Instalan paneles explicativos sobre los frescos de Palomino de la Basílica de la Virgen en el 15 aniversario de su restauración
Colocados en su Museo Mariano, ofrecen aspectos didácticos sobre las pinturas del año 1701
El Museo Mariano de la Basílica de la Virgen de los Desamparados (MUMA) ha instalado paneles explicativos con información de los frescos que en 1701 pintó Antonio Palomino en la cúpula interior del templo, y de cuya restauración se cumple hoy, martes, el 15 aniversario.
Se trata de dos cartelas "muy visuales y didácticas", de dos metros de alto por 60 centímetros de ancho, que han sido ubicadas en una de las salas expositivas en la parte alta del museo desde la que se visualiza tanto la propia cúpula como la imagen de la Patrona en su altar mayor, según explica la directora del MUMA, Mª Ángeles Gil.
La iniciativa coincide con el 15 aniversario de la inauguración y bendición de la rehabilitación de los frescos, en los que se emplearon durante tres años más de 8.500 horas de trabajo de especialistas para una superficie pintada de cerca de 600 metros cuadrados.
La instalación ahora de los paneles responde a la "demanda y curiosidad de los miles de visitantes que se acercan al museo cada año y quieren conocer más de esta espléndida obra", ha añadido.
Los paneles ofrecen información del autor y del proceso de elaboración de los dibujos, y explican la iconografía del conjunto, de todos los grupos que aparecen allí reflejados, entre ellos, más de 70 personajes reconocidos de la Iglesia, la Virgen, los santos, apóstoles, "todo ello de manera muy didáctica destacando los aspectos más sobresalientes y llamativos para el público", según ha expresado.
Tres años de trabajos con la participación del restaurador de la Sixtina
La bendición y restauración de los frescos de Antonio Palomino, pintor de cámara de Carlos II, y que fueron encargados por la propia Archicofradía de la Virgen de los Desamparados, tuvo lugar el 3 de julio de 2003 presidida por el entonces arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco.
Los frescos simbolizan, en una composición en espiral, las letanías de la Virgen Madre, que aparece con los brazos abiertos, la familia de la Virgen, mártires y profetas, así como numerosos santos valencianos de diferentes épocas, entre los que figuran aquellos que tuvieron una mayor relación con Valencia como San Vicente Mártir, San Francisco de Borja, San Pedro Nolasco, Santo Tomás de Villanueva, San Luis Bertrán y San Vicente Ferrer, entre otros.
La restauración fue realizada durante tres años aproximadamente por expertos del departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad Politécnica de Valencia.
El equipo de expertos, dirigido y coordinado por la catedrática en Restauración Pilar Roig, estuvo formado por tres responsables de los trabajos, especialistas en restauración de pintura mural, así como por seis licenciados en Bellas Artes, que cursaron la misma especialidad. Asimismo, colaboraron periódicamente en la revisión de las intervenciones los restauradores de los frescos de la Capilla Sixtina del Vaticano y de la Basílica de Santa María de Florencia, Gianluigi Colalucci y Sabino Giovannoni, respectivamente.
Entre otros materiales utilizados en la restauración se empleó "papel japonés", consolidantes y productos de limpieza, utilizando la técnica del "trateggio", o lineado de colores para "rellenar las lagunas sobre las paredes en aquellas zonas donde había ausencia de película pictórica" , según explicó la catedrática responsable del trabajo, Pilar Roig. "La flexibilidad de la estructura del andamiaje fue básica para organizar el espacio y prescindir de ciertas piezas al aproximarnos a zonas más recónditas y de difícil acceso", añadió.
De otro lado, también quedó instalada una nueva iluminación de la cúpula interior con la colocación en la cornisa de 36 focos de halogenuros y halógenos.
