VALENCIA | SANIDAD Y SALUD

El reflujo gastroesofágico afecta hasta un 20% de la población

ELPERIODIC.COM - 03/04/2024

Una parte de los pacientes pueden desarrollar complicaciones como esofagitis, estenosis esofágica y esófago de Barrett.

Una de las patologías más comunes relacionadas con el aparato digestivo es el reflujo gastroesofágico (ERGE). El síntoma más claro es la pirosis (sensación de ardor o acidez en la boca del estómago o del centro del pacho). Sin embargo, existen otros como regurgitar los alimentos ingeridos, tos, mal aliento, dolor de garganta e incluso náuseas con vómitos.

Tal como explica el doctor Josep Esteve, coordinador de la Unidad de Medicina Interna del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, “en una revisión sistemática de 15 estudios epidemiológicos, se encontró que la prevalencia de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) era del 10 al 20 por ciento en el mundo occidental”.

La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es una patología infradiagnosticada, destaca por su alta prevalencia, la variabilidad en la presentación clínica y un elevado volumen de consultas y exploraciones complementarias asociadas. Según el profesional, “cierto grado de reflujo es fisiológico, como los ocurridos después de la ingesta de alimentos, aunque éstos suelen ser de corta duración, asintomáticos y rara vez durante el sueño. El reflujo patológico, por contra, se asocia con síntomas o lesiones de la mucosa y a menudo ocurre por la noche.

Los síntomas clásicos de la ERGE son la pirosis y la regurgitación, aunque también pueden aparecer dificultad y dolor para tragar, dolor torácico o tos crónica. Las complicaciones de la ERGE pueden surgir incluso en pacientes que carecen de síntomas esofágicos típicos: esófago de Barrett, estenosis esofágica, o laringitis crónica entre otras. “El diagnóstico, -comenta el doctor Esteve-,se basa en los síntomas clásicos, aunque algunos pacientes pueden requerir una evaluación individualizada si hay signos de alarma o factores de riesgo para el esófago de Barrett, incluso la realización de una endoscopia digestiva. Por esta razón es muy importante la visita a un especialista para su diagnóstico y tratamiento”.

Causas

Las molestias digestivas son frecuentes en la población debido a los hábitos alimenticios y el estilo de vida. La obesidad y los excesos a la hora de comer, como la ingesta de grasas, el alcohol, los alimentos picantes, las bebidas con cafeína, el tabaco y los alimentos procesados entre otros, pueden provocar acidez y/o re­flujo gastroesofágico.

Según explica el doctor Esteve, “en la unión del esófago con el estómago existe un músculo en forma de anillo que se llama esfínter esofágico inferior. Este músculo se relaja después de tragar alimento para permitir su paso al estómago y posteriormente se vuelve a contraer para cerrar el ascenso de comida y acido al esófago. Sin embargo, a veces este músculo es débil o se relaja cuando el estómago se llena, permitiendo el ascenso de contenido del estómago al esófago”.

Una parte importante de los pacientes con ERGE tienen una hernia de hiato. En estos casos el estómago se desliza parcialmente hacia el tórax a través del hiato diafragmático (un orificio en el músculo diafragma) y provoca que el esfínter esofágico inferior pierda fuerza. Ello facilita el reflujo gastroesofágico. La hernia de hiato es más frecuente en mayores de 50 años y embarazadas.

Tratamiento

“El abordaje de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), -explica el doctor Esteve-, requiere un enfoque integral que debe tener en cuenta la presentación clínica, los hallazgos estructurales endoscópicos y las características motoras y funcionales”. El objetivo del tratamiento de la ERGE consiste en el alivio sintomático, la curación del daño mucoso y la prevención de las complicaciones (principalmente esofagitis, estenosis y esófago de Barret).

“La base del tratamiento es tanto la modificación de los hábitos de vida como los cambios en la dieta; actualmente el tratamiento con mayor evidencia para la mejora sintomática y del pH esofágico es la pérdida de peso y la elevación de la cabecera de la cama”, concluye el especialista.