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Pinturas e imágenes artísticas dejan la huella de San José en templos, parroquias, ermitas y museos de la diócesis

Pinturas e imágenes artísticas dejan la huella de San José en templos, parroquias, ermitas y museos de la diócesis
  • En capillas y altares pero también al aire libre, en el puente que lleva su nombre, donde recibe un homenaje fallero anual ante su imagen

La huella de San José está presente, a través de pinturas y esculturas, en numerosos templos de la Archidiócesis, desde los más representativos, como la Catedral o la Basílica de la Virgen, hasta la ermita del pueblo que lo tiene como patrono canónico, Alginet; en capillas y altares, en las cúpulas y en museos pero también al aire libre, en el puente en que recibe la ofrenda de las Falleras Mayores.

Aunque San José “es un santo relativamente moderno, y por eso en la época gótica no hay nada sobre él, existen obras de arte relevantes en la Archidiócesis que lo representan”, tal como explica Jaime Sancho, presidente de la Comisión de Bienes Culturales y Patrimonio Histórico Artístico de la Diócesis.

En el Museo, capillas y cúpulas de la Catedral

El recorrido comienza en la Catedral de Valencia, en la capilla dedicada a San José, construida en el siglo XVIII, que es la tercera de la nave lateral derecha, cuyo altar central preside una imagen del santo obra de José Ponsoda (1882-1963), de madera policromada.  En la misma capilla, en las pechinas de la cúpula, pueden verse, en estuco, las alegorías de San José: el cepillo, la vara florida, la sierra y la escuadra de carpintero.

Cerca de esta capilla josefina está el acceso al Museo de la Catedral, que alberga, en la segunda planta, el óleo sobre lienzo de “San José con el Niño”, del siglo XVII, de Jerónimo Jacinto de Espinosa (1600-1667). Igualmente, en la Sala Relicario hay un grupo de figuras, en terracota, que muestran la escena de la Circuncisión de Cristo, y una de ellas es la de San José.

Siguiendo por la misma nave, en la girola encontramos la capilla del Sagrado Corazón de Jesús, con un lienzo que representa al santo patriarca con Jesús, del pintor de Segorbe José Camarón (1731-1803), y en la Sacristía Mayor hay otra pintura del santo, de autor desconocido, del siglo XVII. Antes de abandonar la Catedral podemos ver en la capilla de la Santísima Trinidad, junto a la entrada al Micalet, una pintura del santo en la predela del retablo, realizada por Luis Antonio Planes en el siglo XVIII.

El santo recibe a los fieles en las entradas a la Basílica de la Virgen

El paseo por las obras josefinas nos lleva a la Basílica de la Virgen de los Desamparados, que recibe a los visitantes, en sus puertas de acceso, con dos grandes pinturas del valenciano Francisco Llácer (1781–1857) que reflejan la influencia de su maestro Vicente López y que fueron restauradas por Ricardo Manent.

La primera es “La glorificación de San José” y lo representa a los pies de la Santísima Trinidad, recibiendo una corona de santidad del Padre y el cetro, de manos de Cristo y donde destaca la figura de un ángel, con una vara florecida, trazado con escorzo.

La segunda, “La muerte del patriarca San José”, muestra el momento de su muerte cuando recibe la visita de Cristo y de un grupo de ángeles, y otros tres van a entrar en la estancia, ha detallado Sancho, que ha recordado que a San José se le considera el patrón de la Buena Muerte.

Además, en la Sala de San José del Museo Mariano (MUMA) también se pueden contemplar varias obras dedicadas al santo patriarca.

Recuperadas por “La Luz de la Imágenes”

Seguimos la pista de San José en la ciudad de Valencia hasta la iglesia de San Juan de la Cruz, en la calle Poeta Querol, 6, que fue en 2009 una de las sedes de la exposición “La Luz de la Imágenes. La Gloria del Barroco”. En su interior destacan “dos preciosas pinturas”, como las define Jaime Sancho, ubicadas en la capilla de San José, realizadas por José Camarón, que fueron restauradas, como otras muchas de grandes maestros de la pintura valenciana del siglo XVIII, con motivo de la citada exposición.

