VALENCIA | POLÍTICA

El PP pide la declaración del Monumento al Marqués de Campo, en la Plaza de Cánovas del Castillo, como Bien de Interés Cultural

ELPERIODIC.COM - 12/02/2022

La Concejala Popular Julia Climent solicita su protección patrimonial con motivo del 75 aniversario de la muerte del prestigioso escultor Mariano Benlliure

La obra está dedicada al político, empresario y filántropo valenciano José Pérez Campo, alcalde de la ciudad e iniciador de sus grandes reformas urbanas

Situado en su origen en la Plaza de Emilio Castelar (hoy del Ayuntamiento), el conjunto escultórico sería trasladado en 1933 a su emplazamiento actual

La próxima Comisión de Cultura debatirá, a propuesta del Partido Popular, la protección patrimonial del Monumento al Marqués de Campo, uno de los conjuntos escultóricos más imponentes y hermosos de la ciudad. La Concejala Popular Julia Climent ha presentado una moción a la citada comisión para instar desde el Ayuntamiento a la Conselleria de Cultura a iniciar los trámites administrativos para la declaración del Monumento al Marqués de Campo como Bien de Interés Cultural, con motivo del 75 aniversario del fallecimiento de su autor, el célebre escultor Mariano Benlliure. “Creemos que el citado monumento reúne, sin lugar a dudas, las condiciones necesarias, en términos de perfección técnica, singularidad e importancia dentro de su trayectoria artística, para su declaración como BIC, siendo éste el mejor homenaje que, como valencianos, le podemos rendir a este hijo ilustre de la ciudad cuando se cumplen precisamente 75 años de su muerte”, ha declarado Julia Climent.

Recientemente, la Generalitat Valenciana ha declarado 2022 “Año Mariano Benlliure”, a instancias del Ayuntamiento de Crevillent, programándose desde las distintas Administraciones diversas acciones y actividades conmemorativas para la celebración de tan importante efeméride. Entre dichas iniciativas, se encuentra, por ejemplo, la restauración de la estatua del pintor Ribera, ya ejecutada, y del Monumento al Marqués de Campos, ambas obras del universal escultor valenciano. “La protección patrimonial de esta última, complementaria a su rehabilitación, sería el broche de oro a todo un año consagrado a uno de nuestros artistas más versátiles y prolíficos”, ha manifestado Climent. Como ha recordado, “a modo de precedente, el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid acordó hace ya una década la declaración de la estatua ecuestre del general Arsenio Martínez Campos, en el Parque del Retiro, como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, coincidiendo con el 150 aniversario del nacimiento del igualmente autor del cercano Monumento a Alfonso XII. Es hora de extender este reconocimiento al Monumento al Marqués de Campo”.

Realizado entre 1885 y 1911, el conjunto escultórico está dedicado a José Campo Pérez (1814-1889), miembro destacado de la burguesía local y una de las figuras más decisivas de la Valencia de mediados del siglo XIX. Con tan sólo 29 años, sería nombrado alcalde de la ciudad por el partido moderado, siendo el iniciador de sus grandes reformas urbanas. Durante sus años de gobierno, promovería la llegada del ferrocarril, la instalación del alumbrado de gas, la conducción de las aguas potables o el adoquinado de las principales calles de Valencia, sentando las bases para el progreso y el crecimiento económico de la ciudad. Entre sus logros, se cuentan también la reforma del Puerto de Valencia, la fundación de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad o la creación de importantes instituciones benéficas como el Asilo del Marqués de Campo, destinado al asilo y la instrucción de niños huérfanos. Diputado en las Cortes por la provincia de Valencia durante siete legislaturas consecutivas, en 1875 el Rey Alfonso XII le concedería el título nobiliario de marqués por su contribución a la restauración monárquica, siendo igualmente designado senador vitalicio.

Todavía en vida del Marqués de Campo y, en concreto, en el año 1884, el Ayuntamiento de Valencia encargaría al prestigioso escultor Mariano Benlliure, al que le unía una excelente amistad, la realización de un grandioso monumento en su memoria. Situado en su origen frente a la Casa Consistorial, en la Plaza Emilio Castelar (hoy del Ayuntamiento), en 1933 éste sería trasladado con ocasión de la remodelación de este enclave, a su emplazamiento actual, en la Gran Vía Marqués del Turia, a la altura de la Plaza de Cánovas del Castillo. En lo alto de un gran pedestal de piedra se sitúa la estatua, a tamaño natural, del Marqués de Campo, ataviado con levita y acompañado de su hijo pequeño. El conjunto escultórico lo completan cuatro figuras alegóricas, igualmente esculpidas en bronce, en alusión a las empresas más destacadas del político, empresario y filántropo valenciano: el Ferrocarril, la Navegación, el Gas y la Caridad, representada esta última por una monja con el rostro de su mujer. Por su parte, la alegoría de la Navegación, un refinado desnudo femenino, llegaría a obtener la medalla de oro en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Múnich de 1894 y, cuatro años antes, en la celebrada en Madrid.

“Recordar al Marqués de Campo es poner en valor la labor de otros grandes munícipes de la capital del Turia como José Sanchis Bergón (1860-1926), impulsor de la creación de la Asociación de la Caridad; o Tomás Trénor Azcárraga (1894-1981), responsable de los designios del Cap i casal en los meses posteriores a la trágica Riada de 1957, sin olvidar a otros muchos insignes valencianos sin los cuales difícilmente podríamos entender la Historia urbana de nuestra ciudad”, ha señalado la Concejala Popular Julia Climent. Es el caso, por ejemplo, de Tomás Trénor y Palavicino (1864-1913), padre del anterior y promotor, en su condición de presidente del Ateneo Mercantil, de la Exposición Regional Valenciana de 1909, de la que se convertiría en su máximo valedor. Al igual que el Marqués de Campo, el Primer Marqués del Turia lograría aunar voluntades entre los distintos estamentos de la sociedad para acometer el citado proyecto sin necesidad de subir los impuestos a la ciudadanía. “Ambos representarían un punto de inflexión en la ciudad, comprometerían su fortuna personal para evitar cargar sobre la población el coste económico de estas mejoras y sacarían a Valencia de su condición de mera capital de provincias, homologándola, así, con el resto de grandes ciudades de nuestra geografía peninsular”.

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