CSIF exige un refuerzo urgente de personal en la Dirección Territorial de Educación para atender las nóminas de docentes

El sindicato CSIF exige un refuerzo urgente de personal en el servicio de nóminas de la Dirección Territorial de Educación en Valencia. La central sindical explica que se están quedando cientos de profesionales sin cobrar sus salarios debido a la falta de previsión de la Administración, que no ha cubierto las vacantes ni reforzado este servicio. La plantilla está dedicando horas de su tiempo libre por el fallo de organización.

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) explica que de las diez plazas destinadas al servicio de nóminas de personal de educación, cinco de Primaria y otras tantas de Secundaria, faltan dos por cubrir por no sustituir vacantes, por lo que se quedan en ocho realmente. A este factor se junta que la plantilla, de por sí, resulta insuficiente, sobre todo al inicio de curso, cuando tienen que pasar todos los datos, y haría falta duplicarla con personal formado.

El sindicato señala que a esa precariedad se suman los fallos telemáticos en el proceso de trasladar datos de funcionarios procedentes de otras autonomías, lo que obliga a pasarlos manualmente, o el incremento de personal en prácticas cuyos datos también los transfieren a mano. Además, debido a las incidencias en este inicio de curso, esas ocho personas de nóminas tienen que dedicar más tiempo a atención de docentes que acuden a conocer su situación.

CSIF apunta que, en conjunto, este servicio tramita las nóminas de 27.000 docentes. Debido a esa precariedad de personal y a la saturación que sufre, el sindicato explica que los propios profesionales de nóminas están alargando su jornada y dedicando horas de su tiempo libre y renunciando a permisos para pasar datos y aminorar el efecto de la falta de previsión de Conselleria.

La central sindical urge a reforzar, de inmediato, este servicio con personal formado. Además, reclama una reparación de la climatización, ya que, debido a su escasa potencia, en las dependencias las temperaturas alcanzan con facilidad los 30 grados. A esto se suma que las ventanas están atornilladas y no pueden abrirlas, con lo que la situación se agrava.