Estos lienzos representan dos de los pasajes más conocidos de la vida del santo: los “Desposorios de San José y la Virgen” y “El Sueño de San José”. En el primero San José aparece según la iconografía tradicional, con túnica morada y manto amarillo y con la vara florida. En el segundo San Gabriel se aparece a José, que está durmiendo, para comunicarle la concepción divina de su esposa.

Otro céntrico templo con una huella josefina es la iglesia parroquial de San Martín Obispo y San Antonio Abad donde dos imágenes, una de San José y otra de San Joaquín, esculpidas por Ignacio Vergara (1715-1776) y también restauradas por la Fundación Luz de las Imágenes, flanquean la ventana sobre la puerta principal en el interior.

Igualmente, también formaron parte de la exposición “La Gloria del Barroco” imágenes de San José en otras iglesias de la capital, como la de San Andrés Apóstol, con una escultura de Ponsoda, o la de San Esteban Protomártir, que cuenta con una imagen del santo obra de José Mª Bayarri. 

Igualmente, el catálogo de la exposición hace referencia a la escultura “San José con el Niño dormido en brazos”, de Vergara, del monasterio franciscano de Santo Espíritu de Gilet, que forma parte de una colección de bocetos en barro cocido del escultor; a otra talla de madera policromada, también de Vergara, que se encuentra en paradero desconocido desde 1995 y que ocupaba el retablo de la capilla de San José de la iglesia del convento de Santo Domingo de Valencia. 

Destaca el mismo catálogo que de todas las imágenes que talló Vergara destacan cuatro de San José: la de la iglesia de San Juan del Mercado, la del convento de San Francisco, la del convento de Santa Tecla y la del convento de Predicadores, de las que sólo se conservaba la última pero está desaparecida.

Por su singularidad, incluimos en este recorrido la “Sagrada Familia de la Pera”, óleo sobre tabla de Nicolás Borrás (1530-1610) que puede verse en el convento franciscano de San Sebastián, en Cocentaina, donde aparece San José enseñando una pera a Jesús, “fruta que hace referencia a Cristo encarnado y alude a su amor por la humanidad”, apunta el catálogo de “La Gloria del Barroco”.

San José y las Fallas

El paseo josefino en Valencia termina en el Puente de San José, en el Llano de Zaidía, entre sus vecinos puentes de las Artes y de Serranos, llamado así por encontrarse frente al convento de San José y Santa Teresa, y cuya construcción en piedra es de principios del siglo XVII.

En el puente hay una escultura al aire, obra de Octavio Vicent, que representa a San José como carpintero y al Niño Jesús, con una inscripción en la que puede leerse: “Las fallas a su santo patrón. Valencia 1951”. Cada 19 de marzo, antes de participar en la misa solemne en la Catedral, las Falleras Mayores de Valencia y sus Cortes de Honor realizan una ofrenda de flores ante esta imagen.

Otra imagen “fallera” de San José, que pertenece a la Junta Central Fallera (JCF), es la que se instala en la Plaza de la Virgen, los días de la Ofrenda, desde el año 2014, frente al catafalco de la Virgen de los Desamparados. En los tres años anteriores la imagen del santo fue cedida por las Hermanas de la Caridad del Colegio Santa Ana de Valencia.

También sale en procesión cada 19 de marzo -el año pasado y éste no podrá ser, a causa de la pandemia- la imagen de San José de la Casa General de la congregación San José de la Montaña en Valencia, copia de la que preside el altar, de los talleres de Inocencio Cuesta. En la misma iglesia destacan las vidrieras que representan los siete dolores y gozos del santo patriarca.

El recorrido lo conforman muchas otras imágenes y pinturas josefinas en templos y  ermitas, como la imagen tallada por Carmelo Vicent de Alginet, que tiene a San José como patrono canónico, así como en las cerca de treinta parroquias de la Archidiócesis dedicadas al santo, como la de San José Artesano, en el barrio de la Ciudad Fallera de Valencia, o las de Alcoi, Torrent, Carlet, Burjassot, Ontinyent, Gandia o Benissuera.

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