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Rosa Regàs: "Las religiones son centros de poder piramidal en los que las mujeres somos el último eslabón"

Rosa Regàs: "Las religiones son centros de poder piramidal en los que las mujeres somos el último eslabón"
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    Rosa Regàs: "Las religiones son centros de poder piramidal en los que las mujeres somos el último eslabón" - (foto 2)
    Rosa Regàs: "Las religiones son centros de poder piramidal en los que las mujeres somos el último eslabón" - (foto 3)

    El laicismo y la libertad de conciencia son, según la psicóloga y activista marroquí, Ibtissame Betty Lachgar, los pilares fundamentales de la libertad de las mujeres. Una realidad a la que la escritora Rosa Regàs añade la necesidad de que el Estado sea aconfesional y por tanto "la educación pública y laica". Una mirada feminista que en el contexto actual de creciente polarización política y social en torno a la Igualdad toma cada vez más relevancia en el debate público.

    La compatibilidad entre igualdad de género y religión se ha debatido este sábado en la ponencia 'Feminismo y religiones: ¿son compatibles?', en el marco del IV Feminario organizado por la Diputació de València. Un debate moderado por Raquel Ortiz, de la organización Valencia Laica, en el que se ha concluido que tanto el Islam como el Catolicismo "son centros de poder y estructuran la sociedad de forma piramidal. Dios, ministros, hombres y por último, las mujeres", ha destacado Rosa Regàs.

    Betty Lachgar ha hecho durante su intervención una defensa clara del laicismo en la educación y el Estado como única vía para la igualdad real, poniendo de ejemplo su país natal: "en Marruecos la educación islámica en las escuelas es obligatoria y enseña básicamente odio y misoginia". La activista ha defendido que laicidad y feminismo van de la mano, "pues todas las religiones son misóginas", ha declarado.

    Afirmación que ha suscrito la escritora Rosa Regàs, quien además ha hecho hincapié en que la separación de la Iglesia y el Estado es una condición básica para un Estado igualitario, "un gobierno no ha de meterse en el alma ni en la conciencia de nadie", concluye.

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