La Biblioteca Valenciana celebra el Día de la Poesía con el poeta Antonio Cabrera

La Biblioteca Valenciana ha celebrado el Día Mundial de la Poesía con la participación del poeta Antonio Cabrera en su ciclo de 'Encuentro con Escritores', que permite el contacto directo de los escritores con sus lectores.

El poeta ha ido desgranando ante su auditorio, alumnos de Secundaria de varios institutos del territorio valenciano, su evolución en la poesía que comenzó con versos de amor en su juventud y que luego perfeccionó y evolucionó hacia poemas de la naturaleza y sobre la contemplación del mundo.

Se ha definido como "un escritor de ritmo lento que escribe cuando siente la necesidad de hacerlo porque tiene una idea que quiere expresarla en forma de poema" y ha indicado que suele escribir una media de diez a doce poemas al año.
A los estudiantes les ha recomendado que para escribir poemas lo primero que hay que hacer es leer mucha poesía y no le parece mal que se empiece leyendo la poesía juvenil que se publica últimamente en las redes sociales como paso previo para adentrarse posteriormente en la poesía más elaborada y que cumpla los cánones del género.

Antonio Cabrera nació en Medina Sidonia (Cádiz) y vive en el territorio valenciano donde desarrolla su labor de profesor en un instituto de Educación Secundaria en Sagunto.

En el año 2000 publica su primer título de poemas que lleva por título 'En la estación perpetua', que obtuvo el XII Premio Loewe y el Premio Nacional de la Crítica. En 2001 elabora la colección de 'haikus' 'Tierra en el cielo', a la que le siguen 'Con el aire' (Premio Ciudad de Melilla y Premio de la Crítica Valenciana) y 'Piedras al agua'. En 2014 apareció una antología de su obra llamada 'Montaña al sudoeste'.

También es autor del volumen de prosas 'El minuto y el año' y de traducciones de otros autores como Gianni Vattimo, Josep María de Sagarra y Vicent Alonso, y también colabora en revistas culturales y en periódicos.

Su última producción es 'Corteza de Abedul' de 2016, unos poemas que se acercan a los espacios abiertos y a la naturaleza en manifestaciones concretas: una palmera, un insecto, un guijarro, unos lirios, una duna...

Cabrera posee un estilo de versos sobrios y precisos, que utiliza para detenerse y mirar a su alrededor de forma contemplativa dejando que el pensamiento recale sosegadamente sobre la realidad y creando poesía de la emoción, de la mirada y de la inteligencia.