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La agricultura ecológica urbana se presenta como garantía contra el hambre

La agricultura ecológica urbana se presenta como garantía contra el hambre

    Valencia reúne este jueves y viernes a los mejores especialistas en agricultura ecológica urbana y periurbana para un debate político, científico y social. El II Simposio mediterráneo de Agricultura Ecológica que se celebra en Feria Valencia, en el marco de la feria Vegetal World, gira en torno a modelos urbanísticos compatibles con la producción ecológica local de alimentos y cómo estos pueden reducir la dependencia alimentaria de los núcleos urbanos.

    El debate de la agricultura ecológica y su incidencia en los huertos urbanos y familiares se encuentra en plena actualidad: si bien España encabeza por extensión el cultivo ecológico (1,8 millones de hectáreas) en Europa, la crisis ha agudizado la búsqueda de nuevas alternativas de negocio, empleo y seguridad alimentaria.

    Más allá de su despunte en España, la agricultura urbana y periurbana ecológica se muestra como “una solución firme contra los problemas de hambre, pobreza, desempleo, salud, agua y biodiversidad en todo el mundo”, asegura Piero Carucci, coordinador del área de Educación para el Desarrollo del Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (CERAI). “Estamos viendo experiencias sorprendentes en los países de la cuenca mediterránea donde los recientes conflictos han destruido toda infraestructura sociosanitaria y económica, pero también en la misma ciudad de Valencia”.

    Solución en zonas desérticas o de conflicto armado

    Con 20 años de experiencia en cooperación internacional basada en la agricultura ecológica, el CERAI lleva trabajando en campamentos de refugiados saharauis desde 2007. Según Damián López, cooperante de CERAI en los campamentos de refugiados saharauis, “reforzando la producción agraria orgánica de las zonas de conflicto observamos que estos huertos, además de una vertiente social, educativa, psicológica y agroecológica, demuestran cómo es posible cultivar en el desierto. Para ello es imprescindible preservar la biodiversidad, es decir, promover el cultivo con especies locales, adaptadas durante millones de años a climas áridos”.

    La agricultura urbana y periurbana se basa principalmente en las técnicas empleadas en el diseño y gestión de los huertos árabes cuya existencia y tradición viene de tiempos ancestrales. Una tradición agraria local que en pleno siglo XXI no solo está alimentando a miles de palestinos, además, están sirviendo como resistencia contra la ocupación israelí. Las tierras agrícolas en zonas administradas por palestinos e israelíes están sujetas a la expansión urbana descontrolada. Los recursos naturales disponibles son cada vez más escasos y están contaminados. La población palestina está entre las más dependientes de alimentos a nivel mundial y el 33% sufre inseguridad alimentaria.

    “Sólo el 60% de los principales alimentos son producidos localmente y más del 25% de los alimentos consumidos por la población palestina son importados de Israel”, detalla Jorge Cavero, responsable en CERAI del área de Mediterraneo Oriental y África Subsahariana. Como alternativas a esta situación, CERAI lleva promoviendo desde 2007 huertos familiares con enfoque agroecológico en los territorios ocupados palestinos.

    Freno al acaparamiento de tierras

    En el caso de Mauritania, pese a que ha subscrito la mayoría de las declaraciones de derechos humanos, cerca del 30% de su población sufre hambre, un 42% malnutrición. La Wilaya de Trarza, región donde CERAI ha desarrollado con éxito sus proyectos, es la más afectada por el acaparamiento de tierras en manos de inversores extranjeros o del país, que las han destinado a monocultivos de arroz u otros para biocombustible, lo que ha ocasionado desplazamientos de campesinos. La clave del éxito, según Arantxa García, técnica de proyectos de CERAI en Mauritania, ha sido “la apuesta ha sido por un desarrollo hortícola agro-ecológico, en el que se defiende el autoconsumo familiar y la generación de excedentes para la venta. Para ello se trabaja en la mejora del acceso a los recursos agrarios (tierra, agua y semillas), en la organización y formación de productores y de personal técnico, todo ello bajo un enfoque de género”.

    Alternativa contra la exclusión social en España

    Más allá de su papel en zonas de conflicto, climas extremos y países en desarrollo, la agricultura ecológica urbana se está empleando ya con un alto grado de éxito como arma contra la exclusión social en España. Lola Vicente Almazán, técnica de Educación para el Desarrollo en CERAI, explica cómo el proyecto ‘Trabajando la Tierra para Alimentar el Futuro’, financiado por la Obra Social de Kutxa Bank, ha formado en Agroecología a colectivos en riesgo de exclusión (desempleados de larga duración, personas inmigrantes…) en la ciudad de Valencia.

    Según la técnica de CERAI lo más importante de este proyecto es “el efecto multiplicador que ha tenido, ya que ha servido de resorte de iniciativas ligadas a la agroecología en varias de las entidades que trabajan con estos colectivos. Esto pone sobre la mesa el gran interés que hay por la actividad agrícola a nivel usuario y el gran potencial que tienen estos huertos sociales como herramienta de inserción sociolaboral”.

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