Sebastián Mora: “La sobreespecialización de los servicios sociales hace que perdamos capacidad de intervención”

Sebastián Mora, ha intervenido en la última ponencia del curso “De la intervención social y sus caminos” del XVIII Foro Universitario Juan Luis Vives. Bajo el título “Hacia una nueva identidad moral para la intervención social”, el secretario General de Cáritas Española ha planteado una revisión de la intervención social para poder llevar a cabo los cambios que el modelo de bienestar necesita. “Estos cambios para ser explicados y analizados necesitan de un enfoque valorativo, no son suficientes los enfoques instrumentales o técnicos” ha declarado el ponente.

Partiendo de esta premisa,  Sebastián ha abogado por una visión de la intervención social que sea capaz de recrear los marcos de sentido que sustentan las actividades políticas y sociales. “Es necesario investigar sobre nuestra identidad moral desde las fisuras y carencias de nuestra realidad”, ha explicado. Para ello, en primer lugar, cabe preguntarse sobre el tipo de intervención social que se está haciendo. “Estamos haciendo una intervención social muy ingenua, que ha paliado ciertas dimensiones pero no ha paliado la exclusión social en términos generales”. Otra característica negativa que se ha destacado es que se está haciendo una intervención social fragmentada y lineal. “Logramos que una persona sin hogar que está en la calle, duerma en un albergue, luego que pase a vivir en un piso tutelar, después a un piso de autonomía, pero si tiene una recaída y vuelve a la calle, le hacemos empezar desde el principio” ha explicado el ponente “es como suspender un examen en tercero de carrera y hacerte empezar desde primero otra vez” ha añadido. Y, aunque reconoce que se ha mejorado mucho, habiendo mayores inversiones y más profesionales, el ponente cree que “con la sobreespecialización de los servicios sociales estamos perdiendo capacidad de intervención.

Además, Sebastián ha opinado que en términos generales la sociedad se mueve por razones instrumentales, dejando de lado la dignidad, y la ética. “Se tiende a hacer prejuicios y pensar que los excluidos son unos inadaptados, pero en realidad, son personas sobreadaptadas a un contexto social muy duro en el que nosotros no seríamos capaces de sobrevivir”. Otro error en la práctica de la intervención social es pensar en términos de “yo soy la salvación y tú el salvado”. Por último, el ponente ha destacado que la intervención social si quiere ser ajustada al siglo XXI tiene que ser una intervención política: “Si las organizaciones no son políticas y no luchan por un mundo mejor, no son organizaciones. La intervención social es de todo menos neutra, las decisiones que tomamos están impregnadas valorativamente siempre”

Como medidas que rescatar en la práctica de la intervención social, Sebastián ha destacado: respetar la autonomía de las personas que ayudan, tener un principio de no maleficencia con los usuarios, evitando siempre su daño, y realizar una práctica justa y equitativa, luchando por unos derechos sociales más amplios.