Compromís acusa a la Alcaldesa de malgastar dinero en privilegios mientras recorta en servicios básicos, como la limpieza

El 22 de septiembre del año pasado podíamos leer en prensa las siguientes declaraciones: La Alcaldesa Barberá invita a «darse cuenta de que la realidad es la que se porque «no podemos estar con la espiral de peticiones. No queremos subir Impuestos y no queremos gastar más, por lo que no se puede vivir en la época de vacas flacas como en la de gordas». Esta respuesta la hizo para contestar las reivindicaciones de las asociaciones de vecinos de Valencia, que pedían las inversiones prometidas por la Alcaldesa en los barrios años atrás.

Por otra parte, durante los días anteriores hemos podido constatar como la suciedad de la ciudad de Valencia se ha ido acumulando en las calles, con picos insoportables como después de la noche de Reyes, cuando algunas calles de Valencia siguen plagadas de cartones y envoltorios de los juguetes de los niños y también después de los temporales de viento, donde la suciedad se ha acumulado en las calles durante días sin ser recogida. La excusa es la misma: no hay dinero y hay que hacer más con menos. De hecho, en barrios como El Cabanyal la suciedad se acumula ya desde Reyes sin ser recogida (fotos adjuntadas).

Ahora bien, esta austeridad que reclama la Alcaldesa a los vecinos advirtiéndoles que no se puede vivir en tiempos de vacas delgadas como en gordas contrasta con los privilegios que mantienen los concejales del PP y también con sus políticas de despilfarro continuo del dinero público. En palabras de Pilar Soriano, concejala de Compromís "la Alcaldesa Barberá practica el cinismo político o mejor dicho, la ley del embudo: para nosotros ningún recorte, para los ciudadanos todos. Mientras sus concejales se pasean en coche oficial por la ciudad o se gasta 3 millones de euros en el Plan del Cabanyal, exige a los vecinos que no pidan lo que es justo porque «no queremos subir impuestos y no queremos gastar más, por lo que no se puede vivir en la época de vacas flacas como en la de gordas». Pues bien, todo ha sido una gran mentira. No sólo han subido todas las tasas por encima del IPC, como el transporte o la gestión de residuos, sino que sus compañeros del gobierno central y de la Generalitat Valenciana han subido todos los impuestos imaginables: el céntimo sanitario para la gasolina, el IRPF, tanto el tramo autonómico como el estatal, bajada de sueldos a los funcionarios públicos y un largo etcétera. Es decir, la Alcaldesa Barberá y su partido han mentido descaradamente a la ciudadanía valenciana. Y lo que es más grave, siguen manteniendo sus privilegios, como el coche oficial. No podemos más que calificar de insulto continuo a la gente la práctica política de la Alcaldesa".