Desarticulan una red nacional que explotaba a vietnamitas en centros de manicura
Se han realizado 37 detenciones en toda España, también en Valencia
La PolicÃa Nacional ha detenido a 37 personas y ha desarticulado una red dedicada a introducir ciudadanos vietnamitas en España. La organización tenÃa su infraestructura principal en Barcelona y habrÃa logrado introducir en nuestro paÃs a 730 ciudadanos de Vietnam, para luego ser explotados en centros de manicura. El método utilizado por la organización para lograr su objetivo era el uso fraudulento de los procedimientos de Protección Internacional y de Menores Extranjeros no Acompañados (MENAS), que iniciaban en puestos fronterizos aéreos como el aeropuerto de Madrid- Barajas y el Prat de Barcelona. La red tenÃa un claro fin lucrativo, cobraba 18.000 euros por persona y habÃa alcanzado desde enero de 2018 una cifra de negocio superior a los 13.000.0000 de euros. En la operación ha participado además, el Equipo Móvil de Europol para el acceso y descarga in situ de datos contenidos en dispositivos de almacenamiento masivo de información.
Las investigaciones fueron iniciadas por los agentes a principios del presente año, tras el aumento de solicitantes de Protección Internacional y del protocolo para MENAS en los aeropuertos de Madrid y Barcelona. En ambos casos, los ciudadanos vietnamitas hacÃan uso fraudulentos de dichas figuras. Tras la solicitud inicial en ningún caso continuaban con el expediente administrativo sino que lo que buscaban era facilitar su acceso a territorio Schengen. Para este fin, los inmigrantes viajaban desde su paÃs de origen hacia diferentes paÃses de Sudamérica, desde donde volaban de regreso para realizar un tránsito ficticio en España y, una vez en el aeropuerto, solicitaban Protección Internacional o alegaban ser menores no acompañados.
Esta forma de proceder por parte de la organización demuestra el profundo conocimiento de la legislación, de manera que instruÃan perfectamente a sus vÃctimas sobre todos los pasos a seguir en cuanto a rutas por los paÃses intermedios, tránsito ficticio en España y alegaciones en los trámites que realizaban. Cuando obtenÃan el acceso al territorio nacional si solicitaban Protección Internacional rechazaban el aprovechamiento de los recursos asistenciales y si era iniciado el protocolo para MENAS se fugaban de los centros de menores en los que eran ingresados para luego, en ambas situaciones, trasladarse en transporte público, normalmente en taxi hasta Barcelona, donde la organización tenÃa su infraestructura principal.
La organización formaba grupos de 6 a 12 personas y cada uno contaba en cada ocasión con un lÃder o guÃa que realizaba todo el trayecto con ellos, el cual hablaba inglés para posibilitar una mÃnima comunicación en los paÃses de tránsito y aeropuertos. Destaca el alto grado de profesionalidad y especialización de esta organización que facilitaba a cada inmigrante un teléfono móvil del mismo color y modelo para que contactaran a su llegada con alguno de los miembros de la organización a fin de indicarles dónde dirigirse. Respecto a sus pasaportes, éstos eran destruidos durante el vuelo a España para que no fueran identificados plenamente y facilitar asà la utilización fraudulenta de los procedimientos mencionados.
Diferentes métodos de pago: efectivo, tierras o trabajo sin remunerar
La organización cobraba a los inmigrantes 18.000 euros por persona y perseguÃa un fin eminentemente lucrativo. PoseÃan diferentes métodos de pago, desde un pago en origen en efectivo para evitar el rastreo del dinero, o bien la generación de deudas a abonar mediante trabajo sin remunerar en Europa o incluso la cesión de tierras y propiedades en su paÃs de origen por los importes adeudados. Desde enero de 2018 la red habrÃa alcanzado una cifra de negocio superior a los 13.000.000 de euros.
La organización poseÃa una infraestructura en Vietnam para la captación, la organización del viaje, la gestión de pagos y beneficios, pero también en diferentes paÃses sudamericanos, para la recepción y acogimiento durante varios dÃas a fin de simular una estancia por turismo y en España, lugar de recepción, explotación y derivación a diferentes provincias y otros paÃses europeos como Francia y Alemania.
El operativo policial ha sido desarrollado de manera conjunta en varias provincias españolas como Sevilla, Granada, Murcia, AlmerÃa, Cádiz, Málaga, Madrid, Valencia, San Sebastián, Gerona, Lérida, Tarragona, León, Huelva, Córdoba y Barcelona. Han sido detenidas 37 personas, entre ellos los máximos responsables de la organización criminal en Europa. También se han llevado a cabo la práctica de diez entradas y registros en Barcelona, asà como más de 100 inspecciones en centros de manicura regentados por ciudadanos vietnamitas en toda España. En ellos se ha intervenido 60.000 euros en efectivo, 4 vehÃculos, dispositivos de almacenamiento masivo de información y diversa documentación.
Entre los arrestados destaca la detención de un funcionario de la Oficina Ãnica de Extranjeros de Huelva, el cual aportaba los documentos necesarios para justificar los requisitos exigidos por la legislación para la consecución fraudulenta de una autorización de residencia y trabajo por arraigo social. Desde certificados de empadronamiento, a fin de demostrar una permanencia en España de 3 años, contrato de trabajo en la que no existÃa relación laboral real e incluso la incorporación de resoluciones de concesión falsificando la firma de la Subdelegada de Gobierno en Huelva, entre otras irregularidades.
Dicho funcionario estaba en connivencia con un empresario vietnamita, también detenido, que a su vez tenÃa contacto con otros empresarios y personas procedentes de Vietnam para atraer hasta la oficina donde él se encontraba a sus trabajadores en situación irregular, a fin de obtener el permiso mencionado de forma ilegal.
Trato vejatorio a los inmigrantes
Los investigadores han destacado el trato humillante a las vÃctimas por las condiciones de su alojamiento en las viviendas de la organización. Los mantenÃan encerrados en pisos, a veces en zulos a los que se accedÃa a través de una trampilla, también es reseñable las condiciones laborales padecidas, siendo trasladados diariamente desde los centros de trabajo hasta los domicilios con jornadas laborales de 12 horas y sin libertad de movimiento.