La Catedral mejora la ventilación de los frescos de los ángeles músicos al cumplirse 15 años de su descubrimiento
Ha rehabilitado las vidrieras
Este sábado se cumplirán 15 años del descubrimiento de los frescos renacentistas de los ángeles músicos en la bóveda gótica del altar mayor de la Catedral de Valencia que permanecieron 330 años ocultos hasta que fueron hallados el 22 de junio de 2004.
Las pinturas fueron realizadas por los artistas italianos Paolo San Leocadio, de Lombardía, y Francesco Pagano, de Nápoles, entre 1476 y 1481 y muestran doce grandes ángeles tocando instrumentos musicales de la época en una superficie de unos 250 metros cuadrados de la bóveda, ha explicado Jaime Sancho, canónigo conservador del Patrimonio Artístico de la Catedral.
Actualmente, han sido rehabilitadas las vidrieras de la parte superior, fechadas en 1900, “que se encontraban deterioradas” y presentaban “abombamientos” por el debilitamiento de su estructura, con lo cual han sido reforzadas para darles “mayor robustez”. Igualmente, ha sido mejorado de nuevo el contorno de las vidrieras y se les ha realizado unas “aberturas” para mejorar el sistema de ventilación y también el sistema de protección de rayos ultravioletas. Asimismo, ha sido renovado el alumbrado de las cornisas con nuevos focos leds.
Igualmente, se mantiene el sistema de conservación preventiva “pionero en el mundo”, que fue instalado entonces, con 72 sensores electrónicos colocados sobres las pinturas que ofrecen datos “sobre la humedad, temperatura, movimiento y luminosidad”, ha explicado Sancho.
El archivo de la Catedral de Valencia conserva el libro de fábrica del siglo XV donde consta el contrato de encargo de las pinturas a San Leocadio y Pagano, firmado por el Cabildo de la Seo y los artistas, a instancia del arzobispo de Valencia, Rodrigo de Borja, futuro papa Alejandro VI.
Los frescos llevaban ocultos desde que en 1674 se produjo la reforma barroca del presbiterio de la Catedral, cuando la bóveda original fue cubierta por otra de escayola, aunque situada a 80 centímetros de distancia “con la evidente intención de proteger las pinturas”, ya que la cámara de aire que quedó entre ambas mantuvo los frescos intactos durante más de 300 años.
El 22 de junio del año 2004, al realizar unas catas durante la restauración del altar mayor, aparecieron los frescos “en los que se podía apreciar ya muy claramente los ángeles con instrumentos originales sobre un fondo celeste tachonado de estrellas doradas y en un asombroso estado de conservación”.
Posteriormente, los frescos fueron restaurados durante más de dos años por el entonces denominado Instituto Valenciano de Restauración y Conservación de Bienes Culturales que, posteriormente, realizó un seguimiento de las condiciones medioambientales de las pinturas a través del sistema de conservación preventiva de los sensores electrónicos instalados sobre las pinturas.
Los frescos renacentistas de la Catedral de Valencia están considerados uno de los descubrimientos históricos y artísticos más importantes de los últimos años, y reflejan “el gran periodo de esplendor de Valencia y su Reino en el siglo XV”.
