elaboración del ´Instrumentum Laboris`

El Sínodo Diocesano de Valencia dio comienzo el pasado 15 de octubre de 2019 con una solemne misa de apertura en la Catedral presidida por el propio Arzobispo de Valencia.

En una primera fase, el trabajo preparatorio se realizó a través de siete comisiones técnicas, desde la apertura hasta el mes de febrero “un tiempo de trabajo y reflexión”, coordinado por la Comisión Central, presidida por el Arzobispo.

Las siete comisiones técnicas trabajaron en los grandes temas propuestos: Nueva evangelización e iniciación cristiana (presidida por monseñor Javier Salinas), Familia y juventud (presidida por monseñor Arturo Ros), Parroquia evangelizadora (presidida por el Arzobispo y el vicario general, Vicente Fontestad), Laicado y mujer (presidida por monseñores  Ros y Salinas), Sacerdotes y vida religiosa (presidida por el Arzobispo y por los vicarios  Jesús Corbí  y Martín Gelabert), Evangelizar la cultura. Pastoral educativa y universidades (presidida por mons. Escudero, Rafael Cerdá y José Luis Sánchez) y Vida y testimonio de caridad (presidida por mons. Ros y José María Taberner). Cada una de estas comisiones técnicas estaba formada por laicos, sacerdotes y religiosos.

Durante el trabajo, cada una de las comisiones realizaron cuestionarios a las parroquias, sacerdotes y diversas entidades como colegios y universidades. El trabajo de las comisiones culminó con un documento de cada una de ellas en el que se incluía la reflexión de sus miembros y las aportaciones llegadas de las consultas externas. Esos documentos se enviaron a la Comisión Central y así dio comienzo la segunda fase el pasado mes de marzo.

En esta segunda fase, la Comisión Central analizó el trabajo de las comisiones técnicas y empezó a elaborar el ´Instrumentum Laboris` o Instrumento de Trabajo, para lo cual eligió a la comisión relatora, encargada de su redacción en borrador durante los meses de abril y mayo.

La comisión relatora del Sínodo se ha reunido en varias ocasiones de forma telemática durante el confinamiento para ultimar el ´Instrumentum Laboris`, antes de serle entregado al cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, y ser remitido luego a los miembros de la Asamblea del Sínodo o padres sinodales.

Este ´Instrumentum Laboris` ha sido enriquecido con propuestas referidas para los nuevos retos que tendrá que afrontar la diócesis de Valencia y la sociedad tras el impacto del coronavirus. De hecho el Sínodo “cobra ahora aún más importancia en el momento en que vive la Iglesia porque se trata de responder en la vida diocesana a las inquietudes de las comunidades cristianas frente a este momento histórico que estamos viviendo”, según ha indicado el obispo auxiliar Arturo Ros.

Las propuestas de ese instrumento de trabajo que analizarán los padres sinodales “no se van a quedar sólo en propuestas de reflexión sino que incluirán acciones operativas”, ha precisado.

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